LOS ALINEAMIENTOS DE CARNAC, legado ancestral

LOS ALINEAMIENTOS DE CARNAC, legado ancestral

28 diciembre, 2014 0 Por Juan Carlos

Nos trasladamos a la Bretaña francesa, junto al golfo de Morbihan, en plena costa se encuentra el pueblo de Carnac. Al norte de este pueblo se encuentra la construcción megalítica más grande y extensa del mundo. Esta construcción prehistórica fue erigida en el Neolítico, entre los siglos III y V a. c.  o eso se cree ya que no se sabe a ciencia cierta su edad, pudiendo ser más antigua que Stonehenge o que las pirámides de Egipto.

Estos alineamientos pétreos lo forman cuatro grupos de piedras llamados Le Menec, Kermario, Kerlescan y Petit Menec sumando entre los cuatro más de 2700 piedras alineadas a través de cerca de 8 kilómetros de longitud y ocupando una extensión de 40 hectáreas. Se cree que en un principio esta mega estructura podía contener más de 10.000 piedras. Existe cierto desconcierto sobre quienes fueron sus constructores y más cuando descubrimos que muchas de estas piedras sobrepasan los 4 metros de altura y su peso es de varios miles de kilogramos, lo que hace incomprensible el modo en que estas piedras pudieron ser trasladadas hasta su ubicación para formar estos alineamientos. Tampoco se sabe cuál era su finalidad.

A través de los años se han llegado a formular numerosas teorías que intentan dar explicación a los alineamientos megalíticos. En 1826 un tal Jerome Penhouet llegó a sugerir que las piedras eran los fósiles de una gigantesca serpiente que habría fallecido en ese lugar en la era prehistórica. También se ha especulado con la posibilidad de que los alineamientos formasen una gran avenida que conduciría a un antiguo templo, una especie de camino ritual o iniciático, incluso se dice que son vestigios del diluvio universal.

Por otra parte  se ha querido atribuir a estas piedras una conexión cósmica, como sucede con las pirámides de Egipto o con Stonehenge, así pues, en 1794  Jacques Cambry veía en estas formaciones una representación de los cuerpos celestes. Mas tarde en 1970 Alexander Thom retomó esta idea y aplico sobre estos menhires los estudios que el astrónomo Gerald Hawkins había realizado sobre Stonehenge, llegando a la conclusión de que los alineamientos forman un gigantesco observatorio astronómico que serviría para predecir las estaciones, solsticios y equinoccios para controlar de esta forma las distintas etapas agrícolas, tal y como hacían en mesoamerica los Mayas.

Esta idea no es del todo descabellada, pues los alineamientos no forman líneas perfectamente rectas, si no que tienen una ligera curvatura hacia el noroeste, lo que podría servir para corregir la variación con la que los rayos del sol inciden en la tierra entre el equinoccio de invierno y el de verano. También es curioso destacar que las piedras varían de tamaño a lo largo de las hileras. En los cuatro grupos, las piedras que se encuentran en el extremo Oeste son las más grandes, llegando algunas hasta los 4 metros de altura y su tamaño va reduciéndose a medida que avanzamos hacia el este llegando a alcanzar los 90 centímetros.

Tampoco faltan las leyendas que se han generado a través de los años sobre estas formaciones. Hay quien afirma que estas piedras son un ejército Romano que en su formación fue petrificado por Dios para proteger a San Cornelio, patrón de la zona y del ganado y por los que era perseguido. También hay quien dice que las piedras cobran vida por las noches y se acercan al mar para bañarse.

Se han atribuido a estas piedras poderes curativos, el don de la fertilidad incluso el don para encontrar pareja, pero al margen de todas estas leyendas lo cierto es que este lugar está cargado de poder. Un poder telúrico producido por las corrientes de energía geomagnética y que emana de las profundidades de la madre tierra a través de estas piedras y del que nuestros ancestros eran bien conocedores. Me viene a la mente el comentario que me hizo un día el bueno de Jesús Torrellas cuando hablando sobre lugares de poder, me comentó como los antiguos utilizaban las piedras como si fuesen agujas de acupuntura, pinchando la tierra en lugares estratégicos creando fuentes de energía. Sin duda esa es la mejor descripción comparativa que he escuchado sobre este lugar.

LE  MENEC

Le Menec es el conjunto más importante, está formado por 1099 Menhires dispuestos en 11 hileras ocupando una extensión de 100 metros de ancho por 1,2 kilómetros de largo. Este grupo recibe su nombre del caserío que se halla en su extremo occidental e incluye dos crómlechs en sus extremos este y oeste.

KERMARIO

Según nos dirigimos en dirección este nos vamos encontrando con los siguientes grupos de alineamientos, así, el siguiente después de Le Menec es Kermario, que es el más conocido y el más impresionante de los cuatro grupos pues posee las piedras más grandes de los alineamientos llegando algunas a superar los 7 metros de altura. Contiene 982 menhires dispuestos en 10 hileras a lo largo de 1,2 kilómetros. En Kermario al igual que en Le Menec las piedras van disminuyendo de tamaño de Oeste a Este. Cerca de este agrupamiento se encuentra el cuadrilátero de Le Manio, un recinto funerario de forma rectangular formado por piedras de 1 metro de altura y junto al cual se encuentra el menhir llamado el Gigante, un solitario menhir de 7 metros de altura. En la esquina suroeste de este alineamiento encontramos también un Dolmen compuesto por 24 piedras a modo de una gran mesa de piedra.

KERLESCAN

Avanzando de nuevo hacia el este nos encontramos el alineamiento de Kerlescan, formado por 540 megalitos dispuestos en 13 filas que ocupan una superficie de 139 metros de ancho por 880 metros de largo. Al igual que Le Menec posee un Crómlech en su extremo occidental  compuesto por 39 menhires y es el alineamiento mejor conservado.

LE PETIT MÉNEC

El último de los alineamientos que encontramos continuado la carretera que nos lleva a La-Trinité-Sur-Mer y tras un pequeño bosque es el de Le Petit Menec compuesto por 100 piedras. Se cree que este pequeño alineamiento era la continuación de Kerlescan, aunque lo cierto es que, por qué no, todos estos grupos pudieran haber formado una gigantesca estructura en tiempos inmemoriales.

Sin duda estos alineamientos son algo más que simples piedras, este es un lugar que posee un conocimiento oculto pues desde nuestra ignorancia desconocemos el modo en que fue construido y cuál era su finalidad. Uno de tantos de los que hay por el mundo. No obstante uno no puede dejar de sentir un pequeño escalofrío, una chispa de nostalgia que se enciende en nuestro interior cuando tocamos una de estas piedras y comprendemos, que esa misma piedra fue colocada allí por alguien hace miles de años, y de alguna forma, estamos entrando en contacto directo con las civilizaciones ancestrales que en otro tiempo gobernaron este pequeño mundo.

Texto y Fotos: Juan Carlos Pasalodos Pérez