ORADOUR-SUR-GLANE

ORADOUR-SUR-GLANE

15 febrero, 2015 3 Por Juan Carlos

Si hablásemos de un pueblo con un pasado trágico, arrasado en la guerra y cuyas ruinas permanecen hoy día como quedaron tras ese suceso bélico junto al pueblo actual, construido a la par de estas, seguramente muchos de nosotros pensaríamos en el pueblo de Belchite en España, pero se da la circunstancia de que existe un pueblo gemelo en Francia cuyo pasado es idéntico. Un pueblo que los Nazis sembraron de terror y muerte uniendo sin saberlo su destino al pueblo español de Belchite, como si se tratase de dos vidas paralelas en un universo paralelo.

Quizá el destino sea eso, una serie de circunstancias y hechos que rebotan en el espacio tiempo hasta que vuelven a caer sobre alguien o algo, repitiendo ese hecho, para así volver a rebotar una y otra vez marcando el destino de las personas y los lugares hasta el fin de los tiempos. Puede que me haya puesto un poco filosófico, pero después de estar en un lugar así, uno tiene que buscar una excusa, una explicación no lógica a este tipo de acontecimientos pues es difícil digerir que el ser humano sea capaz de llevar a cabo estas barbaries.

Oradour-Sur-Glane es un pueblo situado en el centro de Francia en la región de Limousin dentro del departamento del Haute-Vienne y cerca de la ciudad de Limoges. Actualmente tiene cerca de 2500 habitantes casi el doble de los 1200 habitantes que tenía el día en que su población fue masacrada.

En 1942 en plena II Guerra Mundial el pueblo se encontraba bajo el control alemán después de la ocupación de la Francia de Vichi por la Wehrmacht, no obstante se había mantenido inalterado por el transcurso de la guerra ya que, sus habitantes no eran colaboradores con el enemigo ni tenían relaciones con el movimiento Resistencista.

El 6 de Junio de 1944 se produce uno de los hechos más trascendentales no solo en esta guerra, sino que marcó el transcurso de la historia. Hablo del Desembarco de Normandía la mayor operación de invasión por mar de la historia, donde casi tres millones de soldados cruzaron el Canal de la Mancha desde Gran Bretaña a la región de Normandía en la Francia ocupada.

Esta operación cuyo nombre en clave era Operación Neptuno formaba parte de la Operación Overlord cuyo objetivo era desembarcar en Europa un ejército que, tras la liberación de Francia llegase al mismo corazón del Tercer Reich.

La Wehrmacht tenía diseminadas sus fuerzas en una gran guerra de varios frentes, así, la 2ª División Panzer de las SS “Das Reich” dirigida por el General Lammerding recibió ordenes de atravesar el país para apoyar los combates que estaban teniendo lugar en Normandía tras el desembarco. Durante el camino, la unidad se vio constantemente hostigada por miembros de la Resistencia.

Emblema de la División Waffen-SS “Das Reich”. El símbolo empleado es el Wolfsangel, es un símbolo rúnico que en alemán significa (Gancho para Lobos o Cazador de Lobos) siendo utilizado por los Nazis al igual que otros símbolos como la esvástica.

En la mañana del 10 de Junio, dos civiles franceses denuncian ante oficiales de esta unidad que los habitantes de Oradour-Sur-Glane estaban celebrando la victoria aliada y que colaboraban con el maquis de la zona. Al mismo tiempo el SD de Limoges informaba que había un cuartel general en ese pueblo. Se da la casualidad de que un alto oficial de las SS había desaparecido por lo que se supuso que estaba preso del maquis de la zona.

El llamativo escudo de Oradour-Sur-Glane

Esa misma mañana el 1er Batallón del Regimiento de las SS “Der Führer” comandado por el SS-Sturmbannführer Otto Dickmann manda rodear el pueblo y ordena que todos sus habitantes, incluidos los niños que estaban en las escuelas, sean congregados en una plaza so pretexto de que se iba a proceder a una verificación de identidad. Las SS procedieron con aparente calma por lo que la población obedeció sin protestar.

Más tarde los hombres fueron separados del grupo, las mujeres y los niños fueron encerrados en la iglesia. El grupo de hombres fue dividido en seis grupos y estos fueron encerrados en diversos graneros del pueblo donde fueron ametrallados y quemados.

Posteriormente los soldados Nazis colocaron un artefacto en el interior de la iglesia del que salían unas mechas ante el horror de las mujeres y los niños allí presentes. Tras encender la mecha el artefacto debía liberar un gas asfixiante, no obstante por error explotó generando una intensa humareda negra que acabó con la vida de cuantos allí se encontraban. Por si esto fuera poco los soldados dispararon desde el exterior y lanzaron sillas, trozos de madera y paja sobre los cuerpos prendiéndoles fuego. El fuego en el interior de la iglesia fue tan intenso que a día de hoy puede verse en el interior de la misma la campana derretida.

Este relato nos llega de la mano de la señora Rouffanche como parte del testimonio que dio a conocer en el Tribunal Militar de Burdeos en 1953.

Mi hija fue asesinada cerca de mí por una bala disparada desde el exterior. Le debo mi vida a la idea que yo tenía que cerrar los ojos y fingir estar muerta .

El fuego estalló en la iglesia, luego el fuego de la paja, leña y sillas se extendieron por todos los cuerpos que yacían en el suelo entre las losas de piedra. Me había escapado de la matanza y fue sin daño, así que hice uso de una nube de humo para deslizarme detrás del altar. En esta parte de la iglesia hay tres ventanas. Me dirigí hacia la más ancha, la del medio y con la ayuda de un taburete que se utilizaba para encender las velas, traté de alcanzarlo. No sé cómo, pero mi fuerza fue multiplicada. Me lancé por ella lo mejor que pude y salté al vacío por la abertura que se me presentaba, está estaba aún cerrada, con el empuje de mi cuerpo las maderas y los cristales quedaron hechos añicos. Di un salto de unos nueve metros de profundidad.

Cuando levanté la vista vi que detrás de mí, me había seguido en mi descenso, una mujer que agarraba fuertemente a su bebé en sus brazos. Ella cayó a mi lado, pero los alemanes, alertados por los gritos del bebé, nos ametrallaron. La mujer y su hijo murieron y yo resulté herida, arrastrándome como puede, cerca de mí había un huerto, me escondí entre unas filas de guisantes y esperé con ansia a que alguien viniera a ayudarme. Eso no fue sino hasta el día siguiente a las 5 p.m. “…

http://www.scrapbookpages.com/Oradour-sur-Glane/Story/Rouffanche.html

El resultado de esta masacre fue 642 personas asesinadas, 240 mujeres, 209 hombres y 193 niños que murieron de forma injusta ya que tras la versión oficial de la masacre quedo probado que los habitantes de Oradour-Sur-Glane eran inocentes. Aunque la región de Limousin era el centro del movimiento resistencista comunista el pequeño pueblo se encontraba al margen de todo lo que pasaba a su alrededor. La posible explicación a este suceso es la similitud del nombre de Oradour-Sur-Glane con el del cercano pueblo de Oradour-Sur-Vayres que si tenía una actividad destacable en la resistencia y con el que se habrían confundido los denunciantes ante las tropas Nazis.

Hubo un grupo de personas que consiguió escapar, escondiéndose en la Abadía de Munch, la cual disponía de un foso y un puente levadizo. Los monjes ayudaron a un grupo de madres y sus hijos, así como 6 judíos, a escapar por el desagüe en la oscuridad total por casi 800 metros. Gracias a los testimonios de estos supervivientes como la señora Rouffanche se conoce en gran medida lo sucedido ese fatídico día.

Finalizada la guerra el Jefe del Gobierno Provisional Francés Charles de Gaulle ordeno mantener las ruinas de Oradour-Sur-Glane en su estado como homenaje a las víctimas de esta masacre en particular y de la guerra en general, y como símbolo de los sufrimientos causados por la ocupación Nazi.

Charles de Gaulle, Marzo de 1945:

Oradour-Sur-Glane es el símbolo de las desgracias de la patria. Conviene preservar su recuerdo, pues hace falta que nunca más semejante desgracia se reproduzca…

En 1992 se da el primer paso para la creación del memorial por parte del Consejo General de la Haute-Vienne y en 1994 se inicia el proyecto de diseño del sitio. En 1999 se inaugura el memorial y el centro de documentación en presencia del Presidente Jacques Chirac.

En la actualidad es posible visitar las ruinas de este pueblo de forma gratuita al que se accede a través del centro de la memoria. Este centro alberga un museo y un amplio archivo documental sobre la II Guerra Mundial, el nazismo y la masacre de Oradour-Sur-Glane. El archivo cuenta con una gran cantidad de documentos, fotografías, películas, bibliográfica y dossieres que pueden consultarse previa solicitud.

LAS RUINAS

Como bien hemos dicho anteriormente, es posible visitar las ruinas del pueblo que se encuentran prácticamente inalterables desde aquel fatídico día. Solo el enfilar la subida de las escaleras y acceder a la arteria principal del pueblo basta para que a uno de le pongan los pelos de punta.

Los viejos raíles del antiguo tren incrustados sobre esta arteria impregnan al lugar un sentimiento de nostalgia, de añoranza. Por sus lomos ya no discurren trenes, no mueven mercancías ni conectan la vida de este lugar con otras poblaciones. Se han convertido en una vía muerta, una vía que falleció junto a los habitantes de este lugar el día que sus vidas fueron sesgadas.

El lugar está cuidado y respetado con mimo, aquí no hay pintadas ni acumulaciones de basura como por desgracia pasa en otros lugares semejantes. El mismo hecho de posar mis pies sobre el asfalto de las calles hace que me sienta como un profanador. Sobre las fachadas de las casas hay colocados unos carteles informando sobre las familias que habitaban su interior, lo establecimientos del pueblo o los lugares más significativos de la matanza del 10 de Junio de 1944.

Durante el recorrido encontramos multitud de vehículos de época calcinados y oxidados que sin duda hoy serían auténticas joyas. Al final de la larga calle principal se situa la iglesia, un templo del siglo XV en cuyo interior murieron las mujeres y los niños de Oradour-Sur-Glane. Qué paradoja, un templo sagrado, convertido en infierno, muerte y fuego.

Muy cerca de la iglesia hay un pequeño pozo que se ha convertido en un improvisado pozo de los deseos, donde los visitantes depositan monedas, no se muy bien si como ofrenda o para pedir que no se vuelvan a repetir hechos como este.

MONUMENTO A LOS CAIDOS

En la zona norte del pueblo se encuentra el cementerio. No es solo el antiguo cementerio de Oradour-Sur-Glane si no que es el cementerio al uso del actual pueblo. En su interior se encuentra el monumento a los caídos, un monumento financiado por un particular, un superviviente que perdió a su familia en la matanza. El monumento se compone de una gran columna que contiene las cenizas de la mayoría de las víctimas. Hay que destacar que de las 642 víctimas de la masacre solo se consiguieron identificar a 52, el resto fueron dados por desaparecidos y por ende, fallecidos.

Frente a la gran columna hay dos urnas de cristal que contienen restos óseos de los cuerpos que se encontraron calcinados. Tras la columna y sobre un muro hay 8 placas de mármol negro con los nombres y edades de las 642 personas asesinadas.

LA CRIPTA

Frente al cementerio hay una pequeña planicie, en cuyo centro, bajo tierra, se encuentra el memorial de Oradour-Sur-Glane, una exposición de pequeñas reliquias, útiles, instrumentos, herramientas y objetos personales que se recolectaron cuidadosamente entre las ruinas de las viviendas.

Objetos que sin más, y al igual que todo aquí, han quedado paralizados en el tiempo, víctimas de la barbarie y de la locura. Una muestra más de lo que es capaz de hacer el ser humano. Una muestra más de la estupidez humana.

Fotos y Texto: Juan Carlos Pasalodos Pérez

Mas información:

http://www.oradour.org/

http://www.memoriales.net/topographie/francia/oradour.htm