LAS CUEVAS DEL SANTO GRIAL, Lombrives y Bethleen…
LAS CUEVAS DEL SANTO GRIAL, Lombrives y Bethleen…
Resulta increíblemente curioso, como la búsqueda de un objeto «imaginario», ha implicado y obsesionado durante siglos a cientos de miles de personas de todo el mundo y de todas las épocas. Digo «imaginario», porque aunque actualmente se considere al Santo Grial como la copa en la que Jesús bebió en la última cena y en la que, posteriormente José de Arimatea recogió la sangre de Cristo cuando este fue crucificado, lo cierto es que la historia del Santo Grial está basada en un mito.
Las leyendas alrededor del objeto sagrado han calado tan profundamente sobre la historia de ciertos lugares y personajes, que en muchos casos se aceptan como parte de su historia real, dando pie a todo tipo de leyendas. Hoy nos acercamos a uno de esos lugares, las cuevas del Sabarthès en Francia, pero antes de nada, pongámonos en contexto.
EL SANTO GRIAL
La palabra Grial –pronunciada «graal» en francés antiguo- parece ser una adaptación del término latino «gradalis» que implica la idea de un plato, escudilla o bandeja con viandas, que es llevado a la mesa en diferentes momentos «gradus» de una comida. Se trata de un plato ancho y hondo, en el cual los alimentos son presentados ceremoniosamente ante un rico durante el desarrollo de una comida. En lengua vernácula se lo llama «greal», el cual satisface y a la vez da la bienvenida a una comida. Suele ser de plata o de algún otro metal precioso de la misma forma que se utiliza para presentar una serie de costosos y exquisitos manjares. Lo cierto es que con el paso del tiempo, las leyendas y las diferentes teorías han dado pie a relacionar lo que se piensa que puede ser el Santo Grial, ya no con el Cáliz de la última cena, sino con otros objetos místicos de poder cómo el Arca de la Alianza, la Mesa de Salomón, la Piedra Filosofal, la Tabla de Esmeralda, el Toisón de Oro o incluso ya no como un objeto, sino como la estirpe de Sangre Real Sang Real- Santo Grial, un linaje descendiente de la unión entre Jesús y María Magdalena. No faltan los que piensan que el Santo Grial, como tal, es alcanzar un grado de consciencia o de sabiduría superior.
Es importante destacar que ni en la Biblia, ni en ninguno de los textos apócrifos se menciona y ni siquiera el historiador judío Flavio Josefo habla en ningún momento del Santo Grial. La primera referencia que se conoce de este objeto se hace en una obra inacabada escrita por Chrétien de Troyes y publicada en 1176 llamada ‘Perceval o el Cuento del Grial’. La obra está compuesta por una serie de poemas en los que se narran las andanzas de un extraño caballero de la corte artúrica llamado Perceval, cuyo episodio más importante se produce cuando en una de sus aventuras, el caballero llega a una especie de castillo mágico, donde se le recibe agasajado con una fastuosa cena, durante la cual desfilaron unos pajes que portaban candelabros de oro y una lanza con la punta de hierro de la que manaba una brillante gota de sangre, seguidos posteriormente por una bella doncella, que portaba en sus manos un Grial de oro en forma de plato o escudilla adornado con piedras preciosas. La prudencia de Perceval de no querer parecer indiscreto le salió muy cara al no formular la pregunta clave ¿A quién sirve el Grial? mediante la cual le hubiese sido revelado el secreto del misterioso objeto. Al día siguiente, cuando se despertó, observó que la gente del castillo había desaparecido y con ellos, la posibilidad de desvelar el secreto del Grial con el que hacer sanar la herida del Rey Arturo, y así liberar a su reino de los padecimientos que sufría. Como vemos, en esta ficción épica, al Grial a secas, se le nombra sin la denominación de Santo, aunque parece poseer un claro simbolismo cristiano. Chrétien no explica en qué consiste el Grial, y la obra se interrumpe bruscamente.
Más tarde, serían Robert de Boron y Wolfram Von Eschenbach quienes a finales del Siglo XII y comienzos del Siglo XIII, desarrollarían la obra de la manera que la conoció la Europa medieval. Robert de Boron, en «Joseph d’Arimathie y Estoire del San Graal», es el responsable de transformar el «Grial» de Chrétien en «Santo Grial«. Este autor inglés espiritualiza el simple plato mencionado por el francés y lo convierte en la copa de la Última Cena. De Boron es también el primero en afirmar que José y su familia llevaron el Grial a partes no especificadas de Britania. Fue así cómo se unió el concepto de «Santo Grial‘ con la copa descrita por San Mateo (26: 27-29): «Del mismo modo, tomó el cáliz y se lo dio a sus discípulos diciendo: ‘Tomad y bebed todos de él…» otorgándole además propiedades sobrenaturales y adaptándolo después a las aventuras del Rey Arturo en el siglo XIII.
Por su parte, el Parzival de Wolfram Von Eschenbach es en muchos aspectos muy próximo al de Chrétien de Troyes, con la diferencia de que Eschenbach continúa la obra hasta ofrecer un final, en el que Parzival sí realiza la pregunta que se le requiere sobre el Grial, coronándose además como nuevo Rey del Grial. Pero la diferencia más significativa entre las dos obras la encontramos en la descripción que cada uno hace del Grial. Chrétien lo describe como una copa o bandeja mientras que Wolfram por su parte, cambia la concepción del Grial por el de una piedra caída del cielo. ¿Por qué este cambio? Existen opiniones que dicen que Eschenbach se inspiró en el Apocalipsis (capitulo 2 – versiculo 17) “Aquel que gane la victoria, a él será a quien yo entregue el maná oculto, y a él le daré una piedra blanca, y un nuevo nombre estará escrito en la piedra, un nombre que nadie conoce, exceptuando quien la porta”.
Otra interpretación del mismo tema, habla del Grial como la Lapis Exillis piedra que cayó desprendida de la corona de Lucifer cuando este fue derrotado por el arcángel San Miguel después de desafiar a Dios. Wolfram von Eschenbach cuenta que cada Viernes Santo, una paloma descendía del cielo y depositaba una ostia en la piedra, de forma que esta mantuviese sus poderes mágicos. Porque el Grial puede producir toda la comida y bebida que sus servidores deseen, curar todas las enfermedades y a todos quienes le contemplan concederles la vida eterna. La piedra, según Wolfram, estuvo primero en el cielo, entre las estrellas, pero fue conducida a la tierra, en donde fue resguardada por Titurel.
Aunque actualmente está, por noma general, aceptado como un mito y su búsqueda todavía no haya dado resultados, la expectación y las teorías alrededor del mismo han aumentado con el tiempo. Las leyendas sostienen que podría estar oculto en Glastonbury (Inglaterra) junto a un río donde la sangre fluye roja, o escondido por los Templarios bajo la capilla de Rosslyn en Escocia. Otras teorías sobre el destino del Grial de la mano de los Templarios, lo sitúan enterrado en Oak Island (Nueva Escocia) donde a día de hoy y desde hace más de doscientos años, se sigue excavando en busca de un «supuesto tesoro increíble» sepultado en lo que se conoce como el Pozo del Dinero. Hay quien afirma que el objeto sagrado estaría escondido bajo la iglesia de la pequeña aldea francesa de Rennes-le-Château, protegido por los masones o por la sociedad secreta del Priorato de Sión o incluso que estos mismos, lo hubiesen ocultado en algún lugar bajo la planicie rocosa de «Salvaterre» en los parajes de Opoul-Perillos (Francia).
Aquí en España, la historia apunta en la posibilidad de que la copa sagrada sea el Santo Cáliz de la Catedral de Valencia o el Cáliz de Doña Urraca que se encuentra en la Real Colegiata de San Isidoro (León), aunque también se piensa que pudiese estar oculto en Toledo, en la conocida Cueva de Hercules o en la montaña barcelonesa de Montserrat, hasta donde viajó el mismísimo Heinrich Himmler para preguntarles a los monjes del lugar, si se encontraba allí el deseado objeto y si hacían el favor de entregárselo…
Caliz de Doña Urraca
LOS CÁTAROS Y EL GRIAL
A principios del siglo XII, un nuevo movimiento religioso comenzó a extenderse por el Languedoc francés, en lo que hoy se denomina País Cátaro. Se cree que la comunidad cátara fue una corriente religiosa originaria de los bogomilos, ya que hasta esta zona viajó el bogomilo Niketas en el año 1167 desde los Balcanes, buscando un lugar en el que poder predicar su doctrina religiosa, y ese lugar fue el Languedoc. En aquella época, toda esta zona no formaba oficialmente parte de Francia, era un principado gobernado por un puñado de familias nobles, siendo las principales la de los Condes de Toulouse y la casa de Trencavel.
Los Cátaros practicaban una tolerancia religiosa civilizada y predicaban una religión basada en la no violencia, la pobreza y el recogimiento espiritual, en contraste con el fanatismo que caracterizaba a otras partes de Europa, y además, la iglesia de Roma no gozaba de mucha estima, debido a su notoria corrupción. El catarismo era un Cristianismo dualista. Frente a una iglesia de Roma según ellos desorientada y a la que llaman la iglesia de los lobos, los Cátaros pretendían encarnar la verdadera iglesia de Dios. Jesús, si era mortal, había sido un profeta del AMOR y cuando este amor era pervertido se convertía en su inverso, ROMA, cuya Iglesia opulenta y lujosa era, a juicio de los Cátaros, la encarnación y manifestación palpables en la tierra de la soberanía del Rex Mundi.
El catarismo fue ganando la adhesión del pueblo en la zona del Languedoc, que apreciaba la sencillez de sus clérigos, admiraba su vida ejemplar y comprendía sus prédicas en lengua vulgar. Este movimiento fue aceptado y apoyado también por la nobleza de la zona. Los Cátaros no reclaman dinero a los señores, toda vez que les animaban a no dar diezmos a la iglesia, cuyo principio, en estas tierras, nunca había sido aceptado.
Todo esto originó que la Iglesia Católica considerase herética a esta comunidad y desde algún tiempo atras, tanto la nobleza del norte de Europa como la iglesia Romana, eran conscientes de la debilidad militar del Languedoc y ansiaban aprovecharse de ella.
La gran aceptación que estaba teniendo este movimiento empezó a preocupar a la sede eclesiástica y fue el Papa Inocencio III, quien marcará el comienzo de una lucha sistemática contra el catarismo. La excusa que necesitaba Inocencio III para hacer intervenir al rey contra los Cátaros le llegará cuando en enero de 1208, se convoca a Pierre de Castelnau en Saint-Gilles, cerca del Ródano, para reconciliarse con la Iglesia. La reunión es un fracaso y el 14 de Enero, cuando Pierre de Castellnau se apresura a cruzar el Ródano, cerca de Arles, el legado es asesinado. Raimundo VI -conde de Tolosa- aunque inocente, es acusado de haber instigado este crimen e Inocencio III convoca entonces la cruzada contra los Cátaros, la única cruzada jamás combatida en tierras católicas.
Fueron decenas de miles, sino cientos de miles las personas pasadas a cuchillo o quemadas vivas en grandes piras, en lo que fue uno de los mayores genocidios de la historia europea. Ciudades completamente arrasadas en las que no se distinguía quien era Cátaro y quien no; «matadlos a todos que Dios distinguirá a los suyos» llegó a espetar Arnau Amalric en la carnicería llevada a cabo en la ciudad de Beziers el 22 de julio de 1208 donde perecieron más de 20.000 personas. La Cruzada contra los Albigenses -así es como se conoce hoy este trágico episodio de la historia- duró 36 largos años.
La última gran batalla contra los «buenos hombres» como se denominaba a los Cátaros, tuvo lugar en uno de sus bastiones más importantes, el Castillo de Montsegur, denominado por las fuerzas eclesiásticas como la «cabeza del Dragón» debido a la importancia que este enclave tenía, y aunque no fue el último reducto cátaro, su caída significó el fin de la Cruzada Albigense. Este castillo se construyó entre 1205 y 1211 coronando una vertiginosa formación rocosa conocida como el Pog a 1207 metros de altitud. Fue erigido sobre las ruinas de un antiguo templo solar pagano, o por lo menos así lo piensan autores como René Nelli o Fernand Niel, ingeniero e historiador de Béziers, quien llegó a presentar una serie de trabajos en los que detallaba con mediciones y cálculos, como la fortaleza era en realidad un templo solar y zodiacal tan meticulosamente construido, que era capaz de advertir los solsticios y los equinoccios solares a través de la alineación de sus muros, aunque también hay quien piensa que el ángulo formado por los muros sur-suroeste, son parte de un gigantesco pentágono formado entre montsegur y otras construcciones de la región, formando así una geometría sagrada.
En Montsegur se refugiaron más de quinientas personas bien decididas a soportar el largo sitio que se preparaba. Durará diez interminables meses y en la operación estaría al mando de las tropas cristianas el senescal de Carcassonne Hugo des Arcis, que conduce un ejército de cerca de 15000 hombres. El «monte seguro» resiste durante diez interminables meses, pero poco antes de Navidad, un pequeño grupo de vascos escala de noche el Roque de Tour y toman posición sobre él, donde los asediadores podrán instalar ahí sus catapultas. A partir de entonces, la situación de los asediados se va deteriorando hasta hacerse insostenible y el 2 de marzo de 1244, Montsegur capitula. No obstante, antes de entregarse, los cátaros pidieron una tregua de 15 días que incomprensiblemente les es concedida. Nadie sabe muy bien qué pasó en el interior de la fortaleza durante esa tregua, pero finalmente, el 16 de marzo de 1244, los Cátaros que rechazan renegar de su fé, la mayoría perfectos, son condenados y al pié del Pog, en lo que hoy se conoce como el Prat dels Cremats (prado de los quemados) más de 200 Cátaros fueron quemados vivos.
¿Pero que tiene todo esto que ver con el Santo Grial? Según antiguas leyendas basadas en las declaraciones de varios testigos, algo extraño ocurrió durante la última noche de tregua en el Castillo de Montsegur. Según afirmó el hereje Arnaut Rotger de Mirepoix, al caer la noche del día anterior a la capitulación de la fortaleza, cuatro hombres, entre los que se encontraba Amiel Aicart, consiguieron escapar descolgándose con cuerdas por la pared norte del Pog, una auténtica pared de piedra vertical de cientos de metros de altura. Otro testigo, en este caso Imbert de Salas, confirmaba este relato en el juicio al que fue sometido por la Inquisición, aportando también los nombres de Mathéus Hugues, Bonnet y Potevin como componentes de la cuadrilla que consiguió escapar de Montsegur. Parece ser que estos cuatro valientes portaban los tesoros más preciados para la comunidad cátara y es de suponer, que este tesoro no era muy voluminoso debido a la dificultad de transportarlo en el descenso de la montaña. Hay quien piensa que el tesoro que estos portaban eran las escrituras o libros sagrados de los Cátaros. Otros aluden a un gran tesoro de oro y joyas, cosa difícil siendo los Cátaros un movimiento religioso que predicaba la pobreza y el recogimiento espiritual. Pero hubo una corriente que aseguraba que los Cátaros estaban en posesión del Santo Grial original, y que este fue el objeto que pusieron a salvo aquella noche.
Castillo de Montsegur
LOS NAZIS Y LA CRUZADA DE OTTO RAHN EN BUSCA DEL GRIAL
Otto Wilhem Rahn nació en Michelstand el 18 de febrero de 1904. Siendo sólo un niño, este joven arqueólogo mostró su fascinación y un gran interés por las leyendas medievales relacionadas principalmente con objetos de poder y tesoros religiosos. De esta forma, empezó a acudir a clases particulares de filosofía e historia, sintiéndose cautivado por el mito del Grial y su posterior relación con la herejía Cátara, influenciado principalmente por las obras de Chrétien de Troyes y Wolfram Von Eschenbach. Sin darse apenas cuenta, en su mente se fue forjando una obsesión a la que acabaría dedicándose el resto de su vida; La búsqueda del Santo Grial.
Otto Rahn
En el siglo XIX, el escritor y ocultista Joséphin Péladan fue el primero en impulsar el vínculo entre el Grial y los Cátaros, al relacionar el castillo de Montsegur con el Montsalvat del Grial. Esta leyenda empezó a coger fuerza dentro de sociedades secretas y círculos ocultistas dando pie a un sin fin de teorías que promovieron la llegada a Montsegur de multitud de cazatesoros, obsesionados con hacerse con el preciado objeto. Como no podía ser de otra forma, Otto Rahn, el joven arqueólogo alemán, fue quien protagonizó una de las búsquedas más apasionantes del Santo Grial, tanto en la cima del Pog como por toda la región del Languedoc, así como por varios países como Italia, Suiza y España.
Las investigaciones de Rahn le llevaron al convencimiento de que el ansiado objeto estuvo en poder de la comunidad cátara y que su último bastión, Montsegur, fue el Munsalvaesche donde se asentaba el Castillo del Rey Pescador, aquel lugar donde le fue mostrado el Grial al caballero Perceval del romance de Eschenbach. Además, la leyenda hablaba de que los Cátaros guardaban entre su tesoro “una piedra caída del cielo” que Rahn rápidamente identificó con el Grial que el autor medieval menciona en su Parzival.
Como curiosidad, corre el rumor de que los cineastas George Lucas y Steven Spielberg -quienes nunca han corroborado pero tampoco han negado el hecho- se inspiraron en la figura del joven alemán para crear la mítica saga Indiana Jones, llegando incluso a producir en su honor un film de la saga llamada “Indiana Jones y la Última Cruzada”, cuyo argumento giraría en torno a la vida del arqueólogo y más concretamente a las investigaciones y descubrimientos que recogió en su libro “Cruzada Contra el Grial”.
La obsesión de Rahn por la cultura cátara se refleja en este libro, en el que sostiene que el Parzifal de Wolfran Von Eschenbach narra hechos encubiertos que sucedieron realmente durante la Cruzada Albigense, y su obstinada creencia en que fueron estos los últimos poseedores del Grial. Estas creencias le llevaron a viajar a Francia en el año 1929, instalándose en la aldea de Lavelanet, desde donde organizaba sus rutas para explorar las ruinas de Montsegur y las grutas próximas a la montaña. Pasó meses inspeccionando las grutas subterráneas y rastreando el castillo, llegando incluso a realizar excavaciones. Todos sus esfuerzos fueron en vano, pues cualquier tipo de pista que pudiese indicar la localización del objeto sagrado se había perdido con el paso del tiempo.
No decayó el ánimo de Rahn, quien no dudó en buscar respuestas en las leyendas locales, entrevistandose con los habitantes más longevos de la zona, de boca de los cuales, descubrió la hazaña de los cuatro Cátaros que se descolgaron por las laderas del Pog para escapar de Montsegur la noche anterior a su capitulación y la posibilidad de que el “tesoro” que portaban, lo hubiesen ocultado en las grutas del Sabartés, próximas a la localidad de Ornolac-Ussat-les-Bains. Fue así como entró en contacto con Antonin Gadal, un erudito francés que se mostraba convencido de que el tesoro Cátaro estaría sin duda escondido en aquellas cuevas, mostrándose interesado principalmente por las grutas de Bethleen, L`eremite, Fontanet y la cueva de Lombrives. No obstante, la tarea de rastrear estas cuevas no iba a resultar nada fácil, pues esta última, está considerada como la cueva visitable más extensa de Europa.
Hasta allí pusieron rumbo los dos investigadores y convencidos como estaban de encontrarse en el lugar indicado, comenzaron a explorar el interior de las grutas que horadan las entrañas de las montañas. Al principio, un eufórico optimismo se apoderó de los dos exploradores al comprobar sobre el terreno, como las grutas ofrecían una coincidencia asombrosa con lo citado en el poema de Eschenbach; “Parsifal se había introducido en una cueva llamada Fontane la Salvasche y allí fue iniciado por un eremita en los secretos del grial, para posteriormente enviarle a una segunda gruta en la que había un misterioso altar”. El nombre de la gruta Fontanet coincidía con el mencionado por Eschenbach y el interior de la cueva de Bethleen, una Spoulga de pequeñas dimensiones, encontraron lo que parecía ser una cueva iniciática o cueva ritual. En su interior hallaron un misterioso altar donde ejercía como losa principal una gigantesca roca sustentada por tres piedras de menor tamaño. Más desconcertante fue lo que se mostraba frente al altar tallado de forma rudimentaria sobre la pared de roca. Nada menos que un pentágono, en cuyo interior podría situarse perfectamente una persona con los brazos y piernas extendidos en su vertices cual hombre de Vitruvio. Gadal encontró también una pequeña placa de bronce en la que aparecía grabada la forma de una paloma.
Mayor fue la sorpresa, si cabe, cuando se introdujeron en las extensas y laberínticas galerías de Lombrives, al observar sobre sus paredes miles de grafitis hechos con carbonilla, todos ellos originales y realizados desde siglos atrás, dejando como legado, escrito en la roca, decenas de siglos de historia sobre lo acontecido en el interior de aquella majestuosa caverna. Nombres, fechas, símbolos… No obstante, la excitación por todos aquellos hallazgos se transformó rápidamente en frustración. La vasta red de galerías hacía casi imposible la tarea de inspeccionar todos y cada uno de los rincones, el tiempo se fue agotando y tan solo lograron hallar un decepcionante puñado de piezas arqueológicas sin apenas valor.
En un último esfuerzo por encontrar la reliquia, Otto Rhan decidió aprovechar el poco tiempo que le quedaba en repasar sus apuntes y documentación a fin de aclarar su ideas y visitar algunos de los lugares más significativos de la región, relacionados con la herejía cátara. De esta forma, recorrió sin descanso los valles prepirenaicos del Languedoc francés, recopilando información que le pudiese ser útil en futuras expediciones. Fue entonces cuando, casi sin quererlo, encontró algo que renovó sus esperanzas y su convencimiento de que en algún lugar, en aquellos agrestes parajes, se ocultaba el mítico Santo Grial.
Cuando se encontraba en el pequeño poblado de Olbier (Auzat), curiosamente a tan solo un puñado de kilómetros de las grutas de Ornolac-Ussat-les-Bains, visitando las ruinas del castillo de Montreal de Sos, consiguió acceder a una gruta que horadaba prácticamente el subsuelo del castillo. En su interior, pintado sobre la fría roca, se presentaba un antiguo mural en el que se representaban como atributos principales, una espada, una especie de grial y una lanza, algo que él interpretó como una clara alusión al Santo Grial Cristiano y a la Lanza del Destino, aquella por la que posteriormente llegaría a obsesionarse el mismísimo Adolf Hitler. Todo el mural aparecía decorado con 13 cruces rojas y en el interior destacaba un recuadro enmarcado dentro de otro recuadro, en cuyo interior aparecían cinco cruces y cinco gotas de sangre. Una veintena de cruces se ordenaban de forma proporcional en el espacio que había sobre los dos recuadros a modo de marco.
No hubo tiempo para más y Otto Rahn tuvo que regresar a Alemania, donde el régimen nacionalsocialista empezaba a mostrar su intención de crear un estado basándose en la creencia de que el origen del pueblo alemán, descendía de una poderosa raza ancestral superior, la raza aria, cuya pureza se fue adulterando con el paso de los siglos al mezclarse este tipo de seres con otros de civilizaciones inferiores.Su proposito pues era el de restaurar la pureza de su pueblo, encontrar los orígenes de esa civilización ancestral que en su día habitó en la mítica Atlantida y eliminar y someter al resto de civilizaciones inferiores. En la cima de toda esta paranoia se encontraban dos hombres, Heinrich Himmler y Alfred Rosenberg, ambos miembros de una sociedad secreta llamada Thule, sociedad que más tarde fundaría otra sociedad llamada SS Ahnenerbe, Sociedad de Estudios para la Historia Antigua del Espíritu, destinada a la búsqueda de los orígenes de la raza aria y de objetos místicos y de poder entre los que se encontraban, como no podía ser de otra forma, el mítico Santo Grial.
Emblema Ahnenerbe
Otto Rahn publica en 1933 su libro Cruzada Contra el Grial y el libro no pasó desapercibido para Heinrich Himmler, quien no dudó un instante en ofrecer al joven arqueólogo incorporarse a su recién creada sociedad Ahnenerbe. A pesar de ser un firme detractor de del régimen nazi, Rahn se vio obligado a aceptar el ofrecimiento debido a la situación política cada vez más tensa, la falta de recursos económicos y, por qué no decirlo, por ser para él una increíble oportunidad de contar con una fuente de financiación y el apoyo para acometer futuras expediciones al lugar donde, tiempo atrás, había tenido que interrumpir sus investigaciones. De esta forma, Rahn pasó a formar parte de las SS nazis el 12 de marzo de 1936 y pronto vio aceptada su petición de volver a la Occitania cátara, aunque, como suele pasar, las cosas no iban a resultar como él pensaba. Tan solo obtuvo permiso y financiación para permanecer en el país galo unos pocos días, los suficientes para que sus superiores pudiesen corroborar el origen y la credibilidad de sus descubrimientos. En este viaje estableció su centro de operaciones en Les Marronniers, muy cerca de las cuevas del Sabarthés. Esto se conoce debido a las cartas que Rahn remitió a sus superiores informando de los lugares visitados y de las novedades en sus investigaciones.
El resto de la historia ya la conocemos, Alemania se abalanzó contra los países europeos dando comienzo la Segunda Guerra Mundial. Otto Rahn no volvería al Languedoc francés y su ánimo empezó a decaer a la misma velocidad que crecía su odio hacia el régimen nacionalsocialista. En 1937 publica su segundo libro La Corte de Lucifer en el que narra en una melancólica exposición el origen de sus descubrimientos y algunas de sus reflexiones sobre el origen y posible ubicación del tan ansiado Santo Grial.
Así, poco a poco su posición dentro de las SS se fue degradando, viéndose agravada además por los rumores de su condición homosexual y por haber sido visto frecuentando ambientes anti-nazis. Fue enviado como guardia al campo de concentración de Dachau, donde se sumió en una profunda depresión. Así se dirigía en una misiva a un amigo suyo; “Ya no es posible, por más tiempo, vivir en el país en el que se ha convertido mi patria. Ya no puedo dormir ni comer. Es como si una pesadilla se posara sobre mí”
Finalmente, el 13 de marzo de 1939, Otto Rahn fue encontrado muerto en la cima del monte Wilden Kaiser (Austria) tras haber practicado el ritual cátaro de la endura, una forma de suicidio que “garantizaba” al practicante el tránsito hacia la otra vida en su encuentro con Dios. El cuerpo estaba congelado sobre la nieve y en posición sedente con una gran serenidad en el rostro. Quizá, después de todo, Rahn consiguió las respuestas a su búsqueda en su tránsito hacia la otra vida.
LAS CUEVAS DEL SANTO GRIAL
Ornolac-Ussat-les-Bains es una localidad francesa perteneciente al departamento del Ariège, enclavada a la orilla del río del mismo nombre, dentro de la región Mediodía-Pirineos. Hay que decir, que el valle del Ariège, es una basta extensión que en su día estuvo ocupada por un inmenso lago, que curiosamente le confirió una forma acampanada evocando un gigantesco Cáliz o Grial. Al estar situada en los pirineos franceses, su entorno se presenta rodeado de una orografía montañosa que forma el valle de Ussat, cuyas montañas están formadas por rocas calizas sedimentarias y compuesto arcilloso, lo que ha facilitado durante siglos la formación de las innumerables grutas que horadan las entrañas de estas montañas. A todo este conjunto de cuevas se le conoce como las “Grutas del Sabarthés” debido al nombre del pueblo (Sabart) que preside la entrada del valle y que por extensión da nombre a toda la zona del Alto Ariège como la región del Sabarthés. Esta red de galerías subterráneas han sido habitadas y visitadas por el ser humano desde hace más de 10.000 años, en cuyas paredes es posible distinguir, a día de hoy, el rastro dejado por las civilizaciones de otros tiempos. A partir del siglo XII, muchas de estas cavidades se utilizaron como Spoulgas, pequeñas grutas amuralladas y fortificadas, cuya posición elevada privilegiada servía como puesto de vigilancia.
Ussat-les-Bains se encuentra flanqueado por dos imponentes montañas. Una de ellas, la que se sitúa en la margen este del río, es conocida como la “Montaña Sagrada” ya que en ella se encuentran las tres grutas que tanto la tradición oral, como las leyendas, han querido relacionar con el mito del Grial y con la herejía Cátara. Hablamos de la gruta de L`eremite, Fontanet y Bethleen, grutas calificadas de iniciáticas y denominadas como “Iglesias Cátaras”. Justo en frente, en la ladera de la montaña oeste, se encuentra la entrada a la majestuosa y extensísima Cueva de Lombrives, en el interior de la cual, se cree que los Cátaros escondieron su tesoro y por consiguiente, su Santo Grial. Es en esta cueva en la que la tradición sitúa también la tumba de la diosa Pyrene, de la misma forma, que existe una leyenda que habla de que en el interior de una de estas grutas, en las que existe una gran extensión de agua alimentada por un sifón -entendemos que se trata de Lombrives- existe en su fondo una gran losa rectangular con una especie de asidero, que nadie ha conseguido destapar, cuya ubicación hoy se desconoce y cuyo contenido sigue siendo un misterio.
GRUTA DE BETHLEEN
Cuando decidí viajar al Sabarthés para adentrarme en las Grutas del Grial, no tenía la menor idea de la ubicación de la Gruta de Bethleen y apenas encontraba información al respecto. Fue mi buen amigo Xavi Bonet el que me facilitó las indicaciones y un plano improvisado para llegar a la pequeña Spoulga, ya que él había explorado la zona años atrás. LLegue a Ussat-les-Bains y aparqué el coche en una explanada de tierra junto a un restaurante, en la zona conocida como “La Gare” de la N-20, junto a la antigua estación termal hoy en ruinas. Eran las 07:30 de la mañana de un mes de abril, y aquel paraje era desolador. No había rastro de vida aparente y aquel no parecía un sitio muy turístico, a pesar de encontrarme en el lugar desde donde se accede a la famosa cueva de Lombrives. No obstante como era temprano y comenzaba a amanecer, decidí no perder tiempo y me puse en marcha en busca del sendero que ascendía por la “Montaña Sagrada” hasta la gruta de Bethleen. No hubo pérdida y siguiendo las indicaciones de Xavi, pronto llegué a la primera zona amurallada. Era un primer recinto en el que llamaba la atención una grieta de poca profundidad, abierta en la pared rocosa de la montaña sin interés aparente. El sendero continuaba ascendiendo por la ladera hasta llegar a un rellano que parecía excavado artificialmente. Es como si se hubiese utilizado de pequeña cantera. Allí, se encontraba la entrada amurallada a la Gruta de Bethleen.
La pequeña Spoulga de Bethleen es sin duda una de las grutas más significativas de la zona, especialmente por lo que hallamos en su interior. La cueva posee una muralla defensiva así como los restos de una cisterna y se dice que en su interior, los Cátaros custodiaron el Grial, y si realmente no lo hicieron, no cabe duda de que fue un lugar especial para su religión. Al entrar, una pequeña escalera de madera nos facilita el acceso y lo primero que encontramos es el altar de piedra. No soy una persona sensitiva pero al instante noté una extraña sensación. No sabría decir si era la energía acumulada en aquella oquedad o simplemente la sugestión de encontrarme en un lugar tan especial.
Deje mi equipo en el suelo y posé mis manos sobre la fría piedra del altar. Apoyado sobre aquella roca, oteé detenidamente las paredes de la cueva hasta que la vista se posó sobre el ya mencionado pentágono tallado en la pared que me quedaba enfrente. Lo primero que pensé, es que aquella forma geométrica no había sido realizada de forma artificial. No era posible que un cantero, por torpe que fuese, grabase un pentágono de forma tan burda. No obstante pensé, y así lo creo, que los Cätaros eligieron aquel lugar como centro de culto al interpretar aquella forma geométrica natural como una señal, que hacía de aquella gruta un lugar mágico e idóneo para sus rituales. No hay que olvidar, que curiosamente el pentágono es uno de los símbolos más representativos del catarismo.
El cuerpo humano con sus miembros extendidos, inspira esta figura geométrica como ya lo hizo Leonardo Da Vinci con su Hombre de Vitruvio. Así, en el ritual de iniciación, el iniciado debía situarse en el interior del pentágono para culminar su transformación como Perfecto Cátaro. La gran roca que hace las veces de altar, en el centro de la estancia, acumula gran parte de la energía telúrica de la “Montaña Sagrada” y quien sabe, si no es posible que la gran piedra amplifique y vierta toda esa energía contra el gran pentágono que tiene enfrente. Bajo el citado pentágono alguien ha tallado recientemente la figura de un cáliz, y aunque en principio sea algo que no deba tenerse en cuenta, este garabato en la piedra demuestra cómo estas grutas siguen atrayendo a un sinfín de personas atraídas por el misticismo Cátaro y a buscadores del Santo Grial.
Sobre las paredes aparecen labradas o formadas en piedra diferentes oquedades cuya utilidad se desconoce, aunque bien podrían ser para colocar cualquier tipo de objeto litúrgico o para iluminar la estancia. Lo que no se ve a simple vista, y que mucha gente desconoce, son los grabados que hay en sus paredes. El investigador y escritor Xavier Musquera, descubrió que humedeciendo las paredes con agua, se hacían visibles una serie de grabados extraños. Manos que sujetan báculos, cuadros concéntricos similares a los del castillo de Montreal de Sos o incluso un disco solar que para Musquera podría hacer alusión al Santo grial. Aparece también entre los grabados una figura humana de pie que parece efectuar la imposición de manos a otra figura que se encuentra arrodillada, en lo que sería una clara representación del famoso ritual del Consolamentun Cátaro.
Bethleen es una cueva abierta y en el extremo opuesto a la entrada, o al fondo de la misma, la pared de la montaña se abre formando una enorme ventana con impresionantes vistas al valle, que hace las veces de mirador o de puesto de vigilancia. La verticalidad de la ladera hacen que el acceso o la salida de la cueva no sea posible desde esa abertura. Quedaba claro pues, que Bethleen era una Spoulga con una clara doble función. Llevar a cabo los rituales Cátaros mientras se vigilaba por si se aproximaban aquellos que les tildaron de herejes.
GRUTA DE LOMBRIVES
Cuando descendí de la “Montaña Sagrada” hasta donde tenía el coche, pude observar como un hombre colocaba un cartel junto a un árbol en el que podía leerse “Lombrives a 100m gauche” y los horarios de visitas. Faltaba algo más de una hora para la visita de por la mañana, por lo que decidí atravesar la estrecha carretera N-20 y husmear por las ruinas de los antiguos baños termales. Allí donde finaliza la hilera de habitáculos destinados otrora al goce del agua natural, nacía un camino dirección ascendente. Era el acceso a Lombrives.
Una pequeña caseta de madera servía de taquilla y puesto de información. Compré un ticket y me dieron la opción de esperar a que viniese más gente para subir a la cueva en un pequeño trenecito, pero como tenía tiempo de sobra, decidí subir andando. Según iba ganando altura por aquella serpenteante carreterucha, se hacían visibles algunas Spoulgas situadas frente a mí, en la “Montaña Sagrada”, y el Valle del Ariege se mostraba en su máximo esplendor. Cuando llegué al final del trayecto no se adivinaba la entrada de la cueva por ningún sitio y esta solo se hace visible cuando te presentas frente a ella, lo que hace de la gruta un lugar inmejorable para refugiarse.
Me tocó esperar media hora, y al tiempo, un hombre con una mochila se aproximó donde me encontraba y me preguntó en francés de donde era, de España respondí, muy bien pues como eres el único visitante de por la mañana, te podré dar las explicaciones en español, me llamo Santiago, soy de Barcelona. No jodas!!! en serio? respondí de forma espontánea… mientras nos acercabamos a la entrada iba pensando en la suerte que había tenido.
Lombrives -me explicaba Santi- significa lugar sombrío o lugar oscuro, un nombre que le viene al pelo a una cueva y más a una tan profunda como esta. El interior de la cueva se mantiene a una temperatura constante de 13º durante todo el año. Su vasta red de galerías y sus amplias cavidades se han formado a lo largo de más de 20 millones de años tras largos periodos glaciares, y gracias sobre todo a la erosión de los torrentes de agua subterráneos que han dado forma a esta increíble red Kárstica, que consta de 14 kilómetros de galerías, distribuidas en 7 niveles superpuestos, atravesando la montaña desde Ussat hasta Niaux. De hecho, la cueva de Niaux y Lombrives son la misma cueva, pero como los ayuntamientos de estas dos localidades no se pusieron de acuerdo en su explotación, decidieron dividir la cueva en dos y cada uno explotar su parte; cosas de política. La parte visitable de Lombrives se reduce a 7 kilómetros.
El espectacular tamaño de sus galerías y las maravillosas formaciones rocosas la han convertido en un lugar de refugio, maravilla y contemplación para los hombres durante siglos. Las diferentes salas y espacios forman un entorno sin parangón y cada cavidad que atravesabamos mostraba un paisaje totalmente diferente a la anterior.
Gracias a ello, las diferentes salas han sido identificadas con un nombre ateniéndose a su formación geológica o cualquier otra peculiaridad. Así, conforme íbamos adentrándonos en las profundidades de la cueva, pasamos por la sala de las Mil Estalactitas, la Carenne -llamada así por su forma similar a la de una quilla de barco invertida- la Catedral, -una enorme cavidad de 107 metros de altura en la cual se podría introducir la Catedral de Notre Dame de París desde la primera hasta la última piedra- la galería del Gran Cementerio, -en la que se encontró, en una excavación arqueológica, una necrópolis con varios esqueletos algunos de ellos enjoyados- la sala Blanca, el Lago o el conocido como Pasaje del Crimen, -un estrecho y angosto pasadizo que une la galería de la Carenne con la Catedral, obligando a quien lo atraviesa a hacerlo agachado, de forma que si alguien que se encuentre refugiado en la estancia interior se siente amenazado, puede fácilmente acabar con la vida del intruso decapitandolo o golpeándolo-.
De la misma forma, impresionantes estalactitas y estalagmitas han ido creando a lo largo de los siglos algunas formaciones espectaculares conocidas hoy por los nombres de aquello que parecen representar. Así, a lo largo del recorrido nos cruzamos con la bruja de Lombrives, el Mamut, el Benitier o Pila de agua Bendita, la Lechuza o la Tumba de Pyrene, entre otros.
La cueva ha sido habitada históricamente a lo largo de los siglos por el hombre prehistórico del Neolítico, por ermitaños, leprosos, pastores y ha servido como refugio para bandidos y forajidos de distintas épocas. En dicho lugar se refugiaron también los Cátaros del condado de Foix, así como algunos obispos y diáconos. Sus paredes aparecen plagadas de diversos graffitis realizados desde tiempos inmemoriales. Hoy en día hay catalogados más de 3.000 grafitis grabados en los últimos 400 años. Algunos fueron realizados por los calvinistas del Siglo XVI, otros son de inspiración masónica y republicana, datados alrededor de 1850 e incluso pueden verse confesiones amorosas de soldados de la resistencia francesa durante la Segunda Guerra Mundial, que al filo de un futuro incierto, quisieron perpetuar su amor hacia aquellas personas que seguramente llevarían tiempo sin ver y a las que posiblemente, ya no volverían a ver jamás. Destacando entre el resto, grabado en color rojizo, aparece el nombre de un jefe de policía que detuvo en el interior de la cueva a una banda que se dedicaba a falsificar moneda, quienes incluso tenían allí instalado su taller de falsificación. Entre la multitud de grafitis, son fácilmente reconocibles los grafitis de simbología cátara como estrellas de cinco puntas, pentágonos, discos solares, cruces griegas y antropomórficas. Una Cruz de Gólgota o una letra -que según Santiago era de simbología masónica- llaman poderosamente mi atención entre una cantidad abrumadora de nombres y fechas. Entre los más destacados aparecen el nombre de el Conde de Foix, de quien se dice que era un ferviente seguidor de la fe cátara, pero que tuvo que fingir ser cristiano para no acabar en la hoguera junto a su familia. De esta forma, siempre que podía, se adentraba clandestinamente en el interior de Lombrives para poder realizar sus rituales.
La cueva podría haber sido utilizada en tiempos remotos como templo solar y según cuenta Josep Guijarro en su libro El Tesoro Oculto de los Templarios, llegó a estar dedicada a Ilhomber, el sol de los Iberos. En Ussat se la conoce como la Catedral debido principalmente a su enorme extensión y a la sala conocida por ese nombre. Antiguamente una escala de piedra ascendía hasta lo alto de la cueva hasta llegar a un lago que da paso a un vertiginoso abismo. Hoy este recorrido puede hacerse a través de una cómoda escalera metálica que facilita el acceso a los visitantes. Junto al lago, se encuentra el tumulto conocido como la “Tumba de Pyrene”. ¿Será en el fondo de este lago donde según cuenta la leyenda mencionada anteriormente, se encuentra la misteriosa losa de piedra perdida cuyo contenido, aquello que cubre, bien sea un objeto o un acceso sigue siendo un misterio? Evidentemente es una leyenda de la que en principio no hay el más mínimo indicio de veracidad, pero al fin y al cabo, estamos tras la pista de un objeto basado en un mito…
Y hablando de mitos y leyendas, se dice que durante mucho tiempo, los habitantes de la zona más supersticiosos jamás se atrevieron a entrar en Lombrives, pues según se decía, esta era la morada de Lucifer, y no es casualidad, ya que en su interior existe una gigantesca cavidad conocida como el Imperio de Satán cuya extensión -no en altura- es cuatro veces mayor que la sala de la Catedral. Evidentemente, al hablar de Lombrives como morada de Lucifer, no podemos evitar que nos venga a la mente el Lapis Exillis, aquella piedra mágica que cayó desprendida de la corona de Lucifer cuando este fue derrotado por el arcángel San Miguel tras desafiar a Dios y que algunos, como Otto Rahn, quisieron identificar como el Santo Grial del que hablaba Eschenbach.
Pero al margen de leyendas, hay ciertos datos que evidencian el paso de los Cátaros por Lombrives y algunos de ellos relacionados con la fuga de Montsegur protagonizada por cuatro perfectos para poner a salvo del tesoro Cátaro. En la declaración que hizo Arnaut Rotger de Mirepoix recogida en los documentos inquisitoriales de Carcassonne se lee lo siguiente:
…Cuando los perfectos salían del castillo de Montsegur para ser entregados a la iglesia y al rey, Pèire Rotger de Mirepoix retuvo en el castillo a Amiel Aicart y su compañero Hug, y de noche, después de que el resto de perfectos hubieran sido quemados en masa, se evadieron y esto se hizo para que la iglesia de los herejes no perdiera su tesoro, que había sido escondido anteriormente en los bosques…
Entre la gran cantidad de documentación consultada, he encontrado varias citas que sitúan a Amiel Aicart como obispo Cátaro refugiado en Lombrives. Si esto es cierto y es el mismo perfecto que menciona Arnaut Rotger de Mirepoix, tendríamos aquí un claro vínculo entre la huída de Montsegur y la llegada del tesoro Cátaro a Lombrives de la mano de Amiel Aicart.
Por otra parte, la historiadora Montse Rius asegura que cuando aún humeaban las cenizas de la pira de Montsegur, los cuatro perfectos que escaparon el día anterior a la toma del castillo se refugiaron en Usson. Ángel Almazán cuenta que en los documentos de la inquisición de Carcassonne, aparece también registrada la huída de estos cuatro hombres aportando nuevos datos, que confirmarían la llegada de los cuatro forajidos a las grutas del Sabarthes:
…cuatro Cátaros se escaparon en la noche de Domingo de Ramos… Aquellos cuatro hombres descendieron con el tesoro de la Iglesia Cátara por la pared norte de Montsegur… Alcanzaron el río Lasset y pasaron por la falda del Pic du Saint Barthelemy, entre el Lago de los Druidas y el Lago del Diablo, llegando hasta el Sabarthes, donde entregaron el tesoro a Pons Arnol, señor de Verdum, quien lo pondría a buen recaudo…
En la web Historia y Arqueología se recoge al final de una artículo una cronología de ciertos acontecimientos ocurridos en las Grutas del Sabarthes, algunos de ellos recogidos en unos documentos conocidos como los Fondos Doat y otros sin fuente documental, que de alguna forma dejan clara evidencia de que tanto la poca documentación histórica que hay al respecto, como las leyendas transmitidas a lo largo de los años, apuntan en la dirección de que al finalizar la Cruzada Albigense, la escasa comunidad cátara se refugió en estas cuevas y muy posiblemente escondiendo en ellas su tesoro, su Santo Grial, fuese este lo que fuese.
CRONOLOGÍA
NOTA: Cuando no cite la fuente significa que no hay constancia histórica del hecho.
– Año 1210: Entierro del Obispo cátaro Gaulcelm en la gruta de Lombrives.
– Año 1224: “Fui con dicha perfecta hasta la spoulga Ornolac acompañados de Bernard de Durfort.”
Fuente: El original se encuentra perdido, pero podemos ver una copia en los Fondos Doat, volumen 24, folio 242.
– Año 1231: “…varios herejes llegaron a la spoulga Ornolac”
Fuente: El original se encuentra perdido, pero podemos ver una copia en los Fondos Doat, volumen 23, folio 120.
– 1243 (Diciembre): “Transporte de grandes cantidades de oro y plata desde Montségur hacia las spoulgas del Sabarthès”.
NOTA – 1244, 15 de de marzo: Tres cátaros huyen descolgándose por la pared norte del póg de Montségur llevándose consigo el último tesoro que estaba en posesión de los cátaros. Para algunos autores serían las últimas biblias escritas en occitano y documentación perteneciente a la Iglesia Cátara, para otros se trataría del Santo Grial (cosa extraña si tenemos en cuenta el desprecio de los cátaros por cualquier objeto material que cause veneración) o incluso en tiempos modernos – décadas de 1970-1980 hasta la actualidad- donde se especula que lo que se puso a salvo sería la descendencia de Jesús y María Magdalena.
NOTA – 1244, 16 de de marzo: Capitulación de Montségur después de 10 meses de asedio. Trágica muerte de unos 200 cátaros en Montségur quemados en una gigantesca hoguera en lo que ahora se conoce como “el Prat des Cremats” a los pies del actual castillo. Los últimos cátaros del país tratan de sobrevivir en los bosques y cuevas. Declaraciones de Raimond de Perelha a la Inquisición dando testimonio del asedio después de que su mujer y sus dos hijas murieran en la hoguera de Montségur.
Fuente: Original en la Biblioteca Nacional de Francia. Fondos Doat, volumen 4, folio 44.
– 1244 (abril): El Obispo cátaro Amiel Aycard se refugia en la gruta de Lombrives a la salvaguarda del tesoro cátaro evacuado en diciembre de 1243.
– 1272: “…spulga de Ornolaco, cum villis de Bicaco, de Sorsacco, de Ussaco…”
Fuente: Original en la Biblioteca Nacional de Francia. Biblioteca Nacional de Francia, Manuscrito latino nº9187, folio 72
– 1296-1310: Últimos intentos de los hermanos Authier para reactivar la fe cátara en la zona del Sabarthès.
– 1315 (1328 según el autor): 510 cátaros son emparedados en Lombrives por orden de Jacques Fournier, inquisidor por el senescal de Toulouse y quien más tarde sería el tercer Papa de Aviñón bajo el nombre de Benedicto XII (1334 a 1342).
– 1325: “Cuando Pedro y yo estábamos entre Peyre y Ussat Ornolac cerca de la cueva Ornolac.”
Fuente: Fondo del Vaticano, manuscrito latino Nº 4030.
– 1578: Henri IV reabrió la apertura derribando la pared de la cueva y procedió a enterrar los restos de los 510 cátaros en el cementerio de Ornolac.
Cronología extraída de: http://www.historiayarqueologia.net/lombrives-cataros-catedral/
Fondos DOAT: https://www.catharisme.eu/b/lm/collection-doat/
El ejército cristiano que llevó a cabo la Cruzada contra los Albigenses no sólo aniquiló a la comunidad Cátara, también se empleó a fondo en destruir todo aquello que representase a esta religión. De esta forma se destruyeron libros, utensilios liturgicos, vestimentas, lugares de veneración y así un largo etcétera, hasta borrar prácticamente del mapa cualquier cosa que pudiera relacionarse con la herejía de los buenos hombres. Es por culpa de esto que hoy desconocemos muchas cosas de este movimiento religioso y lo que se conoce, ha sido gracias a la poca documentación que ha sobrevivido hasta nuestros días pero sobre todo a la transmisión oral de su historia a lo largo de los siglos. Cuando esto sucede, cuando la historia pasa de generación en generación de palabra, la historia se va adulterando, se tergiversan sucesos, se eliminan datos y se añaden otros inverosímiles dando pie a que surjan un sinfín de leyendas, eso sí,con una base histórica real.
Es esa base la que nos motiva a seguir investigando y todas las investigaciones, los mitos y las leyendas, son las que han hecho que las Grutas del Sabarthes se hayan convertido en las Cuevas del Grial y muchas son las personas que cada año se adentran en las pequeñas iglesias cátaras en busca de un contacto con la fé de los perfectos, aquellos Bons Hommes perseguidos y ejecutados hasta el final por la iglesia de los bárbaros y los corruptos. Los más osados, como lo fue Otto Rahn, no dudan en adentrarse en Lombrives o rastrear los lugares más destacados en la historia de la Cruzada Albigense en busca del tesoro Cátaro. La fé cátara fue acallada a fuego pero su memoria está hoy más viva que nunca y con ella, la búsqueda del Santo Grial.
Texto y fotos: Juan Carlos Pasalodos Pérez
Bibliografía y fuentes documentales:
-Javier Martinez-Pinna – Los Exploradores de Hitler, SS Ahnenerbe
-Javier Martinez-Pinna – Grandes Tesoros Ocultos
-Antonio Viñayo – Real Colegiata de San Isidoro, el tesoro de León
-Juan Eslava Galán – Templarios, Griales, Virgenes Negras y otros enigmas de la historia.
-Otto Rahn – Cruzada Contra el Grial
-Otto Rahn – La Corte de Lucifer
-Lorenzo Fernandez Bueno – Los Guardianes del Secreto
-Lorenzo Fernandez Bueno & Josep Guijarro – La Conspiración del Priorato de Sión.
-Josep Guijarro – El Tesoro Oculto de los Templarios
-M. Baigent, R. Leigh & H. Lincoln – El Enigma Sagrado
-Michèle Aué – País Cátaro
-Andrew Collins – El Santo Grial, en busca de una leyenda.
-Chrétien de Troyes – El Cuento del Grial
Web oficial Lombrives:
https://grottedelombrives.com/es-2/
Memorial Otto Rahn:
http://otto-rahn.com/initiatory-pentagram-bethlehem-grotto-summer-1932
Más info:
https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2017-04-30/santo-grial-historia-cristianismo-misterio_1371911/
https://www.nationalgeographic.com.es/historia/grandes-reportajes/los-cataros_9443/6
http://www.historiayarqueologia.net/lombrives-cataros-catedral/
https://www.guioteca.com/mitos-y-enigmas/la-tragica-historia-de-otto-rahn-el-judio-que-se-sumo-a-las-temibles-ss-para-encontrar-el-santo-grial/
http://antonin.gadal.perso.infonie.fr/pages/francais/initiation.html
https://www.cathares.org/grottesUssatIntro.html
http://www.archivowagner.com/indice-de-autores/134-indice-de-autores/p/petersen-gunilla/385-el-mito-de-parsifal-y-la-leyenda-del-grial
https://cld.pt/dl/download/2b50d6d2-305a-4dde-bc39-cc7c9b02042c/La_iniciacion_cristico-gnostica_entre_los_Cataros__e-book_-_Rachel_Ritman.pdf
https://www.catharisme.eu/b/lm/collection-doat/
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