ZUGARRAMURDI, BRUJERIA vs INQUISICIÓN

ZUGARRAMURDI, BRUJERIA vs INQUISICIÓN

13 diciembre, 2014 0 Por Juan Carlos

Zugarramurdi es un pequeño pueblo de la comunidad Foral de Navarra situado a 83 kilómetros de Pamplona en la comarca de Baztán. El pueblo se encuentra al límite de la frontera con Francia, cerca del pueblo francés de Sara.

El nombre de Zugarramurdi es un topónimo de significado desconocido y en sus orígenes fue un poblado de caseríos abandonados bordeando el monasterio de San Salvador, siendo declarada Villa en 1667.

Blasón de Zugarramurdi

Este pequeño pueblo y su historia se han hecho famosos gracias al film “Las Brujas de Zugarramurdi” de Alex de la Iglesia, una comedia que esconde detrás una historia real, trágica y para muchos desconocida, aunque ya en 1984 la película “Akelarre” de Pedro Olea nos ponía sobre la pista de lo que por estos valles aconteció, pues está basada en un proceso de brujería real que se dio en el valle de Araitz en 1595.

La palabra Akelarre tiene su origen en este lugar ya que al parecer así se llamaba al prado que esta junto a la cueva que lleva ese nombre, “Cueva del Akelarre”. Akelarre significa “Prado del Cabrón” y así llamaban a este prado los asistentes a las reuniones en las cuevas ya que en el pastaba un gran macho cabrío negro, el cual se dice, se transformaba en persona cuando se reunían las brujas. Dicho de otro modo, este macho cabrío no sería ni más ni menos que el mismísimo Diablo de ahí que al pueblo se le da el sobrenombre de “Catedral del Diablo”.

Muy próximo al pueblo de Zugarramurdi, en la antigua vía que une este pueblo con la localidad francesa de Sara se encuentran las cuevas de las brujas. La cueva principal es una gran caverna tallada a través de los años por el paso de “El Regato del Infierno”. Este regato sigue discurriendo por el interior de la cueva continuando su labor incansable de cantería, tallando pacientemente la roca. Nada bueno podía cocerse en una cueva tallada por un riachuelo con ese nombre…

Entre los siglos XVI y XVII Zugarramurdi era un pueblo donde sus gentes se dedicaban al campo, a la labranza y al pastoreo y en un lugar tan apartado, sumergido en las montañas pre-pirenaicas, sus costumbres y sabiduría estaban ligadas directamente con lo pagano. Los “Sorgin” (brujo o bruja en Euskera) eran los que poseían un profundo conocimiento sobre la naturaleza, las plantas, las hierbas medicinales y por ende,  el conocimiento curativo de las mismas, la creación de elixires de fertilidad o de uso anticonceptivo. El lugar donde se reunían estos “Sorgin” era la  cueva de las brujas, pues esta cavidad representaba las entrañas de la Madre Tierra o Ama Lur.

No obstante, a pesar de ser este un lugar apartado, alejado de la otra realidad del mundo de aquella época, lo cierto es que las tierras donde se asentaba este pueblo tenían un dueño, el abad del Monasterio de Urdax Fray León de Araníbar y los aldeanos vivían como sus inquilinos pues a el debían pagarle las rentas. La parroquia de Zugarramurdi era aneja de la de Urdax, no obstante mientras en Zugarramurdi eran campesinos y pastores libres las gentes de Urdax  eran siervos de la gleba que trabajaban las tierras del Monasterio. Fray León de Araníbar era confidente de la inquisición e incluso disfrutaba de un asiento en las Cortes de Navarra. En aquella época además los Reyes de España y Francia se valían de una red de espías que actuaban en la frontera y como no Fray León de Araníbar era uno de estos espías, trabajando además directamente para el Rey Felipe II como informador y enlace en la zona fronteriza.  Así pues el que en sus tierras se llevase un estilo de vida de culto a lo pagano, donde se hablaba una lengua diferente y se llevaban a cabo Akelarres, rituales y se practicaba la Magia Negra, no era más que una bomba de relojería que no tardaría mucho en explotar.

Aquelarre de Francisco de Goya

Hasta este lugar se trasladó el inquisidor Juan del Valle Alvarado, clérigo de 55 años con la intención de investigar lo que en este lugar sucedía y a partir de aquí, el miedo entre los propios vecinos generó un estado de miedo y desconfianza entre ellos. Tras la visita de Juan del Valle Alvarado a Zugarramurdi por el tema de las brujas Fray León consiguió también el cargo de Comisario de la Inquisición en la zona. Cabe destacar que los habitantes de Zugarramurdi se encontraban en continuos desacuerdos y pleitos con el Monasterio por cuestiones de jurisdicción, por los tratados de utilización de los pastos y por cuestiones personales, laborales y fiscales lo que deja entrever que la relación entre el abad y algunos de sus vecinos era bastante tensa. Es posible que el abad debido al gran poder que ostentaba, aprovechase las acusaciones y sospechas sobre brujería para dar un fuerte escarmiento a los vecinos más molestos y dejar bien claro quién es el que mandaba allí. En este clima y en una época de epidemias, hambre y sequías el pueblo quedó sumergido en una atmósfera atemorizadora. Cualquiera podía ser sospechoso, cualquiera podía ser brujo o bruja, los aldeanos se espiaban entre ellos y se denunciaban entre ellos.

En los primeros días de 1608 y después de una serie de acusaciones entre Maria Ximildegui, vecina de Ziburu y varios aldeanos a los que acusó de ser brujos, más de cincuenta personas se reúnen en la iglesia de Zugarramurdi para oír la confesión de los brujos: Graciana de Barrenechea y sus dos hijas, Estevanía de Iriarte, Miguel de Goiburu junto con su hijo Joanes y su sobrino Joanes de Sansin, Estevanía de Navarcorena, Juana de Tellechea y María Pérez de Barrenechea. Los vecinos se reconciliaron de forma admirable con los culpables en cuanto estos reconocieron su delito y pidieron perdón a todos dando la causa por terminada, de este modo se podía dar el asunto por resuelto de no ser claro está, porque alguien informo de lo ocurrido al Santo Oficio.

El Santo Oficio (Inquisición) en España no estaba sometida a la jurisdicción de Roma sino que tenía su propio inquisidor General designado por el Rey de España, aunque esta elección debía ser aprobada por el Papa. El Santo Oficio tenía su propio Ministerio, disponía de sus propios tribunales y sus propias prisiones y no tenía la obligación de revelar quien se encontraba prisionero en ellas y mucho menos si estas personas estaban vivas o muertas. El Santo Oficio tenía su propio servicio de inteligencia cuyos agentes eran principalmente párrocos. Nadie, ni siquiera el Rey tenía derecho a reclamar más información de la que la propia inquisición quisiese revelar. No obstante la inquisición estaba sometida al control de La Suprema quien en todo momento estaba dispuesta a recibir denuncias de los abusos de sus agentes si tener que revelar quién era el denunciante, con el fin de garantizar el fin al que estaba destinado esta monstruosa organización, garantizar la salvaguarda de la Fe en todo el Imperio Español.

En los primeros días de 1609 se presentan en Zugarramurdi un comisario inquisidor y un notario con el fin de relatar un informe sobre lo ocurrido recogiendo el testimonio de algunas personas que estuvieron presentes en la declaración pública que hicieron en la iglesia los acusados de brujería. A finales de Enero de ese año son detenidas las 4 primeras mujeres acusadas de ser brujas: Estevanía de Navarcorena, María Pérez de Barrenetxea, Juana de Teletxea y María de Juretegia declarando posteriormente ante el tribunal lo mismo que en su día hiciesen ante los feligreses en la iglesia de Zugarramurdi.

Tras el arresto de estas cuatro mujeres, el resto de personas que declararon en la iglesia de Zugarramurdi quedaron sumidas en el miedo, la ansiedad y esto llevó a que seis de esas personas se presentasen en el tribunal de Logroño con la intención de hacer una declaración voluntaria de lo que había sucedido. De poco les sirvió este acto voluntario pues el 14 de febrero  de ese año (1609) fueron arrestados y llevados a las cárceles secretas de la Inquisición.

El miércoles 19 de Agosto de 1609 llegan a Zugarramurdi Juan del Valle Alvarado y su comitiva con la intención de publicar y leer un edicto de Fe e investigar la posesión de sapos, ungüentos y polvos así como el asesinato de niños o el desenterramiento de cadáveres. Valle aprovechó para interrogar a Maria Ximildegui, la mujer que al principio acusó de brujería a las primeras personas  de Zugarramurdi. Antes de abandonar la zona, Valle llevó a cabo un encargo hecho por los dos inquisidores del tribunal de Logroño Becerra y Salazar, quienes le habían facilitado una lista de 22 personas de las cuales debía arrestar a no más de 14  entre Zugarramurdi y otros pueblos de la zona, siendo 15 finalmente los arrestados y enviados a las cárceles secretas.

Así pues nos encontramos que con las 4 primeras mujeres arrestadas, las 6 personas del segundo grupo que se presentó voluntariamente en Logroño, los 15 arrestados por Valle en su visita a la zona y otros 6 que se sumaron posteriormente sumarian un total de 31 personas acusadas de brujería en el auto de Fe publicado en noviembre de 1910. No obstante la realidad a estas cifras es bien distinta ya que se sabe que Valle en su visita a la zona consiguió testimonios contra más de 280 personas sin tener en cuenta a los niños.

Finalmente más de 300 personas fueron arrestadas por la inquisición en esta caza de brujas. De ellas 40 fueron trasladadas al tribunal de Logroño para ser juzgados en el proceso de 1610 acusadas entre otras cosas de negar el cristianismo, de la práctica de orgías sexuales, tener como dios al diablo, la creación de polvos, pociones e incluso tormentas en el mar.

De entre estos acusados 11 fueron quemados en la hoguera, seis en persona y otras cinco de las que se quemaron una efigie de cartón pues ya habían muerto anteriormente en las cárceles aquejados por diversas enfermedades. Otros 18 aceptaron los cargos que se les imputaron y fueron absueltos. El resto fueron condenados a penas de cárcel y desposeimiento de bienes.

No solo Zugarramurdi sufrió esta caza de brujas, pues entre los acusados había personas de Bera, Lesaka, Etxalar, Igantzi y Renteria. Además esta cruzada se propago por toda Europa con el objetivo de eliminar las creencias heréticas y los cultos paganos y asentar la hegemonía del cristianismo.

Fotos y Texto adaptado: Juan Carlos Pasalodos

 

Información:

 

-Las Brujas de Zugarramurdi –  Koro Irazoki Arburua

 

www.turismozugarramurdi.com

 

Libros recomendados:

 

-El Abogado de las Brujas – Gustav Henningsen

-Brujería Vasca – Julio Caro Baroja

 

DOCUMENTAL  HISTORIA DE LA BRUJERÍA

 

https://www.youtube.com/watch?v=nNms2mp9w7g

 

https://www.youtube.com/watch?v=GQYm9qNZnR8

 

https://www.youtube.com/watch?v=ConSMF6MvMs