VALLE ESGUEVA, Autopista Ovni…

VALLE ESGUEVA, Autopista Ovni…

12 junio, 2016 8 Por Juan Carlos

El fenómeno OVNI lleva décadas asombrando e inquietando a millones de personas en el mundo entero. En España son muchos los lugares y los hechos acontecidos a este respecto, pero dentro de los lugares donde la casuística ufológica ha tenido siempre una actividad sin precedentes, uno de los más destacados es sin duda el Valle Esgueva a su paso por la provincia vallisoletana.

El Valle Esgueva se inicia en la provincia burgalesa en la localidad de Espinosa de Cervera, siguiendo el curso del río Esgueva y atravesando varias poblaciones de esta provincia. Después se introduce de forma tímida en la provincia palentina a su paso por Castrillo de Don Juan, penetrando finalmente en la provincia vallisoletana y atravesando una larga lista de poblaciones hasta llegar a Valladolid capital, donde el rio Esgueva desemboca finalmente en el río Pisuerga.

En esta investigación voy a recorrer la zona del valle que atraviesa la provincia vallisoletana, haciendo una ruta por las poblaciones que quedan a su paso, conociendo testimonios, datos  y relatos que algunos investigadores han ido recogiendo a lo largo de los años sobre los hechos acontecidos en este entorno, en cuanto a fenomenología OVNI se refiere y en especial, a la impresionante investigación llevada a cabo por Ángel del Pozo de Pablos, escritor del libro La Cripta Sellada y presentador del programa televisivo Misteriumy el reportaje que Nacho Ares llevo a cabo sobre la figura del padre dominico Antonio Felices para el programa Cuarto Milenio. También mostraré los lugares más interesantes, monumentos y vestigios del pasado que abundan en este precioso paraje.

Poblaciones que atraviesa el Valle Esgueva dentro de la provincia vallisoletana.

 

Antes de nada, vamos a conocer como comenzó la historia ufológica en España y en especial, en la provincia vallisoletana. Tenemos que remontarnos al año 1955. En ese año sale publicado un curioso libro del sacerdote vallisoletano Severino Machado. El libro comienza narrando la historia del enfermero madrileño Alberto Sanmartín, a quién le fue entregada una piedra en la carretera de La Coruña por un ser de otro planeta. La piedra, que no medía más de un palmo, era de forma rectangular y sobre una de sus bases tenía grabados unos extraños símbolos. El libro recoge las investigaciones llevadas a cabo por Arcadio Baquero, Pedro García Bayón, profesor de Mineralogía de la Universidad de Madrid y Don Joaquín María de Navascués, catedrático de epigrafía y director del museo arqueológico.

Severino Machado

Los profesores concluyen su investigación haciendo un análisis de la composición mineralógica de la piedra pero sin llegar a dar una explicación del posible significado de los grabados de la piedra. Es el propio Severino, el que se atreve en su libro, a realizar una interpretación de lo que cree que significan los símbolos. Entre otras cosas, desvela que los seres que visitan la tierra y que entregaron la piedra al enfermero madrileño proceden de Saturno y nos indica además el modo en que estos seres son capaces de viajar por el espacio para poder visitarnos y las fuerzas que emplean para ello.

Posteriormente, Severino Machado hace un estudio, demostrando tener amplios conocimientos astronómicos y matemáticos, en el que apunta que estos seres se valen de la energía gravitatoria de los planetas que se encuentran entre las orbitas de Saturno y la Tierra y de como estos, deben estar alineados de una forma en concreto para que, tanto el viaje de ida como el de vuelta sean posibles. Pero va mucho más allá y es capaz de calcular los posibles alineamientos que se darán en el futuro, propiciando así el regreso de los hombres del espacio. Dicho de otro modo, realiza un calendario de las próximas visitas de los extraterrestres a la tierra.

 

Severino Machado fue un adelantado a su tiempo. Un pionero en la investigación OVNI que tuvo a bien investigar entre otros, los primeros casos de avistamientos en la provincia vallisoletana. A la causa de este sacerdote, se le unió otro que llegó al colegio de las Arcas Reales de Valladolid a finales del año 1959, el padre dominico Antonio Felices, quien, tras leer el libro del padre Machado quedó fascinado y decidió hacer de la búsqueda de los OVNIS, de la que ya se sentía atraído desde siempre, su cruzada personal.

Padre Antonio Felices

 

Así, empezó a recabar información sobre casos del que le hablaban tanto alumnos como conocidos y comenzó a viajar por los pueblos de la comarca para entrevistarse con testigos de estos sucesos, donde escuchaba sin pestañear los relatos de los contactados. La búsqueda del padre Felices tuvo su premio el 16 de septiembre de 1965. Eran las 16:00 horas de aquella tarde de jueves, en plenas fiestas patronales de Valladolid, cuando un objeto de forma triangular se colocó sobre el cielo de la ciudad. Fueron más de 300.000  personas las que se estima pudieron observar la evolución de aquel misterioso aparato y así lo recogió la prensa local al día siguiente.

El padre Felices se encontraba en el interior del colegio cuando el hermano enfermero fue a avisarle diciendo literalmente que “un platillo volante estaba sobre el colegio”. Rápidamente este se dirigió al laboratorio para echar mano de un telescopio de cuatro pulgadas que allí tenían, e instalarlo sobre una mesa, desde donde pudo observar al misterioso objeto con total claridad. Así lo narró el propio Antonio: 


«Pude comprobar que había un platillo volante sobre el colegio del tamaño de un teléfono de mesa. Era de un color blanco muy brillante. En esto salieron los demás padres y madres y lo vieron muy claro. Era una cosa realmente enorme. Era del color de los metales de las armas, y tenía una enorme panza alargada debajo. Estaba oscilando poco a poco, como si estuviera flotando en el aire. A partir de las ocho y cinco de la tarde empezó a tomar altura y desaparecer completamente de vista » Más tarde el padre realizó un croquis de la forma del aparato:

Croquis del Ovni realizado por Antonio Felices

 

Otro testimonio relevante es el que emitió Heliodoro Carrión, aviador civil, quien en el momento del avistamiento se encontraba sobrevolando la población de Tordesillas y pudo escuchar por radio, como un misterioso artefacto estaba siendo observado en el cielo vallisoletano, situándolo además sobre la vertical entre las poblaciones de Villanueva de los Infantes y Tudela de Duero, siendo esta primera, una población con una gran actividad OVNI como veremos a lo largo de este artículo.

Zona donde se estima sobrevoló el aparato a gran altura.

 

Tras estos acontecimientos, el padre Felices no dudó en escribirle una carta dos días después a su colega Severino Machado, narrando lo ocurrido con todo lujo de detalles, señalándole también, que el hecho coincidía con la fecha señalada en el calendario que Severino había desarrollado en su libro.

Carta escrita por Antonio Felices al padre Severino Machado.

La fama de las investigaciones sobre Ovnis del padre Felices, llegó a oídos de un grupo de estudiantes de la universidad de Valladolid, quienes no dudaron en contactar con él, para formar más adelante, uno de los primeros grupos de investigación paranormal en España conocido como Charles Fort, recogiendo gran cantidad de informes entre los años 70 y 80. El padre Antonio Felices falleció en agosto del año 2000. Aquí el reportaje que Nacho Ares elaboró para Cuarto Milenio homenajeando la figura del padre Felices:

Así comenzaba una larga lista de avistamientos que harían de esta zona una auténtica autopista Ovni, y no es un decir, ya que casualmente el Valle Esgueva queda alineado con lo que se conoce como línea Bavic, denominada así por el investigador francés Aimé Michel, quien determinó que entre las poblaciones de Bayona y Vichi, cuyas iniciales corresponden a la denominación Bavic, existe una autopista Ovni que fue la causante de la oleada de avistamientos en Francia en el año 1954.

Vamos pues a iniciar el viaje por este lugar tan maravilloso y misterioso. El viaje comienza desde Valladolid, tomando la carretera VA140 desde la ronda VA30. Esta es la carretera que nos conducirá a lo largo del valle, conectando todas las poblaciones que encontramos a su paso. El inicio del Valle Esgueva se encuentra flanqueado por dos colinas, dos cerros que sirven de puerta a este mágico lugar cuya carretera pasa entre medias. Uno es el conocido como cerro del Águila, donde se asientan las antenas de televisión y justo enfrente encontramos otro pequeño cerro de forma circular conocido como el cerro de San Torcaz. Este tipo de tumultos son conocidos como cerros testigos y desde luego este pequeño cerro ha tenido que ser testigo de innumerables hechos insólitos.

Entrada al Valle Esgueva

 

El pequeño cerro es algo más que una simple montaña. Sin duda para mi es una pequeña colina mágica, pues no sólo marca el inicio del Valle Esgueva, en pleno verano, cuando iniciamos el viaje por este lugar, el sol se asoma por su vertical marcando además el inicio del día. Yo, que  casualmente trabajo a la entrada del valle, tengo el placer de contemplar con entusiasmo los 365 maravillosos amaneceres del año y puedo dar fe, de que en este mágico entorno, el cielo se viste de gala para recibir el inicio de cada día. Además la colina es visible desde cualquier parte de los alrededores de Valladolid haciendo de ella un balcón inmejorable en la observación del cielo en busca de los no identificados.

El problema es que el cerro es inaccesible, ya que se encuentra dentro de una base militar. Se trata de una vastísima extensión de terreno perteneciente a la base militar El Empecinado, que se sitúa en la población de Cabezón de Pisuerga. Los terrenos que abarca son tan grandes, que se podría introducir en ellos toda la ciudad de Valladolid con sus polígonos y las poblaciones de Zaratán, La Cisterniga y Arroyo de la Encomienda, y se utilizan como lugar de maniobras militares y pruebas de munición de todo tipo. En el mes de abril (2016) y durante un par de días, un grupo de helicópteros del ejército, 4 apache y 4 helicópteros de carga de doble hélice, estuvieron recorriendo parte del valle durante varias horas, en lo que se supone eran unas maniobras militares.

Helicópteros del ejército sobrevuelan el Valle Esgueva

Pero lo más curioso de esta pequeña montaña es su forma, y ya que hablamos de Ovnis ¿Acaso no se asemeja a la parte superior de un platillo volante? Es como si un gran platillo se hubiese posado sobre el suelo hace cientos de años quedando sepultado por la arena con el paso del tiempo. ¿Tendremos aquí nuestro particular área 51?

El cerro dentro de la base militar.

Comparativa de la extensión que ocupan los terrenos de la base militar (rojo) y la ciudad de Valladolid junto con sus polígonos, Zaratán, Arroyo de la Encomienda y la Cisterniga (amarillo).

El sol empieza a asomar justo por detrás de “La colina mágica” esparciendo los rayos de luz por todo el valle. Es el momento de iniciar el viaje dirigiendo nuestros “pasos” hasta la población de Renedo de Esgueva. El pueblo cuenta con algo más de 3600 habitantes, el mas grande del valle y en su interior puede verse la iglesia de la Inmaculada. Cerca de la urbanización Puerta de Casasola se encuentra el centro de interpretación del Valle Esgueva y a la salida del pueblo, construido sobre las antiguas ruinas de la Casa-Palacio de los Power, existe un parque infantil con el sugerente nombre de El Valle de los Seis Sentidos, donde alguna que otra figura podría asemejarse a los humanoides que más de uno dice haberse encontrado en su tránsito a lo largo del valle.

Interior del Valle de los Seis Sentidos

 

Es en Renedo de Esgueva donde encontramos el primer relato de avistamiento de nuestra ruta. Fueron cuatro los testigos que, en una noche clara del verano de 2006, observaron en el cielo una extraña luz blanca que permanecía estática. La luz fue creciendo hasta aumentar su tamaño de forma considerable y a los  pocos segundos volvió a disminuir a su tamaño inicial. Seguidamente comenzó a desplazarse en dirección al interior del valle hasta desaparecer de la vista de los testigos.

Vista de Renedo de Esgueva

Continuamos el viaje dejando atrás Renedo de Esgueva en dirección Castronuevo de Esgueva. En el trayecto encontramos los primeros vestigios del pasado. Una granja con una casona de piedra hoy en ruinas es visible en las tierras en la margen izquierda de la carretera, antes de llegar al cruce de Castronuevo. El lugar no ofrece nada en especial a parte de la soledad del lugar abandonado, fruto de una vida pasada, vestigios de un pasado que hacen florecer un sentimiento de añoranza.

Casona abandonada entre Renedo y Castronuevo

 

Llegamos a Castronuevo de Esgueva, una pequeña población con 393 habitantes, donde lo más destacable es su iglesia dedicada a Nuestra Señora Santa María de la Concepción del siglo XV al XVII y un pequeño puente romano que conecta las dos márgenes del río Esgueva.

Puente romano en Castronuevo de Esgueva

 

Encontramos aquí un increíble testimonio sobre un avistamiento con persecución incluida. Eran las once de la noche de un día de mediados de agosto de 1980. Un vecino de Villanueva de los Infantes (S.S.) regresaba a su casa desde Valladolid  junto a su madre, cuando al llegar a la altura de Castronuevo de Esgueva, comenzaron a observar un objeto brillante de color anaranjado de forma lenticular, que se situó a unos cincuenta metros a su izquierda. El objeto avanzaba a la par del vehículo y el ante el miedo, aprovecharon la llegada a la población de Villarmentero para avanzar por su travesía lo más despacio posible con la esperanza de dar esquinazo al extraño objeto. No hubo suerte y a la salida del pueblo, volvieron a encontrarse con el insistente OVNI, que les acompañó durante el trayecto hasta un kilómetro antes de llegar a Villanueva de los Infantes, donde cruzó la carretera en dirección a Villabaquerin perdiéndose de vista entre las laderas del monte Roble.

Cruce de acceso a Castronuevo de Esgueva.

Salimos de Castronuevo y el siguiente pueblo que encontramos en nuestro camino es Villarmentero de Esgueva. Esta pequeña villa posee poco más de cien habitantes cuyo orígen se pierde en la noche de los tiempos. Posee una iglesia parroquial consagrada a Santa Juliana cuya espadaña de forma puntiaguda parece señalar al cielo. En este punto, el valle se muestra en todo su esplendor, desplegando una alfombra verde que lo cubre todo. La hermosa vegetación y los campos de cultivo, hacen de este paraje en primavera un lugar con una belleza sin igual. A lo lejos, se divisa el pequeño cerro de San Torcaz que nos dio acceso al valle, pareciendo vigilar nuestros pasos desde la distancia.

Encontramos en este punto uno de los testimonios más asombrosos de la historia del Valle Esgueva y posiblemente de la Ufología española. Sucedió durante varios días entre finales de agosto y primeros de septiembre del año 1994. Lorenzo Ramos y su hijo Jorge se desplazaban todos los días de madrugada desde la localidad de Piña de Esgueva hasta la localidad de Villarmentero a trabajar, cuando un día observaron en el cielo una extraña estrella brillante. Al día siguiente volvieron a ver la extraña luz que era algo mas brillante que una estrella, pero pronto se percataron de que no era una estrella común. La extraña luz desaparecía  y aparecía de repente en otro lugar del cielo. Los continuos avistamientos de la extraña luz se repetían a diario haciendo que los testigos se lo tomasen a broma, cuando salían de su casa en Piña de Esgueva comentaban “Mira, ya nos está esperando la luz”.

Una de las noches, llegando al paraje del Pocillo en Villarmentero, pudieron observar una gran luz que se encontraba posada en el suelo a una distancia de unos trescientos metros. La luz estaba rodeada de pequeñas luces blancas muy brillantes. Tras los extraños avistamientos, Lorenzo y José convencieron al resto de la familia para que subiesen con ellos al páramo y pudiesen observar los fenómenos con los que día a día se encontraban, y así lo hicieron. Al llegar a lo alto del páramo se encontraron con una esfera de color anaranjado que se encontraba a unos 500 metros de ellos. De repente se empezó a dibujar en el centro de la esfera una línea de color negro que trazaba una forma de L, lo que motivó a Lorenzo a querer acercarse a ver qué era aquello, aunque el resto de la familia, ante el pánico, suplicaron al padre que se fueran de allí, y así lo hicieron. Al llegar al pueblo contaron en el bar lo sucedido y un grupo de vecinos junto a la familia volvieron al lugar, donde ya no había rastro de la luz, pero si un círculo calcinado en el suelo de unos 40 metros de diámetro.

Salimos de Villarmentero de Esgueva en dirección a Olmos de Esgueva, que se sitúa en la margen derecha de río según nuestro sentido de marcha. El pequeño pueblo cuenta con 226 habitantes y en su entorno encontramos cosas tan interesantes como el viejo molino, hoy abandonado, sobre el río, la iglesia parroquial de San Pedro Apóstol, lo que queda de la ermita de nuestra señora del Pozo Bueno del siglo XVII y numerosas casas blasonadas.

Viejo molino en Olmos de Esgueva


Encontramos aquí un nuevo caso de avistamiento. Sucedió en la madrugada del 10 de septiembre de 1982, cuando un matrimonio que circulaba con su coche en dirección a Valladolid, al llegar cerca de Olmos de Esgueva divisaron un extraño fenómeno que les llamó la atención; “Era como una especie de pared muy larga de color oscuro cuya parte superior estaba iluminada de un color rojizo. Pensábamos que se trataba de un incendio, pero enseguida nos dimos cuenta de que la estructura flotaba en el aire. De repente, una bola de fuego con una especie de aro rojo a su alrededor, salió disparada del aparato hacia nosotros, deteniéndose a un metro y medio escaso del coche y cambiando posteriormente su tonalidad a un color grisáceo”. El pánico ante lo que estaban presenciando les hizo dar la vuelta en un camino y regresar a toda prisa a Villanueva de los Infantes. El susto fue tan grande que según narraba la testigo, “Prefiero morir a encontrarme de nuevo con eso”.

Olmos de Esgueva desde un camino.

Dejando atrás Olmos de Esgueva, la siguiente parada será  sin duda el lugar con más actividad OVNI dentro del Valle Esgueva. Villanueva de los Infantes es un pequeño y humilde pueblo cuya población no supera las 113 almas. Un kilómetro antes de llegar al pueblo encontramos sobre un pequeño promontorio, al lado izquierdo de la carretera, según nuestro sentido de marcha, las ruinas de la Ermita de Nuestra Señora de la Torrecilla, una ermita cuyo origen no está muy claro, pero que fue abandonada a mediados del siglo XX.

Ruinas de la Ermita de Nuestra Señora de la Torrecilla

 

El pueblo no tiene mucho que ofrecer turísticamente a parte de su iglesia parroquial de Santa María la Mayor, pero si una historia de lo más insólito en cuanto a contacto con los no identificados se refiere. Aparte del avistamiento de 1965 que hemos relatado al comienzo de este artículo y que situaba al objeto sobre la vertical próxima a este pueblo, existen muchos otros testimonios de encuentros con lo inexplicable.

Era una noche oscura de mediados de agosto del año 1985, cuando S.C.M. tras dejar a su pareja en la localidad de Esguevillas de Esgueva, se dirigió a su casa en Villanueva de los Infantes. Eran las dos de la madrugada y poco después de atravesar Piña de Esgueva comenzó a ver una especie de resplandor que emanaba de los montes que separan este valle, del Valle del Cerrato. Un poco más adelante observó con claridad un objeto brillante de color anaranjado y de forma lenticular que alumbraba de forma radiante el suelo sobre el que se volaba. El objeto era silencioso y media unos 10 metros de diámetro encontrándose a una distancia de 100 metros del testigo y a una altura de no más de 20 metros. Cuando apenas quedaba un kilómetro para llegar a Villanueva de los Infantes, la luz se desplazó situándose en medio de la carretera. El miedo embargó al testigo que no supo muy bien cómo reaccionar. Finalmente decidió continuar hacia adelante y al acercarse al aparato,de repente, este salió disparado hacia la población de Villabaquerin perdiéndose en el espacio.

Los montes de Villanueva de los Infantes.

Otro fenómeno insólito es el que pudieron presenciar Isidoro Baruque y su hermano Ángel. A finales de agosto del año 2000 los testigos  salían del bar del pueblo sobre las 23:30 horas cuando pudieron observar una luz muy potente en el cielo de color azul blanquecino. La luz en el cielo tenía el mismo tamaño similar al de la luna y al poco tiempo se desvaneció sin dejar rastro.

Al año siguiente y por las mismas fechas, Isidoro, en esta ocasión en compañía  de su hermano Juan, pudieron observar en el cielo nocturno dos luces de un tamaño aproximado al de la mitad de la luna. Enseguida las perdieron de vista debido a la gran velocidad a la que se desplazaban, aunque los hechos quedaron también constatados por el vecino Santiago de 72 años, que pudo ver el fenómeno desde el balcón de su casa.

Luces sobre el cielo del Valle Esgueva

Video del testimonio de una abducción en el Valle de Esgueva:

Vamos ahora a desplazarnos hasta la población de Piña de Esgueva, la siguiente en el transcurso de la carretera VA140. Este pueblo posee un punto estratégico en la observación del cielo del valle, un auténtico observatorio para aquellos que quieran ir en busca de las luces del cielo, aunque no es el único, muy cerca hay otro lugar ideal para tal fin y del que hablaremos en nuestra próxima parada. En una de mis rutas por el valle, me di cuenta de la existencia de unas ruinas en lo alto del monte que hay junto a Piña de Esgueva. Al preguntar a un lugareño, este me comentó que se trataba de la Casa del Monte y me explicó cómo poder llegar al lugar en coche.

Ruinas en lo alto del monte en Piña de Esgueva.

 

Siguiendo las indicaciones de aquel buen hombre, conseguí llegar a las ruinas del monte. Se trata de una antigua granja o casa de labranza, de la que apenas quedan unas pocas paredes en pie. Hay que tener cuidado y mirar bien por donde se pisa,  pues existen pozos y aljibes subterráneos destapados a ras de suelo. Desde este lugar la vista del valle es espectacular. Un simple movimiento de cabeza de derecha a izquierda nos permite tener una amplia visión de gran parte del Valle Esgueva. Sin duda un lugar inmejorable para rastrear el cielo por las noches en busca de los no identificados, teniendo en cuenta además, que nos encontramos en el corazón del valle y próximos a tres poblaciones con gran número de testimonios sobre avistamientos.

Vistas del valle desde el observatorio de Piña de Esgueva.

Como el testimonio que dejó Carlos, un vecino de la localidad de Esguevillas de Esgueva, quien, en una noche del mes de Julio de 1980 y tras dejar a su novia en Piña de Esgueva, regresaba a su casa cuando de pronto divisó a su izquierda un extraño artefacto con forma de V que volaba a unos 50 metros de altura. El objeto brillaba y tenia multitud de luces de varios colores. Según el testigo aquello “parecía una discoteca”. Al llegar a Esguevillas pudo constatar que otras dos testigos, su cuñada y una amiga, también vieron el extraño objeto mientras tomaban el fresco a la puerta de su casa.

Antes de abandonar Piña de Esgueva, podemos acercarnos a visitar la espadaña de Mazariegos. Es el pobre vestigio que queda de una ermita donde antiguamente se asentaba la población de Mazariegos. Para llegar hay que cruzar el rio Esgueva desde Piña y coger un camino agrícola en sentido Valladolid. Allí, junto a un pequeño cerro se encuentra en soledad la espadaña de Mazariegos, que se asoma tímidamente desde una tierra de labranza, evocando la punta de un iceberg bajo la cual, se hallaría algo más grande aún, y es que en este lugar se hallaron importantes enterramientos visigodos cuyos restos pueden observarse hoy en el Museo Arqueológico de Valladolid.

El desaparecido pueblo de Mazariegos se ubicaba en el fondo del valle  Esgueva, ocupando en concreto la llanura aluvial y el tramo medio-bajo de la ladera de un pequeño espigón de páramo que aparece adelantado sobre la vega y que en el Inventario Arqueológico  de Valladolid (Campaña de 1996/1997) se describe  como un yacimiento  de considerables dimensiones de 26,5 hectáreas. Se trata de un notabilisimo enclave poblacional  que estuvo en funcionamiento al menos desde comienzos del siglo XIII hasta finales del siglo XVI quedando despoblado en el S. XVIII.

Alrededor de lo que fue la torre de la iglesia de Santa María de la que se conserva aún en pie la espadaña hubo edificaciones. La aparición de restos óseos humanos junto a la espadaña  asevera que a la iglesia aparecía asociado un espacio de necrópolis.  Poblado, iglesia y cementerio se veían completados, en opinión de los vecinos de mayor edad de la localidad, por la existencia de un castillo que se levantaba a espaldas de la iglesia, en lo que hoy es una pequeña mota bien diferenciada sobre la culminación de una loma.

 

 

Espadaña de Mazariegos

Dirigimos nuestros pasos ahora hacia la población de Esguevillas de Esgueva, no sin antes visitar otro lugar idóneo para la observación del cielo nocturno. Hablamos del refugio que hay en los montes de Esguevillas. Un refugio de los que utilizaban antiguamente los pastores para resguardarse del frió y las tormentas. La construcción característica en piedra de forma cónica, está dotada de una puerta de madera y en cuyo interior hay una gran mesa redonda con numerosos taburetes de madera alrededor y una chimenea para calentarse en las frías noches de invierno. El refugio también cuenta con un pequeño chamizo donde poder dejar el vehículo. Sin duda, un lugar inmejorable donde pasar la noche en busca de las extrañas luces.

Refugio del monte en Esguevillas de Esgueva.

 

Ahora si, nos acercamos hasta Esguevillas de Esgueva, un pequeño pueblo cuya población no supera los 300 habitantes, pero que cuenta con una gran iglesia del siglo XVI dedicada a San Torcuato, el palacio consistorial del siglo XIX y la ermita dedicada a San Vicente Ferrer. Sus vecinos tampoco se han librado de los avistamientos de los no identificados, en particular, los protagonistas de nuestro siguiente testimonio.

Sucedió un miércoles 11 de julio de 1979. El mismo día en que la estación espacial Skylab de la Nasa caía de forma incontrolada sobre la tierra impactando en Australia. Jesús de la Fuente se encontraba junto a dos amigos en la cañada del murallón, a unos tres kilómetros del pueblo y próximo a la carretera que va en dirección a Valoria la Buena. Sonaban las 3 de la madrugada cuando de pronto, se iluminó todo el cielo con un gran resplandor y de repente, apareció un objeto en el cielo de forma cilíndrica “parecía un bidón de los de gasoil desplazándose en forma horizontal” contaba el testigo, quien aseguró, que el objeto se desplazaba a gran velocidad y en su parte delantera tenía varias luces de color rojo, amarillo y azul. “El objeto se encontraba a unos cien metros de nosotros pero enseguida desapareció por detrás del monte, en dirección a Población de Cerrato. Aquello no era un avión, no emitía sonido alguno, no tenía ventanas y su trayectoria era continua”. Un testimonio impactante sobre un hecho que dejó bastante impresionados a los testigos.

Río Esgueva a su paso por Esguevillas de Esgueva.

 

A partir de aquí parece perderse la pista sobre los Ovnis. No se han encontrado testimonios en los pueblos que restan de ruta sobre ningún tipo de avistamiento de objetos o luces en el cielo, pero eso no quiere decir que no los haya habido, sino que seguramente sus protagonistas han preferido permanecer en el anonimato y no se hayan atrevido a contar este tipo de sucesos. No obstante todavía quedan muchas cosas interesantes que ver.

Como el pueblo que se divisa a lo lejos sobre el monte, visto desde Esguevillas de Esgueva. Se trata de Villafuerte de Esgueva, que se asoma al valle sacando pecho con su majestuoso castillo del siglo XV, mandado construir por Garci Franco de Toledo. El castillo es visitable y su visita es mas que recomendable. El pueblo de Villafuerte apenas cuenta con 105 habitantes y además del castillo cuenta con una iglesia de estilo románico del siglo XII dedicada a la Santísima Trinidad y una ermita en las afueras del pueblo dedicada a Nuestra Señora del Medianedo. Durante mi visita al castillo no pude evitar pensar en si, ya por aquellos años, desde lo alto de la imponente torre del homenaje, los antiguos moradores del castillo habrían tenido la oportunidad de presenciar los extraños fenómenos luminosos como los que han contado nuestros protagonistas.

Poco a poco va cayendo la tarde y nuestro destino final se acerca. Mi intención es la de llegar al embalse de Encinas de Esgueva al atardecer y contemplar la puesta de sol desde ese lugar tan mágico. Así pues abandono Villafuerte en dirección a Amusquillo, un pequeño pueblo construido de forma escalonada sobre unas murallas de piedra. El pueblo cuenta con algo más de 100 habitantes y una deteriorada y vieja iglesia dedicada a San Esteban.

Iglesia de Amusquillo

 

El siguiente pueblo en la lista es Villaco, uno de los pueblos con menos población del Valle Esgueva. Cuenta con 83 almas y entre sus construcciones destaca una imponente iglesia gótica del siglo XVI  dedicada a San Sebastián, cuya espadaña esta coronada por una gran cruz de piedra.

Vista de Villaco

 

La carretera nos conduce ahora hasta el pueblo de Castroverde de Cerrato. En este pueblo son visibles en lo alto del monte, los vestigios de un antiguo castillo o castro medieval del siglo IX, que probablemente dio nombre a la villa. Dos trozos de muralla y una gran cantidad de rocas esparcidas es todo cuanto queda de esta plaza fuerte. Una de las murallas conserva un arco conocido como “Arco de Santa Clara”.

Arco de Santa Clara en Castroverde de Cerrato

 

Más adelante pasamos por las poblaciones de Torre de Esgueva y Fombellida, dos pueblos que prácticamente se dan la mano por su cercanía y a continuación nos aguarda Canillas de Esgueva, un pequeño pueblo con poco más de 80 habitantes que desde la lejanía llama la atención, debido a las ruinas de lo que en su día fue un castillo. Los restos de dos cubos que sostenían una de las murallas del castillo, han quedado en lo alto de un pequeño cerro en medio del pueblo, sobresaliendo en lo alto como si fuesen dos gigantescas antenas. Son los vestigios de un castillo del siglo XIII que agoniza al mismo tiempo que parece, lo va haciendo el resto del pueblo.

Llegamos por fin al la última parada. Encinas de Esgueva es un enclave mágico y es por ello que he decidido finalizar aquí la ruta. El pueblo cuenta con un bonito castillo construido en el año 1394 por Don Diego López de Zúñiga, y que posteriormente pasaría a manos de los Aguilar. Una gran iglesia parroquial dedicada a San Mamés junto a la cual son visibles los restos de las lápidas de un antiguo cementerio. Cabe destacar la Ermita de San Sebastián y por último el pequeño embalse de Encinas desde el cual, veremos esconderse el sol, para realizar el viaje de retorno en la oscuridad de la noche, con la esperanza de que alguna de esas luces de las que han hablado los testigos, se cruce en nuestro camino.

Castillo de Encinas de Esgueva

Puesta de sol desde el embalse de Encinas de Esgueva.

 

Desde el embalse de Encinas de Esgueva vemos como el sol cae dejando paso a la oscuridad nocturna, y es en ese momento, cuando iniciamos nuestro regreso por la misma carretera que nos trajo hasta aquí. La oscuridad de la noche nos facilitará la visión de cualquier efecto lumínico fuera de lo común y quién sabe si quizá nos topemos con las luces de las que han sido testigos los protagonistas de los testimonios que hemos expuesto.

Realizamos el trayecto de retorno en la más absoluta soledad. No hay vehículos en la carretera y a nuestro paso por las diferentes poblaciones no se divisa ningún ser humano. No es de extrañar que en estas circunstancias haya habido pocos testigos de los diferentes avistamientos.

Llegamos a Piña de Esgueva y subimos al monte en dirección a las ruinas de la casa del monte, el observatorio del valle desde donde podremos rastrear el cielo nocturno. La más absoluta oscuridad lo cubre todo y solo destacan las tenues luces de las poblaciones que quedan a la vista. Tras un par de horas de espera sin que haya nada anómalo que rompa la oscuridad del cielo del valle, continuamos el viaje de retorno hasta el punto de partida.

Vista nocturna del Valle desde lo alto del monte.

 

LOS OVNIS SIGUEN AQUÍ

 

Hemos llegado al final de la ruta por este maravilloso lugar, lleno de vestigios y testimonios de encuentros con lo insólito. No he tenido la suerte de encontrarme cara a cara con este tipo de fenómenos, pero que no se engañe el lector, estos sucesos no han quedado en el pasado. En el siguiente vídeo podrán observar el extraño objeto triangular que un testigo pudo filmar en el año 2009 sobre el cielo de Zaratán, una población que, aunque no está dentro del Valle Esgueva, queda al otro extremo de la ciudad de Valladolid, en línea con el valle. El 28/03/2016 una testigo S.H.T. que regresaba a Zaratán por la carretera de Ciguñuela observa una bola luminosa que atraviesa a gran velocidad el cielo en dirección a el aeropuerto. La testigo afirmó que la llamó la atención porque la bola no dejaba estela, como cuando ves una estrella fugaz. En Febrero del 2015 M.G. vecina de Renedo de Esgueva consigue fotografiar al atardecer una extraña luz que se desplazaba por el cielo, desapareciendo de repente. Al observar la fotografías pensé que se trataba de una estrella, pero el cielo estaba todavía bastante iluminado y en las fotos se ve claramente como la luz se ha desplazado hacia el lado derecho.

Evolución de una luz en el Valle de Esgueva en febrero del 2015.

 

Mucho más sorprendente si cabe es el testimonio que un lector  -que prefiere permanecer en el anonimato- tuvo a bien enviarme por correo electrónico, contándome lo que vieron en el cielo una noche de agosto de 2017, en la vertical de Villabañez, justo el mismo lugar en el que tuvo lugar el avistamiento del 16 de septiembre de 1965 e idéntico en su forma con lo que unos testigos pudieron presenciar en una noche de verano de 2006 cerca de Renedo de esgueva:

Ahora que tengo este ratito te cuento un poco lo que vimos directamente mi familia y yo.

Soy bastante aficionado a la observación del cielo tanto de día como de noche, no dispongo de numerosos instrumentos para ello , tan solo unos prismáticos y un astrotelescopio básico y rudimentario pero que para saciar mi apetito por el cielo me sirven.

Empezaba a caer la noche el 12 de agosto de este 2017 y me encontraba junto con mis familiares en un terreno en el que nos solemos juntar en las inmediaciones de Traspinedo. No hay alumbrado público por lo cual la observación del cielo nocturno es más favorable..

Recuerdo que en ese fin de semana se verían mejor las lágrimas de San Lorenzo sobre la bóveda celeste, me refiero a esa lluvia de estrellas fugaces de las que no recuerdo su nombre técnico, es posible que sean las Líridas no se…….y yo como cada vez que se hace de noche y tengo mis prismáticos a mano pues me regalo un ratito para observar el cielo en la noche. Hago lentos barridos por el cielo y me centro en todo aquello que se mueve cruzando el cielo ( que no se lo que es pero que se suelen ver a gran altura ). Me ocupo muy a menudo en observar los aviones , sus luces , altitud , trayectoria etc…. por lo que diría que estoy bastante familiarizado en su observación y sé distinguir lo que es un avión de lo que no. 

Así estuve un rato con los prismáticos hasta que en una de las veces que descansé los brazos de sujetarlos miré al cielo a simple vista y me llamó muchísimo la atención una luz que relativamente a baja altitud ( más baja que los aviones que venía observando minutos atrás) ganaba progresiva y rápidamente intensidad hasta a un tono de blanco potentísimo , un blanco muy muy fuerte o intenso. Una vez alcanzado ese nivel de intensidad de luz descendía hasta apagarse. 

Sin apartar la vista de esa luz le pedí rápidamente a mi mujer que me alcanzara los prismáticos y apunté con el dedo hacia el cielo para que ella y demás familia lo vieran y comprobar que no era cosa mía . De nuevo se repitió lo mismo durante varias veces ante el asombro de todos los que allí estábamos ……empezamos a preguntarnos entre todos ( sin dejar de mirar) qué sería eso , que no era normal . Sencillamente estábamos alucinando con lo que estábamos viendo , tanto fue así que los niños al vernos a los adultos de esa manera comenzaron a asustarse y alguno incluso a llorar.

Le pasé los prismáticos a mi mujer para que lo viera  ella ya que tiene mejor vista y dijo que las luces eran cuadradas. Seguían ganando y perdiendo intensidad pero cambiaban de dirección bruscamente en muy poquito espacio de cielo y eso es algo que nos hizo ver a todos que no era nada conocido.

Como digo la altitud a la que estaba era notablemente menor a la de los aviones comerciales …..barajamos la opción de que fuera un helicóptero pero esta nave o artefacto o lo que fuera no emitía absolutamente nada de ruído , cero. Se sostenía en el aire sin ruido de ningún motor o hélices….nada.

Por el tipo de movimientos que realizaba en esa pequeña porción de cielo me recordó a los aviones comerciales cuando tienen que esperar para aterrizar y desde la torre de control les mantienen dando vueltas hasta que pueden aterrizar, solo que estas “vueltas” eran en un espacio de cielo mínimo mientras seguían emitiendo esa potentísima luz blanca.

Ocurrió sobre las 22:30 a 22:45 más o menos de ese día 12 de Agosto.

Poco después ya en mi casa calculé más o menos la vertical de ese aparato y consultando unos mapas y teniendo en cuenta  la distancia a la que estaba y la orientación hacia donde estábamos mirando para ver esa nave o lo que quiera que fuera me salió que debía estar encima o en las inmediaciones de Villabáñez aproximadamente , no soy ningún experto.

Sorprendentemente al día siguiente y a la misma hora y sobre el mismo lugar volvimos a ver el mismo aparato del día anterior. Podría especular de mil maneras pero prefiero no hacerlo.

 

En este artículo solo se exponen algunos de los testimonios de encuentros con lo extraño o con luces que llamaron la atención de los testigos. El Valle de Esgueva es sin duda un buen lugar donde poder encontrase con este tipo de fenómenos, pero también es un lugar con una belleza paisajística sin igual lleno de lugares que merece la pena visitar. Espero que hayan disfrutado del recorrido y que no pierdan la oportunidad de pasearse por estos pagos. Mientras tanto, permanezcan atentos a las luces que recorren nuestros cielos.