Las Caras de Belmez, 50 años de misterio…

Las Caras de Belmez, 50 años de misterio…

15 enero, 2022 1 Por Juan Carlos

El 23 de agosto de 2021 se cumplieron 50 años del fenómeno paranormal más impresionante y desconcertante en el mundo de la parapsicología a nivel nacional y  caso único en el mundo. Mucho se ha dicho y se ha escrito sobre este asunto que ha enfrentado a los que defienden que la aparición de las caras es fruto de un fenómeno paranormal y a los que ven en ello un fraude. No obstante, defensores y detractores tienen en común una misma pauta, ninguno consigue aportar una prueba fehaciente que determine su posición. Es increíble que 50 años después de la aparición del primer rostro, nadie haya conseguido determinar cómo o con que se han hecho esas caras y aunque se han propuesto muchas teorías, ninguna está demostrada.

Sea como fuere, lo cierto es que hasta Belmez de la Moraleda se siguen acercando a diario numerosas personas llegadas de cualquier punto del país, para poder verse frente a frente con las dos únicas imágenes que hoy sobreviven – La Pava y el Pelao– que se encuentran en el interior del fogón de una casa cuyo aspecto, apenas ha cambiado en este medio siglo. Yo personalmente he tenido la oportunidad de visitar dicha casa en agosto de este año (2021) y cumplir así con uno de los sueños que tenía desde que, de joven, empecé a interesarme por los temas de misterio. Y es que, precisamente, este es uno de los casos que más llamaron mi atención en los años 90 cuando revistas como “Enigmas” trataban el asunto, revistas que aún conservo como oro en paño. Sirva este pequeño artículo como un tributo personal a este misterio y para ello, es necesario comenzar por el principio.

Tenemos que trasladarnos al pequeño pueblo de Belmez de la Moraleda, un humilde pueblo situado en un remoto rincón de la Sierra Mágina y viajar en el tiempo  hasta el 23 de agosto de 1971. Eran cerca de las 22:00 horas y en el interior del fogón que se encuentra dentro de la casa número 5 de la calle  Rodriguez Acosta (hoy calle de María Gómez) se encuentra María Gómez Cámara que por aquellas contaba 52 años. Tras remover el contenido de un puchero que se estaba cociendo sobre el fuego de la lumbre se percata de que a sus pies, un extraño y misterioso rostro parece vigilar todos sus movimientos. Maria da un respingo hacia atrás, se frota los ojos, se acerca de nuevo y ve con estupor como en el cemento, se ha dibujado una espantosa cara. Su primera reacción es salir a la calle gritando ¡UNA CARA, ,UNA CARA, EN EL SUELO HAY UNA CARA!!! Enseguida numerosas personas se asomaron al interior del fogón para observar con asombro aquel rostro que presentaba una mueca de terror. Desde ese primer momento, algunos de los presentes empezaron a dar su particular punto de vista; “Es la Santa Faz” “Esto viene de lo que hay debajo”.

Juan Pereira, el marido de María y apodado ”el Obispo” era un hombre de fuerte carácter pero no pudo evitar un escalofrío al ver tanta gente arremolinada en la puerta de su casa y temiendo una tragedia se abrió paso de forma decidida entre la gente para llegar al interior del fogón. Allí se encontraba María, sentada en el sillón con la mirada perdida mientras los presentes apuntaban con el dedo al suelo donde, una extraña cara, parecía observar casi de forma desafiante todo cuanto acontecía.

Al día siguiente en las calles de Belmez no se hablaba de otra cosa que la misteriosa aparición en la casa de María y evidentemente, todos los vecinos que no lo habían visto el día anterior, se presentaron en la casa para ver la misteriosa cara. María Gómez “la Larga” y Juan Pereira “el Obispo” eran un matrimonio querido y respetado en el pueblo que nunca habían dado qué hablar y para los del pueblo no había duda de que aquello sólo podía ser algo sobrenatural. Entonces Miguel, hijo de María, decide acabar con aquel espectáculo y destruir aquella cara a golpe de pico y pala. Una nueva capa de cemento cubrió la zona y el asunto parecía quedar zanjado. Lo que no se imaginaba nadie, es que, tan solo siete días después, en el mismo lugar y sobre la nueva capa de lechada aparecería un nuevo rostro idéntico al anterior provocando el pánico en María mientras barruntaba  “esto tiene que ser cosa del demonio”.

La aparición de esta segunda cara provocó una situación alarmante en el pueblo y en ese momento su alcalde, Manuel Rodriguez Rivas, decide que hay que excavar en el fogón para encontrar la causa de aquel fenómeno y es entonces cuando llegó la sorpresa. El albañil Sebastian Fuentes León fue el encargado de extraer el trozo de hormigón donde se mostraba la siniestra faz, para colocarla en una hornacina junto a la chimenea protegida tras un cristal del que no se ha movido en estos 50 años.

La Pava

Posteriormente se excavó un hoyo de casi 3 metros de profundidad y de aquella oquedad -según se llegó a decir- no paraban de salir restos humanos. Huesos en su mayoría de niños y es que, el lugar donde se levanta la casa, había sido utilizado de cementerio desde tiempos pretéritos y en diferentes épocas. Lo más desconcertante si cabe, es que entre aquel montón de huesos no apareció cráneo alguno pero tampoco es de extrañar, es cierto que se rescataron huesos humanos, pero la realidad es que la cantidad de huesos extraídos no daba para llenar una caja de zapatos y este dato se ha ido exagerando con el paso de los años.

Aquel agujero excavado en la cocina se tapó de nuevo con cemento y en los meses siguientes y ya con la cocina recompuesta comenzaron a surgir nuevos rostros, mujeres, niños, caras con expresiones trágicas que hacían del suelo de la cocina un lienzo del terror, una especie de Guernica sobrenatural. Y es entonces cuando la casualidad quiso hacer que un reportero del Diario Jaén que se encontraba trabajando por la zona se topase con este suceso, aprovechando para sacar una noticia al respecto. Lo que en principio se publicó como una noticia curiosa saltó a la prensa nacional provocando un fenómeno social sin precedentes en la historia de nuestro país. Tras el Diario Jaén llegaron otros como El Ideal o el Diario Pueblo, siendo este último el más vendido y posiblemente el que más influencia social tuvo en este fenómeno. Miles de personas acudían cada fin de semana a Belmez de la Moraleda haciendo largas colas en la puerta de la casa. Todos querían verse frente a frente con las misteriosas caras. Aquello acabó convirtiéndose en un problema de orden público hasta tal punto que las empinadas callejuelas se mostraban atestadas de gente que día tras día dejaban sin existencias a los bares y comercios de la Villa.

Es entonces cuando José Ruíz de Gordoa, gobernador civil de Jaén, decidió ponerse en contacto con Germán de Argumosa, filósofo, profesor de la Universidad Autónoma de Madrid y célebre parapsicólogo, al que le pide que realice una investigación sobre lo que estaba ocurriendo con un objetivo claro, desenmascarar el fraude y acabar con aquello a toda costa. Pero las cosas no iban a salir como le hubiera gustado al gobernador de Jaén ya que tras numerosas pesquisas, Argumosa no tuvo más remedio que admitir que no podía explicar de forma racional como surgían esos rostros en el suelo de la cocina y que sin duda se encontraba ante un fenómeno sobrenatural.

Gobernador Civil Jose Ruíz de Gordoa

Por otra parte, el obispo de Jaén, Don Miguel Peinado Peinado -podríamos decir que repeinado- se puso en contacto con el alcalde del pueblo para pedirle que cortase aquello de raíz lanzando una advertencia; “no se puede consentir tanta desvergüenza”. Pero poco podía hacer el humilde alcalde de Belmez ante un fenómeno que llegó a convertirse en un revuelo sociológico sólo comparable a lo acontecido en Garabandal justo diez años antes,  un enigma que enseguida levantó la ira de los escépticos, la curiosidad de los investigadores y el peso de los poderes fácticos que manejaban el país.

Sea como fuere, lo cierto es que ni Argumosa ni ninguno de los investigadores que trataron el fenómeno consiguieron evidenciar que aquello fuera un fraude. El origen paranormal de las caras era palpable y así lo constató el prestigioso parapsicólogo alemán Hans Bender, nada menos que catedrático en la Universidad de Friburgo de Brisgovia quien, tras visitar el pueblo llegó a decir que “el asunto de Belmez es el fenómeno más apasionante e importante que había conocido la parapsicología moderna”. Incluso hubo periodistas que pudieron dar fé de cómo ante ellos se formaban nuevos rostros que desaparecian a las pocas horas, como les pasó a los reporteros Rafael Alcalá y Pedro Sagrario de los diarios Jaén y Patria respectivamente que pudieron observar en directo como en el suelo se formaba un rostro de aspecto demoníaco que desapareció por completo a las pocas horas. El periodista Antonio Navalón estuvo en una ocasión en el interior del fogón 24 horas seguidas a base de cafés y bocadillos, contemplando  como los rostros evolucionaban ante sus ojos “Frote el cemento con lejía y ácidos de tal modo que el trapo acabó destruyéndose por la acción de los productos químicos , pero era incapaz de borrar aquellos rostros…”

A lo largo de los años han ido apareciendo y desapareciendo una gran cantidad de rostros e incluso algunos símbolos, como una cruz latina con el cuerpo en flexión o una cruz griega y una flecha señalando las letras F. E. Algunas caras desaparecían, otras se modificaban y otras se difuminaban y luego volvían a salir con más fuerza.

LAS CARAS HABLAN

Germán de Argumosa había sido enviado al pueblo con el firme propósito de descubrir que lo de las caras no era más que un fraude para acabar con aquello cuanto antes sin embargo, el eminente parapsicólogo consiguió todo lo contrario, alentar si cabe aún más el fenómeno social, cuando consiguió obtener unas inquietantes psicofonías en el interior del fogón que no hicieron más que acrecentar el misterio sobre lo que estaba ocurriendo. 

Argumosa, en compañía de varios miembros de la Universidad Autónoma de Madrid, realizaron una experimentación con una serie de magnetófonos situados estratégicamente en el interior de la vivienda. Y entonces el misterio se hizo audible. Ya no sólo podían verse las caras, también podían oírse. Aquellos aparatos registraron voces que decían nombres, gritos de niños y llantos desgarrados añadiendo una nota escalofriante al asunto. Según Argumosa, en una de las psicofonías parece escucharse “Germán pica patio”.

Germán de Argumosa

El Diario “Pueblo” empezó a publicar lo que acontecía en el interior de la casa día a día a modo de serial, de tal forma que su tirada se multiplicó considerablemente pues muchos eran los que corrían a los kioscos a por el periodico para estar al tanto de todo lo que ocurría en Belmez; apariciones de nuevas caras; el resultado de las Psicofonías y cualquier dato nuevo que iba surgiendo. “LAS CARAS HABLAN” con ese tremendo titular abría página el diario Pueblo provocando un auténtico tsunami informativo y sociológico. Las declaraciones de Argumosa tras registrar las primeras psicofonías vinieron a echar si cabe más leña al fuego; “Aquí confluye un elemento que cataliza una indudable paranormalidad de este lugar”. Se contaban por miles las personas que a diario llegaban a Belmez desde todos los rincones de España e incluso desde algunos rincones de Europa. Hubo fines de semana en los que arribaron al pueblo cerca de 10.000 personas.

A lo largo de todos estos años científicos, militares, filósofos, periodistas, ocultistas y todo tipo de investigadores han pasado por la casa de María y a pesar de las falsedades vertidas sobre la autenticidad de las caras, las disparatadas teorías de algunos y el poco rigor de otros, lo cierto es que 50 años después del fenómeno nadie ha conseguido dar una respuesta a cómo se pudieron formar esas caras de forma artificial y menos aún, saber cómo es posible que estos rostros fueran variando con el tiempo.

LA COCINA SE PRECINTA

Es el propio Argumosa el que en 1973 propone una prueba que podría ser definitiva para determinar el origen sobrenatural o no del fenómeno de las caras. De esta forma, el 23 de julio de 1973 a las 18:30 horas, Antonio Palacios Luque, notario del ilustre Colegio de Granada, se personó en la casa de las Caras en Bélmez de la Moraleda tras ser requerido por el profesor Germán de Argumosa, para precintar en su presencia la puerta de acceso a la cocina y la ventana de dicha estancia que asoma a la calle. Además, el suelo se cubrió con planchas de metacrilato para impedir que, si alguien rompía el precinto, pudiera modificar las caras. Así, esta cocina quedó precintada por espacio de tres meses.

Para ello además fue necesario habilitar en la casa una nueva cocina que diera servicio a María Gómez y al resto de la familia. Tres meses permaneció así la cocina, precintada sin que nada ni nadie pudiera acceder a su interior hasta el 12 de septiembre de 1973. Al levantar el precinto se confirmó algo que ya se intuía, donde antes había media docena de rostros ahora había más de una veintena. Pero más allá de que en el suelo de aquella pequeña cocina hubieran aparecido un gran número de nuevas caras y de que esto viniera a demostrar el origen paranormal del fenómeno, lo realmente impactante fue comprobar como alguno de los rostros que había cuando se precintó la cocina, habían evolucionado cambiando de aspecto.

Placas de metacrilato puestas sobre el suelo de la cocina.

UN PASADO TENEBROSO

Prácticamente todo el mundo daba por hecho que aquel fenómeno tenía que ver con algo sucedido en el pasado en ese lugar y es que la Casa de las Caras y el lugar donde se levanta escondía un oscuro y tenebroso pasado. 

Ya he comentado que el alcalde ordenó realizar una excavación en el interior de la cocina de la que se sacaron numerosos restos humanos. El mismo día que se realizó la excavación aparecieron en el suelo de la cocina cuatro dígitos ordenados horizontalmente, 1,7,5 y 9. ¿Una fecha 01/07/59? ¿Un año 1759?. Nadie ha conseguido dar sentido a esos números. 

Por otra parte, algunos investigadores consiguieron sacar a la luz documentos que demostraban que el lugar donde hoy se levantan las casas estaba ubicada la antigua iglesia belmorense y que cuando esta se derribó y se construyó la nueva, todo ese espacio donde hoy se levantan las casas 1, 3, 5 y 7 se utilizó como cementerio hasta el año 1838. Retrocediendo aún más en el tiempo se consiguió constatar que en aquel lugar existió ya en tiempos remotos una Mezquita funeraria arabe.

Otros investigadores apuntan -aunque sin aportar documentos- que en esa zona se llevaron a cabo una serie de matanzas cuyos cadáveres habrían sido enterrados de forma ilícita en alguna fosa común o en algún tipo de pasadizo subterráneo bajo la antigua iglesia, es decir, donde hoy se levantan las casas 1, 3, 5 y 7.

Pero quizá lo más sorprendente del pasado de la Casa de las Caras fue descubrir cómo en sus orígenes, hacia el año 1858, ya se habían dado una serie de extraños fenómenos de difícil explicación en su interior. Vivían por aquel entonces en la casa Ramón Sanchez con su esposa María Antonia Martinez -abuelos maternos de Juan Pereira- con el resto de su familia. Fue una de las menores de la familia, Ramona, que por aquellas contaba 9 años la que empezó a percibir unos inquietantes gemidos que parecían venir de la techumbre de la casa, acompañados por el sonido de unos misteriosos pasos. En una ocasión, varios vecinos llegaron a ver una fantasmal silueta junto a una de las higueras que flanqueaban los patios interiores. En otra ocasión varios objetos y enseres de la casa empezaron a moverse solos de forma errática por el suelo de la vivienda. Estos hechos se reprodujeron después en el interior de la casa número 7 donde incluso parte del mobiliario que se encontraba en la parte superior se despeñó por las escaleras taponando la entrada principal. Hasta tal punto llegaron aquellos acontecimientos que los vecinos empezaron a referirse a la casa como “La Casa Maldita”, de forma que fueron requeridos los servicios de una santera de la Sierra de Cazorla para exorcizar la vivienda.

Aunque quizá lo más inquietante y sobrecogedor es saber que en aquella época, en el interior de la cocina, la misma cocina donde han aparecido las caras, falleció Ramón, el abuelo de Juan Pereira, que murió entre extraños delirios que le hacían repetir una y otra vez “Esto tiene que ser un alma de otro mundo”. Es en ese mismo fogón donde años después y como si de una macabra coincidencia se tratase acabó falleciendo Juan Pereira en 1978, marido de María Gómez, quien exhaló su último aliento ante la atenta mirada de aquellos misteriosos rostros.

María Gómez y Juan Pereira

LA LLAMADA OPERACIÓN TRIDENTE

En Bélmez nadie dudaba de la honradez de los inquilinos de la casa de las Caras y más teniendo en cuenta que todo esto no solo no les reportaba ningún beneficio, más bien al contrario, empezaba a suponer un problema dados los continuos trastornos que estaba ocasionando a la familia, quienes se veían amenazados por diferentes autoridades y cuya vida se veía perturbada todos los días por las miles de personas que a diario se acercaban a su casa para encontrarse frente a frente con los misteriosos rostros.

No obstante y como ya he comentado, el fenómeno provocó opiniones enfrentadas entre los que creían en el origen sobrenatural de las caras y los que veían en ello un fraude, lo realmente increíble era comprobar cómo los detractores del fenómeno eran principalmente aquellos que ni siquiera se habían molestado en visitar la casa y curiosamente aquellos que se encontraban enfrascados investigando sobre el terreno eran precisamente los que, con datos en la mano, afirmaban el origen paranormal del asunto.

El problema es que los defensores del fraude ligados a los poderes fácticos del país – la Iglesia y el Gobierno- se movían por puro interés y no es que tuvieran la certeza de que las caras fueran un fraude, es que ellos quisieron hacer de aquello un engaño y pusieron todo su empeño en acabar sí o sí con el asunto de las caras. De esta forma comenzó a gestarse la idea de tumbar aquello a toda costa y en el punto de mira se situaron las personas más cercanas al pueblo.

Así, Manuel Rodriguez Rivas, alcalde de Bélmez, llegó a confesar en la época de las primeras apariciones haber sido amenazado por el obispo de Jaén y por el ministro de la Gobernación, Tomás Garicano Goñi, quien requirió su presencia en su despacho para acusarlo de haber montado el asunto como tema publicitario a grito de “Te vas a enterar”. En 1973 el mismo alcalde recibió una misiva firmada por Pablo Núñez Moto, Director Provincial de Administración Territorial de Segovia, amenazando al regidor para que acabara con aquel asunto de una vez por todas, insinuando que se había abierto un expediente con el número 8.700 para procesarle y destituirlo de su puesto.

Manuel Rodríguez Rivas

El cura de Belmez en aquellas Antonio Molina, emprendió su cruzada personal contra las caras predicando a los cuatro vientos el supuesto engaño, diciendo cosas como que “todo esto es una broma que se les ha ido de las manos”, pero más sorprendente aún, es el argumento que utilizó para justificar la grabación de las Psicofonías que Argumosa estaba obteniendo en la casa asegurando que “se produjeron gracias a la utilización de un complicado dispositivo electrónico situado en el interior de un vehículo que se encontraba a tres kilómetros del pueblo”.

Según los periodistas que argumentan la teoría de la conspiración para acabar con el asunto de las caras, todo comenzó cuando Carmen Polo -mujer de Franco- solicitó  a una prestigiosa periodista realizar un informe para averiguar si el origen de aquellos rostros podían tener relación con un acontecimiento religioso o milagroso. El informe remitido a la mujer del caudillo fue contundente, aquellos rostros poco o nada tenían que ver con un milagro o fruto de veneración religiosa y al descartar el carácter milagroso del origen de las caras, solo quedaban dos vías posibles, el fraude o el origen paranormal del fenómeno y la Iglesia no podía permitirse el lujo de admitir que pudieran darse fenómenos sobrenaturales de origen pagano, por lo que se tomó la determinación de que había que acabar con ello. Tal y como declaró Manuel Rodríguez Rivas el entonces alcalde de Belmez “Si se admitía la parapsicología del fenómeno, había que desterrar el milagro y entonces topamos con la Iglesia…”

De esta forma, el estoque al asunto vino a dárselo quien había estado alimentando el fenómeno durante meses, aprovechándose de ello para aumentar considerablemente su tirada y por ende, sus ventas. Así, el 25 de febrero de 1972 el diario “Pueblo” da un giro radical a las informaciones que hasta entonces había ido dando sobre el misterioso fenómeno y publica una noticia cuyo titular marcaría la línea a seguir de otros informadores. “SE ACABÓ EL MISTERIO” Así de tajante se mostraba el titular de la página del diario en el que se contaba, como una comisión dirigida por un tal Jose Luis Jordán junto a un químico llamado Ángel Viñas habían hallado la fórmula con la que “en teoría” se habían pintado aquellos rostros. Los rostros se habían pintado supuestamente con una solución de cloruro y nitrato de plata sometida a la luz ultravioleta o luz solar. Y así, con ese simple argumento, sin ningún tipo de demostración al respecto y sin mostrar ningún tipo de documentación -ni siquiera el informe de los análisis llevados a cabo- se consiguió que la gente dejara de acudir en masa al pueblo y que los medios no solo dejaran de informar sobre el asunto, si no que algunos se ensañaron burlándose de la familia de María y mofándose de los vecinos del pueblo.

Sea como fuere, lo cierto es que el tiempo fue pasando y el tema de las Caras de Belmez fue cayendo en el olvido, por lo menos para la gran mayoría de personas que se dejaron convencer con el argumento de las sales de plata y que dejaron de interesarse por el asunto, sin embargo, los años fueron pasando y lo cierto es que las caras seguían apareciendo y variando en el suelo de aquella misteriosa cocina.

Escritores como Juanma Alonso desmienten la teoría de la conspiración para acabar con el tema de las caras y la llamada operación Tridente ya que según él, si Franco hubiera tenido el más mínimo interés en acabar con aquello solo habrían tenido que desahuciar a la familia y cerrar la vivienda. Pero esto no es del todo cierto, Alonso no tiene en cuenta que si se hubiera cerrado la casa a cal y canto en la memoria colectiva quedaría grabado que la casa se cerró porque algo inexplicable estaba ocurriendo en su interior, no obstante al hacer creer a la opinión pública que todo era un fraude y dar a conocer el “supuesto” modo de cómo se llevó a cabo, la gente dejaría de interesarse y de hacer preguntas tal y como ocurrió. Además algunos de los principales protagonistas como el alcalde de Belmez, el antiguo sacerdote del pueblo, el propio German de Argumosa, el notario que precintó la cocina y hasta Antonio Casado, el periodista que redactó el artículo titulado “SE ACABÓ EL MISTERIO” han declarado posteriormente que hubo una orden de “Arriba” para acabar con aquello.

El Notario Antonio Palacios Luque

LAS NUEVAS CARAS

El 3 de febrero de 2004 fallece en Belmez de la Moraleda  María Gómez Cámara a los 85 años, sin duda la principal protagonista de esta historia y para muchos, la persona que fue el principal catalizador para que aquellas teleplastias fueran formándose en el suelo de la casa ya sea por acción directa e involuntaria de la propia María o por la acción indirecta a través de otro tipo de entidades. Así, a la muerte de María, muchos fueron los que pensaron que el tema había llegado a su fin y que con la muerte de María las caras desaparecerían y de alguna manera así ha ocurrido, la mayor parte de los rostros han desaparecido o se han difuminado, sólo se conservan los rostros de “la Pava” y el “Pelao” precisamente los dos rostros que se conservan en los trozos de cemento que fueron arrancados del suelo. Pero no son pocos los que en alguna ocasión escucharon decir a la propia María que “el día que yo me muera si puedo también me apareceré para demostrar que esto es auténtico”. 

De esta forma, a la muerte de María se generó gran expectación por lo que podía ocurrir y la sorpresa saltó en otra casa, concretamente en la casa donde había nacido María Gómez. Esta casa está situada en el número 7 de la Calle Cervantes, muy próxima a la casa de las caras y habitada por Felipa Gómez, sobrina de María. Felipa alertó de que en una de las habitaciones de esta casa estaban apareciendo caras. La historia parecía repetirse y los medios se hicieron eco del nuevo fenómeno de las caras. El grupo de Investigación SEIP (Sociedad Española de Investigaciones Parapsicológicas) con Pedró Amoros a la cabeza se puso al frente de las investigaciones quienes relataron cómo en la cuarta planta de la casa natal de María Gómez habían empezado a aparecer nuevos rostros e incluso llegando a afirmar que uno de los rostros tenía gran parecido a la propia María.

Los rostros aparecidos en esta nueva casa han suscitado una gran polémica hasta tal punto que ambas partes de la familia de María han acabado enfrentadas.  Incluso varios medios de comunicación acusaron al ayuntamiento de fabricar las nuevas caras en complicidad con un grupo de investigadores con la intención de devolver el tema de las caras a la actualidad para revitalizar el turismo en el pueblo, excusa perfecta para solicitar la ayuda que el pueblo necesitaba para construir el centro de interpretación de Las Caras. Y es que algo no cuadra en torno a la “nueva” casa de las apariciones, todo parece estar muy bien orquestado para publicitar este emplazamiento en detrimento de la auténtica Casa de las Caras, hasta tal punto que parece haber una fuerte rivalidad por las personas que atienden esta nueva casa, a la que han querido convertir en una especie de museo. Ahora entiendo por qué cuando visité la Casa de las caras -la original- al preguntar a María por la otra casa donde habían aparecido nuevos rostros me respondió con evasivas diciendo que la única casa donde habían aparecido caras era en esa…. Desde luego, pocos son los que dan credibilidad al fenómeno de esta nueva vivienda que incluso se ha convertido en sede del GIPB (Grupo de Investigaciones Parapsicológicas de Belmez). 

Lamentablemente en esta ocasión se ha puesto de manifiesto cómo estas segundas caras parecen estar hechas con agua y aceite. Eso explicaría por qué en esta nueva casa no se dejan hacer investigaciones y pruebas como se han hecho en la original e incluso han prohibido el hacer fotos. Está claro que las caras más duras de Bélmez no son  precisamente las de cemento…

EL SANTUARIO DE NUESTRA SEÑORA DE LA CABEZA

Es cierto que tras la bomba mediática lanzada por el diario Pueblo se puso final a la constante romería de personas que visitaban Belmez, pero también es cierto que la noticia no convenció a todos y sobre todo a los más avezados en estos temas que nunca dejaron de preguntarse, cómo habían conseguido la fórmula con la que supuestamente se habían pintado las caras si cuando acudió a la casa la supuesta comisión, el rostro de “La Pava” ya se encontraba detrás de la hornacina de cristal que la sigue protegiendo hoy en día y es imposible que pudieran tomar ninguna muestra al respecto. 

También es cierto que a partir de los años 90 el tema volvió a salir a la palestra tras las investigaciones realizadas en la casa de María por parte de algunos investigadores que intuyeron que, algo en el asunto de las Caras de Belmez y en la forma en que se zanjó el asunto olía a podrido y no eran precisamente los cadáveres que están sepultados bajo la casa. La publicación de las nuevas investigaciones demostrando que las Caras habían seguido apareciendo en el suelo de la casa a lo largo de los años y desmontando el argumento de las sales de plata provocó que el tema de Las Caras de Belmez volviera a ponerse de moda.

Pero lo realmente impactante llegó en febrero de 2003 cuando el conocido hipnólogo catalán Ricard Bru decide  hacer una sesión de hipnosis en la cocina de la Casa de María Gómez, en la cual sometió a hipnosis a una vidente llamada Ana Castillo. En esta sesión, la vidente percibe el horror de personas y niños gritando y muriendo bajo el fuego y la explosión de las bombas. 

Veo cruces y a niños quemados, escucho gritos, chillidos y veo gente muerta. 

Hay un hombre fusilado, varios, oigo más disparos.

Hay una familia, niños muertos, fuego…

Un terrible testimonio culminado por la asombrosa confesión que la propia María Gómez hace cuando termina la sesión “ASÍ MURIÓ MI FAMILIA” espetó de repente ante la mirada atónita de todos los presentes. ¿Por qué no lo había contado antes?.

A partir de ese testimonio, el afamado presentador Iker Jimenez junto a Luis Mariano Fernandez deciden llevar a cabo una investigación sobre la muerte de los familiares de María Gómez. La hermana de María, Isabel, junto a su marido Miguel y 5 de sus 7 hijas habían fallecido en el asedio al Santuario de Nuestra Señora de la Cabeza de Andújar (Jaén) durante la Guerra Civil. 

Dichos familiares fueron:

Isabel Gómez Cámara (Madre – 45 años – Hermana de María Gómez Cámara)

Miguel Chamorro (Marido de Isabel – 48 años)

Juana Chamorro Gómez (Hija – 22 años)

Ana Chamorro Gómez (Hija – 20 años)

Carmen Chamorro Gómez (Hija – 18 años)

Remedios Chamorro Gómez (Hija – 15 años)

Francisca Chamorro Gómez (Hija – 8 años)

Las únicas supervivientes de la familia fueron:

Amparo Chamorro Gómez (Hija – 4 años) 

Isabel Chamorro Gómez (Hija – 1 año).

A partir de aquí empieza a gestarse la idea de que los rostros que han aparecido a lo largo de los años en el suelo del fogón, son los familiares de María retratando el momento en el que murieron bajo las bombas del ejército republicano. La prueba definitiva que utilizan Iker Jimenez y Luis Mariano Fernández para refutar esta teoría es una comparación de los rostros aparecidos en casa de María con  las fotografías de los familiares fallecidos en el Santuario de la Cabeza que una de las supervivientes, Isabel en este caso, conserva en su casa en el interior de un marco.

Esta comparación se realiza utilizando sofisticados programas informáticos utilizados por la policía científica para realizar retratos robot y reconocimientos faciales. El resultado de esta investigación se plasma en un libro titulado “Tumbas Sin Nombre” en el cual relatan los acontecimientos vividos en el asedio al Santuario y como los integrantes de la familia fallecieron de distintas maneras. Desde luego la historia del asedio al Santuario de la Virgen de la Cabeza es sobrecogedora y la posibilidad de que exista una conexión de lo ocurrido en este lugar con las apariciones de las Caras en Bélmez hace que esta teoría sea casi igual de fascinante que el propio fenómeno de las caras en sí. La comparativa de las fotos con las caras que los dos investigadores muestran en el libro parece no dejar lugar a dudas, el parecido de las caras con las fotos de los familiares es asombroso y  parece existir un alto porcentaje de concordancia en los puntos faciales registrados por los programas informáticos. No obstante y como se suele decir en España, el que hace la ley, hace la trampa. Tal y como muestran autores como Antonio Luis Moyano o Juanma Alonso, las fotos -algunas- han sido retocadas para hacerlas coincidir con los rostros de la Casa. El caso más evidente lo encontramos en la comparativa de la foto de Miguel Chamorro cuyo rostro parece coincidir a la perfección con la llamada Pava. 

Fotografía original de Miguel, foto retocada digitalmente y la expresión de la Pava.
Así se hizo coincidir la foto de Miguel con el misterioso rostro.
Isabel Chamorro portando el cuadro con la imagen de su familia.

Tengo que decir que también hay otras fotos que no parecen haber sido modificadas y que de alguna manera encajan a la perfección con alguna de las caras aparecidas en la  casa de María, pero después de ver el tratamiento de las fotos expuestas anteriormente la investigación queda en entredicho. No obstante, el hecho de que las fotos se hayan manipulado no deslegitima el hecho de que pueda existir una conexión entre lo acontecido en el Santuario con la familia de Maria y las caras de su casa, lo que sí queda deslegitimado es esta parte de la investigación realizada por Iker Jiménez y Luis M. Fernández. También hay que tener en cuenta que intentar comparar fotografías reales con unos rostros formados a grosso modo en el suelo,  plasmando a modo de boceto parte de una realidad pues tampoco parece muy acertado. 

Parece difícil explicar cómo unos acontecimientos vividos a 75 kilómetros de distancia de Belmez hayan podido desencadenar el fenómeno de las caras, pero esto podría explicarse entendiendo que fue la propia María Gómez, la que plasmó sobre el suelo de su casa la agonía y el sufrimiento  que la atormentó durante toda su vida al conocer de qué forma murieron su hermana y sus sobrinas. Puede que su mente, a través de su mirada perdida en las extrañas vetas que realiza el cemento del suelo del fogón en el que se pasaba interminables horas, consiguiera ir modificando las partículas del cemento hasta dar forma involuntariamente a sus pensamientos de la misma forma que se producen por ejemplo los fenómenos poltergeist.

TEORÍAS

-EL FRAUDE

Si aceptamos la teoría del fraude hay que dar por hecho que las caras han sido dibujadas por alguien y aquí surgen tres preguntas, ¿Quién?¿Cómo? y ¿Por qué?.

Respecto al “quién” no hay duda de que si las caras se hubieran pintado en el suelo estarían involucrados los miembros de la familia seguramente en colaboración con alguna otra persona, pero ¿por quién?

Se ha dicho que uno de los hijos del fotógrafo del pueblo llamado Jesús Rodriguez de la Torre, pudo ser el instigador del fraude de las caras. Este hombre hoy es un reconocido pintor que reside desde hace años en Alemania. Algunos investigadores han conseguido contactar con él y al ser preguntado sobre el fenómeno solo se ha limitado a decir “se dicen tantas cosas” aunque en realidad nunca se ha demostrado su participación en un supuesto fraude. 

Quizá sus evasivas respondan a que sí estuvo involucrado en la venta de las postales que por un tiempo estuvo vendiendo la familia de María Gómez a los visitantes  que se acercaban a la casa y quizá por eso prefiera evitar comentar nada al respecto.

-LAS SALES DE PLATA

Está claro que el “cómo” a día de hoy se desconoce, nadie ha conseguido determinar de qué forma se pudieron pintar esos rostros en el cemento a pesar de los muchos análisis llevados a cabo. Muchos investigadores se aferran a la teoría de las sales de plata pero si eso es tan evidente, ¿por qué nadie muestra el resultado de los análisis que demuestran esta teoría? o ¿por qué nadie hizo una demostración al respecto para ver que esto era cierto?.

En 1995 el CSIC realiza unos análisis con unas muestras recogidas del suelo de las caras y llevados a cabo por José Luis Segrera, en los que se demostraba la inexistencia de las sustancias con las que dijeron que se habían realizado las caras y tampoco había muestras de pintura ni de ningún otro elemento que no fuera cemento. 

Otros investigadores como Jose Luis Jordán, el mismo que llevó a cabo la supuesta comisión que había sido mandada por el gobernador civil, también propuso que las caras se hicieron con una solución de hollín y vinagre sometidos a la acción de algún producto químico para penetrar en el cemento. Pero esta teoría se descarta por sí sola ya que esto no está demostrado y de haber utilizado algún producto químico que ataca al cemento la parte superficial habría quedado dañada. 

En un análisis químico realizado por Luis Ruiz Noguez para el Instituto de Cerámica y Vidrio (ICV) sobre muestras de dos caras y publicado en la revista Journal of The Society for Psychical Research de julio de 1993, sugiere que el suelo de la casa está compuesto por el uso un cemento de tipo aluminoso ya que del análisis ICV hay que destacar la presencia de tres cationes que se usan como pigmentos en la fabricación de pinturas: Zinc, plomo y cromo. Cabe resaltar que la concentración de estas partículas es casi inapreciable. El origen de estos pigmentos residuales parece estar en una roca con la que se mezclaba el cemento en esta zona y que tenía melanocratos, que son un tipo de minerales de pigmentación oscura. Pero evidentemente esto no explica cómo se realizaron las caras a no ser que este cemento tenga la particularidad de dibujar rostros por sí solo.

J.J. Alonso, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España (CISC), publicó un informe en Psi Comunicación, la revista de la Sociedad Española de Parapsicología, en el que aseguraba que la cara conocida como “La Pelona”, correspondía a una suela de zapato de la talla 39. Volvemos a lo de antes, si fuera la marca de un zapato habría quedado marcado en relieve el contorno de la pisada y tampoco acabo de entender como en el interior de esa pisada se quedan grabados los rasgos de una cara.

-UNA BROMA

Una broma, decía el cura del pueblo que todo era una broma que se les había ido de las manos. Pero una broma ¿a quién?. Realmente ¿alguien en su sano juicio decide continuar con una broma viendo como las autoridades habían tomado cartas en el asunto y las graves consecuencias que podía acarrear a los autores si se descubría el fraude?  Y lo más curioso de todo, si realmente solo querían gastar una broma parece que se tomaron muchas molestias en llevarla a cabo, tantas que incluso 50 años después nadie ha conseguido averiguar de qué forma se realizaron esos rostros en el cemento.

Sin duda lo más desconcertante para mí de esta teoría, es saber cómo una familia humilde, asentada en un alejado pueblo de la sierra de Jaén, consigue averiguar la fórmula para realizar dibujos en el cemento sin que queden rastros y que utilicen ese conocimiento para dibujar caras en el suelo de su cocina simplemente para ¿gastar una broma?.

Tampoco acierto a entender cómo consiguieron someter el suelo a la luz ultravioleta tal y como se propuso en la teoría de las sales de plata ya que la pequeña ventana de la cocina apenas deja entrar la luz y mucho menos para que la luz del sol incida directamente sobre el suelo, y hay que entender que las caras han aparecido en la mayor parte de este y en otras partes de la casa fuera totalmente de la acción solar.

¿En serio alguien se cree que una humilde familia decidió emplear parte de sus recursos en adquirir los productos químicos necesarios y algún aparato que proporcionase luz ultravioleta solo para gastar una broma?. Hoy esto sería muy sencillo a través de internet pero estamos hablando del año 1971 donde lámparas de ese tipo no estaban al alcance de cualquiera.

-LA SANTA FAZ

Una de las teorías que se me antoja “posible” dentro de las que hablan del fraude  es la que se remite a la Santa Faz. Pudiera ser que alguien -posiblemente el mencionado fotógrafo del pueblo- convenciera a María Gómez para pintar un rostro en su cocina con una técnica más o menos avanzada en aquella época con la intención de hacer de la cocina y de Belmez un lugar de peregrinación por excelencia. Puede que su intención real fuera la de promover la teoría de que aquella cara primigenia era la Santa Faz, similar a la  que se exhibe en la catedral de Jaén y hacer de aquel acontecimiento un milagro. 

Ya había pasado 10 años antes en Garabandal y tan sólo 3 años antes, en 1968, en el Palmar de Troya,  donde unas supuestas apariciones Marianas habían generado una auténtica peregrinación de decenas de miles de personas con sus respectivos beneficios económicos, tantos que incluso a día de hoy a los dos lugares siguen llegando cientos de donaciones del mundo entero. 

Aunque no se puede comparar lo sucedido en Garabandal con el circo montado en el Palmar, no deja de ser evidente que el tema de los prodigios sobrenaturales de origen religioso son más que rentables y si realmente esta era la intención con la que se inició el tema de las caras, de haber salido bien, pudo haber sido un pelotazo económico. No obstante, a pesar de ser una posibilidad más o menos acertada, tampoco hay pruebas que demuestren esta teoría y tampoco se entiende muy bien por qué, si realmente lo que se pretendía era promover la idea de que la cara aparecida en la casa era la Santa Faz, ¿qué sentido tenían las otras caras que han ido apareciendo a lo largo de los años?.

-EL INTERES ECONOMICO

Sin duda uno de los temas más controvertidos de este fenómeno es el beneficio económico que ha obtenido la familia de todo esto. Muchas han sido las críticas que se han vertido sobre la familia por este hecho y algunos investigadores han utilizado esto para avalar la teoría del fraude. 

Parece ser que en un principio no se cobraba por la visita a la casa, aunque si aceptaban propinas, meses después del inicio del fenómeno la familia Pereira empezó a cobrar entrada a los turistas. Uno de los comerciantes del pueblo llegó a contar como “pedían una propina de entre 200 y 1000 pesetas a los visitantes por entrar en la casa y ver las caras. Cada mañana venían a mi comercio con un montón de monedas para cambiar por billetes de mil. Sacaban al día entre 5000 y 6000 pesetas en propinas”. 

Por otra parte el fotógrafo del pueblo convenció a María para hacer fotografías de las Caras y venderselas a los visitantes a modo de postal. De esta forma, se ha estimado  que entre la entrada que se cobraba a los visitantes y la venta de postales la familia de María Gómez pudo obtener entre los últimos meses de 1971 y el primer semestre de 1972 cerca de 500.000 pesetas (3000€), una cifra nada despreciable teniendo en cuenta la economía de la época.

Otra fuente de ingresos llegó por parte de los diferentes medios de comunicación que se acercaban al lugar para realizar reportajes o documentales. En un artículo publicado en la revista Enigmas en 2001 criticaban el hecho de que la familia cobrase hasta 600.000 pesetas por cada documental o reportaje que se hacía en la casa, pero, caramba, la propia revista también obtenía beneficios de los reportajes que hablaban de las caras aprovechando su tirón.

No cabe duda de que la familia se ha beneficiado económicamente del asunto de las caras obteniendo grandes beneficios, pero esto no desacredita al fenómeno en sí, ni elimina la sobrenaturalidad de la aparición de las caras. Es más, a mi juicio, creo sinceramente que muchos habríamos hecho lo mismo. Si los comercios y restaurantes pudieron hacer caja con los visitantes que acudían al pueblo, si los periódicos estaban triplicando su tirada y obteniendo grandes beneficios con ello y muchos de los investigadores que han acudido a la casa han utilizado el tema para publicar artículos, libros y ganar audiencia en programas de televisión, ¿por qué no podía sacar partido de ello la propia familia, siendo además los que estaban sufriendo las consecuencias de tener la casa todos los días atestada de curiosos?

En la visita que realizamos en agosto de 2021 no se nos cobró ningún tipo de entrada, llamamos al teléfono que hay en la puerta y a los 10 minutos apareció María, una de las nietas de María Gómez que nos atendió muy amablemente. Lo que sí había sobre la mesa de la cocina era una bandeja estratégicamente puesta con un billete de 10€ que de alguna forma invita a los visitantes a dejar una propina como si del cepillo de la iglesia se tratase, algo que nosotros hicimos aunque fuera solo por agradecer las molestias. 

Una de las postales que se vendían a los turistas

-PAREIDOLIAS

Otra de las cuestiones que se ha puesto sobre la mesa es el hecho de que las supuestas caras no son tal y se trata de simples pareidolias creadas caprichosamente por las vetas propias del cemento y las manchas de grasa y humedad. Las pareidolias son un efecto óptico por el cual, determinadas formas, sombras o manchas en este caso son percibidas por algunas personas como una imagen reconocible. Pero si fueran simples pareidolias, ¿aparecerían caras en todas las casas que tienen el suelo de cemento, no?

Seguramente, el impacto del fenómeno en su origen creo cierta psicosis de tal forma que cada silueta, cada forma más o menos similar a la forma de una cara se interpretaba como tal y muchas de esas imágenes no eran más que pareidolias, pero tratar de pareidolias a imágenes como la Pava, el Pelao, la Mujer Desnuda o la mujer de la copa entre otras es negar la evidencia. 

No cabe duda de que muchas de las “caras” que hoy se muestran como auténticas, sobre todo las más recientes, son pareidolias, incluso ni eso, ya que recuerdo perfectamente como en nuestra visita, cuando María nos apuntaba con el dedo al suelo diciendo que allí había una cara, nosotros no veíamos absolutamente nada, posteriormente María nos insistía diciéndonos  “saca el teléfono y haz una foto ya veras” y efectivamente, en la pantalla del móvil se distinguía lo que parecía ser una cara. Lo curioso es que hice algunas fotos y hoy al mirarlas soy incapaz de adivinar dónde narices se encontraba la dichosa cara. Dejo aquí las fotos por si alguien consigue ver algún rostro.

-LA CONSPIRACIÓN

Cuenta Carlos Pascual en su Guía Sobrenatural de España como el propio German de Argumosa le contó en una ocasión de forma confidencial, como existía una orden “de arriba” para que se echara tierra sobre el asunto y no se hablara más de ello para evitar la psicosis colectiva que se estaba produciendo.

Según llegó a afirmar Antonio Palacios Luque -el notario que precintó la cocina-”la manipulación humana sobre aquel fenómeno nunca existió”. Tras el desprecintado de la cocina, tanto Argumosa como el ilustre Notario comprobaron cómo habían surgido nuevas caras y otras habían variado su aspecto de tal modo que incluso uno de los rostros había variado su perspectiva en 180º.

Antonio Casado, articulista y socio fundador de El Confidencial fue aquel que publicó en su día el artículo en el diario Pueblo dinamitando el fenómeno bajo el título “SE ACABO EL MISTERIO”. El propio Casado ha reconocido en varios medios que las autoridades del franquismo dieron órdenes de que había que parar aquello porque estaba siendo una locura. El periodista recibió presiones directamente de Emilio Romero, director de Pueblo, “Dijimos que todo era un fraude y sugerí alguna complicidad entre la familia de la casa y el fotógrafo del pueblo”.  A partir de ahí, los medios dejaron de informar y el tema acabó desapareciendo de la actualidad. Casado también afirma haber presenciado como Argumosa obtuvo las grabaciones psicofónicas que dieron origen al artículo que publicó bajo el título “LAS CARAS HABLAN” y afirma rotundamente que aquello NO ERA UN FRAUDE. 

Por otra parte, varios miembros de la Brigada de Investigación Criminal llevaron a cabo una investigación de la que nadie tuvo constancia en su época. Durante varias semanas, instalaron cámaras de video y fotografía en uno de los edificios contiguos a la casa para vigilar el acceso a la vivienda por la noche e intentar identificar a los posibles responsables del fraude, pero no obtuvieron ningún resultado.

CONCLUSIONES

Todo lo expuesto anteriormente no es más que un resumen de libros, artículos, revistas y webs consultadas, medios en los que se exponen diferentes teorías y puntos de vista y a pesar de que yo no he tenido la oportunidad de realizar una investigación sobre el terreno, pero sí documental, y sólo he visitado la casa en una ocasión, voy a atreverme a dar una opinión personal al respecto.

Partiendo de la base de que los fenómenos paranormales o de origen sobrenatural son tales porque solo se pueden evidenciar y a dia de hoy es imposible demostrar científica o tecnológicamente como se producen -en el caso de las caras es evidente que han aparecido unos rostros en el suelo pero no se ha podido demostrar cómo se han hecho-, la única forma que nos queda para averiguar si estamos ante un fenómeno de tales características es agotar todas la vías posibles que demuestren un origen natural o la intervención humana de forma deliberada.

De este modo, tal y como hemos visto a lo largo del artículo, a día de hoy nadie ha conseguido demostrar con datos reales de qué forma se pudieron pintar las famosas Caras de Belmez. Muchos investigadores y escritores han propuesto teorías intentando demostrar el fraude del asunto, pero estas teorías se basan en conjeturas o hipótesis que tampoco han sido demostradas, por no hablar de los autores que se han esforzado más en desacreditar a otros investigadores que en demostrar la autenticidad o el fraude de las caras.

Si la “supuesta” comisión gubernamental encabezada por Jose Luis Jordán consiguió obtener pruebas irrefutables de que todo era un fraude como así aseguraron ¿por qué no se procesó a los culpables?

Los análisis realizados por el (CSIC) en 1991 y 1994 respectivamente tiraron por tierra las teorías propuestas por la supuesta comisión gubernamental dirigida por Jose Luis Jordan y la que realizó el propio Diario Pueblo. Ni Cloruro de sodio, ni sales de plata, ni hollín, ni vinagre, ni tan siquiera rastro de pintura, solo se hallaron compuestos típicos del cemento.

María Gómez y el resto de la familia nunca se han negado a que se realicen investigaciones en el interior de la vivienda, lo que desde luego dice mucho a su favor y no acabo de entender, como una familia humilde en un pueblo apartado de todo habría conseguido realizar unas caras utilizando un sofisticado truco que ha puesto en jaque a investigadores y científicos durante los últimos 50 años y lo cierto es que, a día de hoy, no existe una explicación oficial ni ninguna prueba incuestionable que tire por tierra el origen sobrenatural de las caras de Belmez.

Ante todo lo esto y hasta que no se demuestre lo contrario, solo puedo ponerme del lado del origen sobrenatural de las caras y la única explicación que encuentro es que la causante del fenómeno fue la propia María, que de forma inconsciente consiguiera canalizar mediante alguna facultad psíquica aquello que la atormentó a lo largo de su vida -como pudo ser la muerte de sus familiares- y plasmar esos pensamientos en el cemento a través de teleplastias. Además muchas vecinas de Belmez -sobre todo las más ancianas- han manifestado que María era una mujer un tanto misteriosa en torno a la cual acontecían cosas extrañas desde niña y no deja de ser curioso como cuando María faltaba de casa, las caras perdían fuerza y algunas casi desaparecen.

Tengo que reconocer que el día que entré en aquella cocina y me puse frente a las caras sentí una emoción especial, suele pasar cuando has leído mucho sobre un lugar y consigues visitarlo. Es de agradecer que la familia haya conservado la casa y la cocina en su estado original y tanto sin son verdaderas como si son un fraude, lo que es innegable es que el fenómeno de las caras ha quedado grabado de forma perpetua al nombre de Belmez de la Moraleda y desde aquel 23 de agosto de 1971 la vida de este remoto pueblo ha cambiado para siempre.

Maria nos explica como surgió el fenómeno.
El interior de la casa con fotos y recuerdos de diferentes investigadores.
María Gómez asomada al balcón de la casa en los años 90.
El autor sentado junto a la Pava.

Texto: Juan Carlos Pasalodos Pérez

Visita a la casa: Agosto de 2021

 

BIBLIOGRAFÍA:

-TUMBAS SIN NOMBRE. Iker Jiménez y Luis Mariano Fernández

-ENIGMAS SIN RESOLVER II. Iker Jiménez

-GUÍA SOBRENATURAL DE ESPAÑA. Carlos Pascual

-LAS CARAS DE BÉLMEZ ¿FANTASMAS O FANTASMADAS?, Juanma Alonso

-IKER, EL MAGO DEL MISTERIO, Antonio Luis Moyano

-REVISTA ENIGMAS AÑO III. Nº6. 0997-19

-REVISTA ENIGMAS AÑO V. Nº12. 0300-49

-LO POCO QUE SÉ DEL MISTERIO. R. R. López

-LOS CARAS DE BELMEZ, Javier Cavanilles y Francisco Mañez

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WEBS:

 

https://historiasquenocontariaamimadre.com/lo-poco-que-se-del-misterio-las-caras-de-belmez-2/

 

http://elojocritico.info/507/

http://ojo-critico.blogspot.com/2012/10/las-caras-de-belmez-mentiras-enganos-y.html

 

https://www.elconfidencial.com/espana/andalucia/2016-06-26/nuevas-caras-belmez-jaen-misterio_1223180/

 

https://www.elmundo.es/elmundo/2004/11/28/sociedad/1101615058.html

 

https://lacontradejaen.com/lacontra-caras-belmez-jaen/

 

https://elcorreoweb.es/extra/50-anos-de-misterio-las-caras-de-belmez-una-historia-oficialmente-imposible-JF7447128

 

https://www.abc.es/archivo/abci-increible-fenomeno-caras-belmez-202008200022_noticia.html

 

https://www.diariosur.es/sociedad/201610/21/cierto-caras-belmez-mitos-20161021172436.html

 

https://sevilla.abc.es/provincia/sevi-apariciones-marianas-palmar-troya-202002201900_noticia.html

 

https://es.wikipedia.org/wiki/Caras_de_B%C3%A9lmez

 

http://www.culturandalucia.com/Las%20caras%20de%20Belmez_publicado.htm