La criatura del Zuiyo Maru
Últimamente estamos asistiendo a la aparición o captura de gran número de criaturas extrañas que emergen de las profundidades del mar. Seres que no se habían visto antes o que para la mayoría de los mortales son desconocidos. Sin ir más lejos la semana en la que escribia este artículo se anunciaba que cerca del Algarbe se había capturado a unos 700 metros de profundidad, a un ejemplar de Tiburón Cobra, denominado así por el parecido de su cabeza con la del reptil.
El paso del huracán Harvey también dejó recientemente sobre una de las playas de Texas otra extraña criatura que dejó perplejo a todo el mundo. Se trataba, según un biólogo, de una anguila serpiente de fangtooth, conocida como la ‘anguila de colmillos.
Pero este tipo de sucesos son más comunes de lo que pueda parecer y es que aunque parezca mentira, tenemos más conocimiento de lo que hay en el universo que en la profundidad de nuestros océanos.
En el mes de abril de 1977, entre las redes del barco Zuiyo Maru hizo aparición una extraña criatura cuando faenaba frente a las costas de Nueva Zelanda. Un gigantesco animal de unos quince metros de largo y en avanzado estado de descomposición dejó boquiabiertos a todos los marineros del buque. Aquellos, sin saber muy bien cómo reaccionar, tomaron fotografías de tan extraordinario hallazgo antes de que el capitán, temiendo que aquella criatura contaminase el resto de la carga, mandase arrojarlo de nuevo al mar.
Foto real de la extraña criatura.
Posteriormente, el profesor Tokio Shikama perteneciente a la universidad Nacional de Yokohama y especializado en el estudio de animales antiguos examinó las fotografías y llegó a determinar, que aquella criatura no se correspondía con ningún mamífero o pez conocidos, atreviéndose además a compararlo con un antiguo plesiosaurio, ser que moraba en el océano pero que se había extinguido hacía más de 100 millones de años.
Cuando se dio a conocer el suceso, otros barcos se acercaron por la zona buscando aquella extraña criatura sin éxito y es que, para desgracia de la tripulación del Zuiyo Maru, aquel ejemplar de plesiosaurio hubiese valido varias veces más que toda la carga que portaba aquel día el buque.
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