Monasterio de SAN SALVADOR DEL NOGAL
Monasterio de SAN SALVADOR DEL NOGAL
Las ruinas del monasterio del San Salvador del Nogal se encuentran en el pequeño pueblo de Nogal de las Huertas, en la provincia palentina, muy cerca de Carrión de los Condes saliendo de este por la P-241, carretera que discurre paralela al río y que nos lleva directamente al pueblo.
El pequeño pueblo de Nogal de las Huertas cuenta con 46 habitantes y en un rincón, apartado y olvidado, se encuentran las ruinas del citado monasterio.
El monasterio del San Salvador del Nogal fue declarado monumento histórico-artístico en junio de 1931 y fundado por Doña Elvira Sánchez en el año 1063 incorporándolo, 30 años mas tarde, Alfonso VI ahayl Monasterio Cluniacense de Sahagún, aunque su iglesia no fue consagrada hasta 1166 por Raimundo, obispo de Palencia.
La construcción del monasterio en el siglo XI hace que este sea el monumento románico más antiguo de la provincia Palentina. Estaba compuesto por una sola nave de cabecera plana y a la que se accedía a través de un arco de medio punto doblado.
Tras la desamortización de Mendizábal, la pequeña comunidad fue exclaustrada y el monasterio abandonado. Hoy no es más que un pequeño monasterio en ruinas que sólo mantiene en pie sus muros, esperando en solitario una restauración o una muerte lenta, causa del dominio de la naturaleza y el desplome de lo poco que queda en pie. La visita nos permite también acceder a la casa de labranza adosada a este y a pesar de su abandono la visita merece la pena.
La casa de labranza es un lugar extraño, peculiar. Estamos acostumbrados a ver lugares abandonados que son víctimas del vandalismo, destrozos y pintadas pero aquí no, la casa, las despensas, los establos, todo parece estar como si el abandono se hubiese hecho recientemente, como si los que aquí habitaban hubiesen tenido que salir huyendo dejando atrás parte de sus pertenencias.
En dos de las habitaciones se conserva perfectamente el embaldosado, una nos muestra un mosaico que forma en su centro una estrella de 4 puntas, como si se tratase de una brújula y en la otra habitación el conjunto de baldosas blancas y negras forma un perfecto tablero de ajedrez…
En los establos nos encontramos con útiles para el ganado como cornales, sobeos o acolchados para los yugos y también siguen intactas las cadenas para atar al ganado.
Sin embargo en esta solitaria y tranquila casa de labranza nos aguardaba una pequeña sorpresa, un hallazgo un tanto insólito y desconcertante. Sobre el suelo de una habitación semiderruida, encontramos una montaña de libros sobre tratamientos psicológicos, enfermedades mentales, medicina en general y lo más sorprendente, montones de antiguos fármacos en su mayoría descompuestos y otros conservando sus comprimidos intactos.
Quizá esto fuese algo más que una peculiar casa de labranza, pero dejando a un lado las especulaciones sobre lo que pudo ser este lugar, la verdad es que la visita a este pequeño enclave y su entorno fue interesante y entretenida, siempre lo es pues, lugares como este hoy abandonados guardan entre sus paredes un recuerdo, una memoria de un pasado hoy olvidado, una historia perdida en el tiempo. Estos lugares son capaces de transmitirnos un sentimiento de nostalgia, de grabar en nuestro subconsciente un trocito de su historia, una historia para nosotros incomprendida pues no hemos sido protagonistas de ella pero que nos invita, me atrevería a decir que nos obliga a contar de su existencia pues aunque hoy abandonados, estos lugares se resisten a caer en en olvido.
Junto al monasterio encontramos un riachuelo. Piedra y agua nuevamente unidos en un entorno de culto. No es casualidad. La construcción de estos lugares siempre era bien escogida, lugares con gran poder telúrico, lugares con magnetismo o bien lugares donde las corrientes de agua generan un manantial de energía. Energía que es recogida y acumulada por las piedras talladas en templos y deidades haciendo de estos, lugares mágicos.
Fotos: Juan Carlos Pasalodos
MAS INFORMACIÓN
http://www.arquivoltas.com/8-palencia/02-nogalhuertas00.htm
Sobre los «hallazgos» en una de las habitaciones, de libros y medicinas,
cualquier vecino os hbiera indicado que esa casa de labranza era propiedad de un médico que ejerció como tal en el pueblo hasta que se trasladó e ejercer a otro lugar
OK Jesus, gracias por la información, me llamó la atención más que nada por que la casa está adosada a las ruinas del monasterio.
Un saludo