CARTUJA DE ANIAGO, donde habita el olvido…
Existe un lugar en pleno corazón de la provincia vallisoletana donde aún es posible observar las ruinas de lo que en su día fue la Cartuja de Aniago. Este curioso y desconocido lugar podría muy bien marcar el punto central exacto de la provincia vallisoletana y al igual que otros muchos edificios de la provincia, las ruinas de Aniago se encuentran en un estado lamentable y la dejadez y el abandono son absolutos para este trocito de nuestra historia y patrimonio. Las ruinas de Aniago languidecen y su espadaña se asoma agonizante por encima de las tierras de labranza con la esperanza de que alguien venga a su rescate.
La etimología de Aniago parece venir del Latín:
“ANA””ANAS” – Río/Ríos
IAGO: JACEO – Estar hecho/situado entre…
Podemos deducir que ANIAGO viene a significar “Situado entre dos ríos”
No obstante, parece que este lugar estaba abocado a sufrir la soledad y el olvido desde sus orígenes y es que, como vamos a ver, las tierras de Aniago fueron pasando de mano en mano sin que nadie quisiera hacerse cargo de estos dominios como si de una maldición se tratase, hasta que llegaron los monjes cartujos.
Aniago se encuentra ubicado en la confluencia del río Adaja con el río Duero, muy próximo al pueblo de Villanueva de Duero y su extensión de terreno tiene forma peninsular, ya que al sur se encuentra acotado por el río Adaja, al oeste viene de paso el río duero que a su vez corta el terreno al norte donde recibe las aguas del Pisuerga.
Es curioso, que a la hora de buscar referencias sobre Aniago, en muchos de los casos se lo describe como un despoblado y no como un monasterio en ruinas y es que, a principios del siglo XIV este lugar era un pequeño pueblo perteneciente a Valladolid, cuyo término abarcaba una amplia extensión de terreno.
La primera referencia que se tiene de este lugar es la donación que hizo la reina Doña Urraca de Castilla a los monjes de Santo Domingo de Silos, donación que ratificó posteriormente su hijo Alfonso VII en 1135. Fue este rey el que mandó acotar los terrenos que abarcaban desde la desembocadura del Pisuerga hasta la desembocadura del Adaja y para el aprovechamiento de las aguas construyó pesqueras en sendas desembocaduras, una en Villamarciel (Torrepesquera) y otra en Villanueva de Duero (Otea).
No obstante, el sitio no era de gran interés para el Abad de Silos quien lo tuvo arrendado hasta el año 1345 cuando hizo un trueque con el caballero Fernan Sanchez, cambiando los terrenos de Aniago por la heredad de Nebleda. Poco tiempo estuvo en manos de dicho caballero que se deshizo del lugar vendiendolo a la ciudad de Valladolid en 1362
El ayuntamiento de la ciudad vallisoletana lo vendió el 7 de noviembre de 1365 a la reina Juana Manuel, mujer de Enrique II y tan solo 11 años después, en 1376, esta lo vende de nuevo a fray Pedro Fernandez Pecha, prior del monasterio de Santa María de Sisla (Toledo) que lo adquiere con el propósito de instalar en el lugar un monasterio jerónimo basado en la regla de San Agustín, orden fundada por el mismo fray Pedro.
En 1409 ya no quedaba nada de la pobre congregación de jerónimos que no encontraron de su agrado el lugar y los terrenos volvieron a ser propiedad de Valladolid. Ese mismo año, Enrique III da la orden de vender el sitio de Aniago al obispo de Segovia Juan Vázquez de Cepeda para que fundase allí una hospedería con capellanes mozárabes. De esta forma, en 1417 se puso en marcha el hospicio con un oratorio en el que se llevarían a cabo funciones litúrgicas del rito mozárabe que hasta ese momento sólo tenían lugar en la Catedral de Toledo. El obispo hizo numerosos regalos al lugar, entre ellos importantes reliquias tan necesarias siempre en los lugares de culto, incluso se llegó a instituir una romería anual que llegó a ser famosa en el entorno. No obstante, en 1436 el obispo otorga el monasterio en testamento a favor de la reina María de Aragón, esposa de Juan II, quien lo donó en primer lugar a los frailes dominicos que en tan solo dos años renunciaron a su propiedad y posteriormente a los monjes cartujos quienes el 18 de octubre de 1441 fundan bajo la tutela y patrocinio de la reina el que sería el único monasterio cartujo de la provincia de Valladolid. La fundación fue aprobada por el Capítulo General de la Orden en 1442 y posteriormente Eugenio IV lo ratificó por bula Papal en septiembre de ese mismo año. La reina quiso que el monasterio se fundara con veinticuatro monjes de los cuales, los dos primeros llegaron desde el monasterio del Paular (Rascafría) quienes se encargaron de la puesta en marcha de la cartuja. En una Cédula Real Juan II otorgó a los monjes el derecho a incluir en sus obras y reposteros (tapices) las armas reales y la gracia especial de que “las acémilas de los monjes puedan llevar sonajas como las acémilas del mismo rey”.
Los monjes cartujos levantaron un complejo monástico austero y humilde como era su costumbre que desde fuera parecía más un latifundio que un monasterio, todo ello rodeado y protegido por un muro de mampostería. En el siglo XVII se levantó la espadaña dando un aire totalmente diferente al conjunto y en el siglo XVIII se decora con yeserías el interior de la iglesia y la sala capitular.
A parte de las construcciones que formaban el complejo monacal y las pesqueras mencionadas anteriormente, la Cartuja de Aniago contaba con varias bodegas, la más importante ubicada junto al puente de Aniago donde se guardaba la producción de vino y utilizando parte de la misma como nevera donde conservar nieve. Otra edificación todavía visible es la casa que la Cartuja poseía en Villanueva de Duero donde vivía el vicario.
La cartuja fue visitada por reyes y nobles de diferentes ámbitos y en ella pernoctaron por ejemplo los Reyes Católicos el 7 de junio de 1494 o el emperador Carlos V que estuvo alojado desde el 22 de septiembre hasta el 3 de octubre de 1524. También visitó el lugar Juana de Portugal el 19 de octubre de 1559 y su hermana María de Austria reina de Bohemia, quien se alojó en el recinto en varias ocasiones. Felipe II también visitó la Real Cartuja de Aniago donde comió el 23 de junio de 1592 y a la que regaló algunas de las importantes reliquias que se guardaban en el Sagrario. Felipe III, la reina Margarita, el Cardenal Juan Poxio, el Cardenal y Arzobispo de Toledo D. Bernardo de Rojas y el Duque de Lerma entre otros.
En el transcurso de la Guerra de la Independencia los monjes se vieron obligados a abandonar el lugar en 1808 ya que los franceses ocuparon el complejo de Aniago utilizándolo como cuartel, donde se instalaron varios regimientos de diferentes ejércitos. De esta forma, los cartujos no regresaron al lugar prácticamente hasta 1820, retorno que no duraría mucho. Es en 1835 a consecuencia de la conocida Desamortización de Mendizábal cuando se produce la exclaustración y el abandono definitivo de la Cartuja de Aniago, quedando sus edificios desamparados y expuestos al pillaje y al deterioro.
-PASCUAL MADOZ en su Diccionario Geográfico Estadístico describe el lugar de esta forma:
ANIAGO: Monasterio de Cartujos situado en la parte meridional de Valladolid. Dista 3 leguas, partido judicial de Medina del Campo, jurisdicción de Villanueva de Duer (¼) colocado en medio de inmensos arenales, en la confluencia de los ríos Adaja y Duero, con libre ventilación, despejada atmósfera y clima sano; todo el término está plantado, parte de monte y parte de pinares vastísimos, que circuyen el monasterio por el N y el E abundantisimos de caza menor de toda especie, con muy buenos pastos, siendo para lo demás improductivo por la aridez del terreno. Sin embargo, a medida que se va aproximando al monasterio, se advierte su posición, de las más pintorescas que puede idearse. Por la parte del S. cubre con sus frondosas riberas el río Adaja, formando espesas alamedas y deliciosos bosquecillos; y por el O. se adelanta con orgullo el majestuoso Duero, que después de haber tomado a corta distancia de Simancas las aguas del Pisuerga, viene a apoderarse de las del Adaja, haciéndole perder su nombre. En el ángulo que forma la confluencia de estos ríos, sitio perfectamente llano, se eleva la antigua Cartuja de Aniago, edificio humilde en su exterior, e irregular en sus formas; de suerte que apenas puede imaginar el viajero, que este aislado edificio sea un monasterio, pues a excepción de la torre o espadaña que descuella sobre el resto de la fabrica, circunvalada por enormes tapias de mampostería, más se asemeja a una casa de campo regular, que a lo que realmente es en sí. Contiene este recinto las habitaciones de los monjes, iglesia nueva y vieja, paneras y grandes edificios para los colonos, lo más notable de todo y que aún se conserva en buen estado, es un magnífico claustro de estilo gótico, fábrica de piedra y ladrillo, compuesto de cuatro ángulos regulares, cuyos corredores tienen 65 pasos de longitud y 7 varas y ½ de elevación, en su alrededor están las celdas habitadas antiguamente por los monjes, que por su construcción se echa de ver el aislamiento y soledad en que vivían; cada monje tenía dos habitaciones, alta y baja, que se comunicaban por medio de una escalera interior, y un jardín de 26 pasos de largo y 13 de ancho, plantado de árboles frutales, y flores que cultivaban ellos mismos. para cuyo riego tenían un pozo con su correspondiente aljibe. En la puerta de cada celda había un torno para la introducción de los alimentos, de suerte, que solo se comunicaban con los demás un día a la semana, o en caso de enfermedad. La iglesia vieja, fuera de su exterior de piedra y ladrillo, nada tiene de particular, pues el interior está sin altares y en estado de completa ruina; en la iglesia nueva hay 6 altares y una hermosa sillería de nogal en derredor del templo. La porción de edificios contiguos al principal, si bien en la actualidad presentan un aspecto repugnante y ruinoso, indican que fueron construidos con lujo y solidez.
JUAN ORTEGA Y RUBIO habla así del lugar en su libro Los Pueblos de la Provincia de Valladolid (1895):
“El ex-monasterio de Aniago se halla situado en la confluencia del Duero y del Adaja, en uno de los sitios más bellos de Castilla… Tenía el monasterio grandes posesiones, diezmos , etc… debe darse cuenta de la noticia que se encuentra en un libro Becerro de la catedral de Valladolid en el que se lee; En la era de 1326, año de 1288, D. Ruy Martinez, capiscol de Toledo, hizo donación a D. Ruy Díaz, abad de esta Santa Iglesia (de Valladolid) de la casa de Aniago, con todo lo que en ella había, según que él la tenía del abad de santo Domingo de Silos. Su fecha, en Toledo a 12 de septiembre de dicho año. (Esto contradice la información que se tiene sobre que el monasterio estuvo en manos del abad de Silos hasta 1345 cuando se hizo el trueque con el caballero Fernan Sanchez, de lo que también hay constancia. N.A) Ambrosio de Morales que lo visitó en el año 1572 ensalza la rica y hermosisima fábrica del Relicario (Sagrario) sin que se pueda, dice, más desear en la forma de la pieza, ni en el asiento de las reliquias…
El propio autor (Juan Ortega y Rubio) visitó la Real Cartuja de Aniago en fecha de 18 de Junio de 1889, donde pudo admirar todavía en la parte exterior del monasterio una cruz de piedra, de una pieza, con la fecha de 1611. Sobre la puerta principal se hallaban dos escudos : en uno estaban esculpidas las armas de Castilla y de León, en el otro las insignias del cardenal; y encima de ambos escudos una cruz de piedra. Al lado izquierdo de dicha puerta y adosada al monasterio se ve todavía el edificio que servía de Botica.
En fecha de 22 de Diciembre de 1810 se fijaron edictos del General francés Kellerman (en Valladolid) haciendo saber al público que tenía dispuesta una escuela en la hospedería que fue de la Cartuja de Aniago, para leer, escribir, contar y gramática, que se enseñaría gratuitamente a los pobres, dándoles libros, papel, plumas y tinta, pagándose a los maestros de los productos de bienes nacionales. Principará en 2 de Enero de 1811.
LOS CARTUJOS
La orden de los cartujos es una orden contemplativa de la Iglesia Católica fundada por San Bruno en 1084. Su lema en latín es “Stat Crux Dum Volvitur Orbis” que viene a significar “La cruz estable mientras el mundo gira” o “La Cruz Constante Mientras el Mundo Cambia”.
La orden cartuja es de las más austeras en la práctica, esto es, caracterizada por la sencillez y moderación, además de rigurosa en el cumplimiento de las normas morales. La regla de los cartujos se basa en la Regla de San Benito, pero con añadidos propios.
Los monjes tenían establecido un reparto jerárquico de tareas a realizar. La máxima autoridad era el prior, que en otras órdenes monacales se llamaba abad. El Prior no tenía sucesor más que después de su muerte. Cuando el prior moría se nombraba a un rector mientras se elegía al siguiente Prior. Al Vicario se le elegía por sus cualidades morales: tenía que ser un hombre pacífico, virtuoso, capaz de mantener el buen ambiente con la obligación de representar al prior cuando fuera necesario pues era su hombre de confianza. Existían dos procuradores de los que se conocen sus actividades por los pleitos conservados en los archivos; uno era el encargado de administrar los bienes y de dirigir y organizar la comunidad de los legos, siempre bajo la supervisión del prior. Tenía también la misión de decir la misa a esta comunidad y de servir la comida los días especiales en que los monjes se juntaban para comer. El otro procurador, además de ser el suplente, era el encargado de atender a los huéspedes y visitantes importantes. Los padres o novicios —que tenían un maestro de novicios para su formación— se preparaban para el sacerdocio. Los hermanos se dedicaban a los quehaceres cotidianos. El sacristán cuidaba de la iglesia y sus capillas.
Formando parte de la comunidad vivía en el poblado un grupo de personas con sus familias que eran criados o sirvientes sin cuyo trabajo la vida de oración de los monjes no habría sido posible. Estos colonos se ocupaban de los cultivos y del campo en general, del ganado, de la construcción, de la bodega, de la panadería e incluso de la botica. Representaban la parte material y su trabajo era esencial para la buena economía.
LAS TESORO ARTÍSTICO DE ANIAGO
Es sabido por varias fuentes el gran número de objetos y esculturas importantes que se albergaban en el interior de la cartuja. Una de estas fuentes es el inventario que el gobierno francés requirió a las autoridades españolas el 5 de septiembre de 1809, encargándose de ello la Dirección General de Bienes Nacionales. El Inventario que se hizo de Aniago fue especialmente detallado y en él constan todos los objetos de metal valiosos y las obras de arte que se custodiaban en Aniago en aquel momento. Toda la plata fue requisada por los franceses con el fin de fundirla y convertirla en moneda o para cubrir otro tipo de necesidades y el resto de las reliquias acabó vendiéndose a particulares o distribuida por diferentes templos, como a las Iglesias de Villanueva de Duero y Valdestillas o a la Ermita de la Virgen del Amparo en Medina del Campo. También encontramos parte del patrimonio artístico de Aniago en el Museo Nacional de Escultura y en el Museo Catedralicio de Valladolid y muchos de sus objetos valiosos hoy se encuentran en paradero desconocido.
Jesús Urrea menciona buena parte del inventario de Aniago en el dossier “La Real Cartuja de Nuestra Señora de Aniago”, así por ejemplo leemos cómo la iglesia albergaba un retablo mayor con la Imagen de Nuestra Señora de Aniago en cuyo primer cuerpo se mostraba el sepulcro de Jesucristo con su imagen cubierta de gasa, completando el conjunto ocho esculturas y en su parte alta un Cristo crucificado. Las paredes de la Iglesia estaban decoradas con 24 cuadros representando la vida de Jesús, embutidos en nácar las efigies y marcos, además de otros 8 cuadros en lienzo con marcos de madera. También se sabe que el monasterio albergaba una importante biblioteca tal y como se menciona en el libro de Caja del propio monasterio.
El lugar donde se custodiaban los objetos más valiosos de la cartuja era el sagrario que hacía también de relicario y que se encontraba a espaldas del retablo mayor de la iglesia. En él se guardaba una rica y valiosa custodia, una caja de taracea y marfil rematada en corona de plata; un Ángel que guarda las reliquias de San Esteban protomártir y San Leandro; un Ecce Hommo; un gran crucifijo; el Agnus Dei del clavo del pie con la poma; una imagen de Nuestra Señora en alabastro que tiene al niño Jesús y a San Juan Bautista y José de Arimatea a media talla; un Arca de plata de los mártires; relicario grande que tiene la cabeza de Santiago; Santa Ana con un rosario de cristal; una de las once mil vírgenes que tiene en la frente un topacio con cuatro perlas y al cuello un coral: varias tallas de ángeles soportando una columna, una jarrita de cristal, los clavos de cristo y otro la corona de espinas; un San Vicente; un San Andrés apóstol; un San Gregorio Papa; un San Laurencio; un San Benito Abad en cuyo interior se encuentran los huesos de San Benito; una cruz de plata; los bustos relicarios de las Santas Justa y Rufina (originales de Miguel de Espinosa) y las obras de Juan de Juni la Cabeza de San Juan Bautista y un busto de Ecce Hommo.
Por otra parte, en el Boletín de Valladolid del jueves 27 de Abril de 1837 viene detallado lo que había en el monasterio tras su exclaustración: Quince cuadros y un apaisado; la colección del paraje de la vida de Jesús aludiendo seguramente a los enconchados antes citados. Entre las esculturas: un S. Bruno colosal, la Magdalena, Santa Ana, un San Juan, Santa María, cuatro ángeles dorados, dos reliquias de medio cuerpo, la Virgen de los Dolores, una cruz con un Santo Cristo, un Evangelista, la Virgen del Rosario y un San José, además de cuatro altares y un escritorio forrado en concha y dorado. Nada se vuelve a saber sobre la supuesta gran biblioteca que poseyó el monasterio. Únicamente está localizado, en la Biblioteca Real de Patrimonio Nacional, el Liber Canticorum, un Bulario de la Orden de la Cartuja de Aniago 1614-1627 que se guarda entre los papeles de Villanueva de Duero en el Archivo General Diocesano de Valladolid.
LAS TUMBAS DE ANIAGO
Como todo monasterio que se precie, el de Aniago tenía su propio cementerio y dentro de su iglesia y capillas existían tumbas de personajes destacables. De todas estas tumbas, las únicas lápidas funerarias de las que se tiene constancia entre las ruinas son en primer lugar la de Don Diego López de Zuñiga en cuyo centro se ve el escudo de los Zúñiga atravesado por una banda orlada de una cadena de oro y sobre la que podía leerse lo siguiente:
AQUÍ YACE EL MAGNÍFICO CABALLERO
DIEGO LOPEZ DE CUÑIGA,
DOCTOR EN ESCRITURA Y CATEDRÁTICO
JUBILADO DE LA UNIVRISDAD DE VALLADOLID
MURIÓ A XX6 DE DICIEMBRE DEL AÑO 1548
Otra pertenece al obispo de Mallorca Juan Fernández Zapata, que estando de camino a León, falleció en Aniago en 1729, cuyo epitafio dice lo siguiente:
HINC EXURGIT / ILL ATo D IOANNII /
FRZ ZAPATA QVON / DAM ARTO … CON /
SILIIS IN AVLA VALL / ISOLETANA EPISCo /
PVS MAIORICENSIS / ET LEGIONENSIS /
SUB TVTELLA BME / VIRGINIS DANIAGO/
VOLVIT INHVMA / RI STABIT SVB TAN /
TENOMINIS ETVMBRA / STATQVE HIC HONOR /
DVTIVS HOMINI / YLLMO NOBLI PIO/
E VIRIS SVBLATO / DIE 13 OVTOBRIS ANO /
MDCCXXIX
Por último se tiene constancia de la tumba del obispo Juan Vazquez de Cepeda que falleció en Turégano en 1437 y su cuerpo fue llevado a enterrar a la iglesia de Aniago. Por la fecha, hay que intuir que se enterró en la pequeña iglesia antigua, descansando sus restos en el centro de la Capilla mayor. En la losa que cubre su tumba podía leerse:
HAC REQUIESCUNT SUB MARMOREA PETRA
BONAE MEMORIAE MEMBRA EPISCOPI
SEGOBIENSIS IOANNIS VAZQUEZ DE ZEPEDA
QUI HUIUS TEMPLI DICATOR PRIMA
IECIT CEMENTA CUIUS SPIRITUS
IN PACE QUIESCAT SUPER AETHERA.
AMEN. OBIIT XV NOVEMBRIS
ANNI MCCCCXXXVII
Nada se sabe de la ubicación de la tumba del obispo de Palencia Pedro de Castilla, hijo de Juan de Castilla y Juana de Castro que falleció en Valladolid el 21 de enero de 1461 y fue enterrado en Aniago. Tampoco hay rastro de la tumba de Antonio Miers (limosnero de la emperatriz María).
-ANIAGO HOY
Poco queda hoy en pie del conjunto de edificios que formaban parte del monasterio cartujo y el resto de edificios que permanecen en pie, se encuentran en un estado lamentable de ruina, hecho este por el que la Cartuja de Aniago se encuentra dentro de la lista roja de patrimonio.
A pesar de ser parte del Patrimonio Nacional, Aniago es propiedad privada ya que en 1836 pasó a manos de un particular que ha convertido la finca en una explotación agrícola aunque bien es cierto, que estas labores se realizan mayoritariamente al margen de los edificios del monasterio. No obstante, el hecho de ser propiedad privada impide el acceso y no se puede visitar. El patrimonio artístico fue vendido y repartido entre distintas instituciones, quedando sólo las ruinas que con el paso de los años, si nadie lo remedia, acabarán convirtiéndose en un montón de escombros.
Del complejo cartujo aún quedan en pie parte de los muros que protegían el recinto y también se conserva el arco de piedra de la entrada situado al sur del complejo, aunque le falta la parte superior en el que se mostraba un escudo real y otro episcopal, estando la entrada coronada en su parte más alta por una cruz de piedra.
Junto a la entrada encontramos las primeras edificaciones. Una de ellas estaba destinada a la Botica y tenía adosado un pequeño oratorio cubierto por bóveda de crucería gótica. Otro de los edificios de entrada estaba destinado a labores agrícolas y alojamiento de criados. Es difícil determinar el uso del resto de los edificios debido a su avanzado estado de ruina, salvo el ala más occidental donde se distingue lo que fueron antiguos establos y cuadras.
LA IGLESIA
Las ruinas de la iglesia que podemos ver hoy en Aniago no son las del templo original, antes, el monasterio contó con una más modesta y pequeña construida hacia 1380 por los monjes Jerónimos, que es la que utilizaron los monjes cartujos en su inicio hasta que construyeron esta de mayor envergadura. De los restos de esta segunda se puede observar un templo rectangular de una sola nave orientada al este, con unas dimensiones de 22 metros de largo y 6 de ancho. Está construida con muros de sillería hasta el arranque de las ventanas continuados desde ahí en ladrillo. Los cartujos solían dividir sus iglesias en dos tramos; el primero que hacía de coro para los conversos (converso es el lego sin opción al sacerdocio) y donados (hermanos o novicios), y el segundo es el de los monjes o padres, pero el estado de ruina de la iglesia impide adivinar donde se encontraban estas separaciones.
El interior de esta iglesia alberga numerosas tumbas de personajes destacados cuyas lápidas, hoy están ilocalizables debido a la acumulación de escombros y maleza. Aún se conserva parte de la profusa y bella decoración ornamentada en yeso, donde destaca la escena apocalíptica de la virgen derrotando al monstruo de siete cabezas. El retablo que albergó esta iglesia fue realizado por Gregorio Frenández y el coro y varias de sus esculturas hoy se encuentran en la parroquia de Villanueva de Duero.
En la cabecera de la iglesia permanecen los restos del arranque de los muros del Sagrario o Relicario que, construido entre 1542 y 1547 por el arquitecto Juan de Escalante, consistía en una estancia de planta cuadrada de la que no queda ni una sola piedra, nada más que la abertura en el muro de la iglesia donde se encontraba, seguramente porque ha sido desmontada y expoliada. Esta pequeña estancia estaba decorada en su interior con relieves en piedra con los pasajes de la Pasión y a la que se accedía desde el interior del ábside a través de una portada con un relieve del entierro de Cristo. Por el exterior, aparecía decorada en su frente con una gran cruz de piedra labrada en la pared.
Por otra parte son escasos los restos del claustro de los conversos que se encontraba adosado a la pared norte del templo y tan solo se puede deducir su posición y tamaño. Es en el muro norte de la iglesia donde se levanta su afilada espadaña que alcanza los 22 metros de altura.
SALA CAPITULAR
Del otro lado del templo, junto a la pared sur pero sin estar adosada al muro, se encuentra la Sala Capitular, un pequeño edificio de planta rectangular con su eje transversal al de la iglesia, que en su día estuvo cubierta por un techo realizado en bóveda de cañón y lunetos.
Esta sala también fue decorada profusamente con yeserías, de las cuales algunas pueden verse todavía hoy con motivos quebrados y ornamentación vegetal de formas abultadas, destacando el águila bicéfala que preside la sala y una serie de inscripciones en el friso fechadas en torno a 1720-1730.
VIVIENDA
Adosado a la cabecera de la sala capitular, se levanta un edificio de dos alturas y de planta cuadrada destinado en su día a vivienda. Este edificio es de ladrillo y su interior responde a reformas modernas que no permiten conocer la distribución original, si bien la tipología y disposición de sus huecos parecen insinuar que también fue utilizado como vivienda, quizás del prior, donde éste recibiría a los visitantes del convento estableciendo relación con el exterior y preservando así la clausura de los monjes.
A la izquierda de este edificio existe otra edificación, también de ladrillo, cuya planta es un alargado rectángulo. En su interior quedan los restos de un palomar y de un pesebre corrido, todo ello obra del siglo pasado que delatan su uso como establo, sin embargo por los huecos de su fachada parece haber sido en origen un edificio destinado a residencias relacionadas con la vida del convento.
EL GRAN CLAUSTRO
Frente a la cabecera de la iglesia se encuentra el claustro principal o de los padres. Es un claustro gótico de planta cuadrada construído con piedra arenisca a finales del siglo XV. Es de una sola altura y está formado por arcos apuntados entre contrafuertes enlazados por arcos de ladrillo. Al patio del claustro, se accedía a través de las puertas situadas hacia la mitad de cada panda. La puerta de la panda oeste, aunque hoy está tapiada, aún deja ver un arco conopial quebrado.
Detrás de las pandas norte, sur y este, se encontraba el edificio que albergaba las celdas de los monjes, un imponente edificio rectangular de doble planta, de unos noventa metros de largo por veinte de ancho, del cual solo se conserva el de la panda sur, aunque en un estado lamentable de ruina total. Estos edificios estaban construidos en ladrillo con amplios ventanales en la planta superior de forma cuadrada en sillería, cuyo aspecto debe responder a la amplia reedificación del convento realizada en 1610.
En la esquina formada por las pandas sur y este se levanta un edificio de planta cuadrada que conecta con las celdas de la panda sur. En su interior se conservan restos de un fogón o cocina y grandes tinajas de vino. En la visita que realice en 2014 se podía acceder a este edificio y ver su interior pero en la última visita que realicé en octubre de 2021 pude comprobar como la techumbre se ha venido abajo destrozando las tinajas que había en su interior e impidiendo el acceso al resto de estancias.
En una zona delimitada del interior del patio del claustro enterraban los cartujos a sus monjes, para que cuando salieran de sus celdas tuvieran siempre presente la fugacidad de la vida y la inminente muerte.
Hoy, en el centro quedan los restos de un palomar de planta circular, seguramente instalado después de la Desamortización, aunque también es posible que se construyera en la última etapa de vida del convento y se utilizase como lavatorio (lugar donde los monjes se lavaban los pies). Esto se demuestra ya que bajo los escombros que hoy cubren su interior se asoma parte del banco corrido que rodeaba el recinto. Además, existe una cañería sale desde el centro de la construcción y que hacía de desagüe llevando el agua hasta una cisterna que se encuentra en la esquina sur-oeste del claustro y que pude localizar en una de mis visitas.
LAS CELDAS DE LOS CARTUJOS
Hoy casi es inapreciable la distribución que tenían las celdas de los monjes, pero haciendo una comparación de la distribución de estas en otros monasterios cartujos se puede intuir como en su planta baja las celdas tienen dos estancias separadas por un muro de carga de piedra y comunicadas por una pequeña puerta. La más amplia tiene, por un lado, la puerta de salida al claustro y otra comunicación de trazo quebrado en forma de zeta, por donde un hermano o converso depositaba la comida al monje sin verle. Cada celda/vivienda disponía de jardín individual y en éste, un pequeño pozo. La celda es una de las construcciones más importantes del monasterio, concebida como vivienda con carácter independiente e individual, El interior de la celda sirve de oratorio para el rezo de los oficios, oración, etc, así como de lugar de estudio, comedor y alcoba para dormir. Tiene anejo un taller y los servicios higiénicos necesarios.
LAS BODEGAS
En la carretera que va de Villanueva a Valladolid, en el término de lo que fue el poblado de Aniago se encuentra el antiguo puente sobre el río Adaja que durante años se le conoció como “Puente de Aniago”. Próximo a este se encuentran algunas de las antiguas bodegas que pertenecían al monasterio.
Los monjes tenían bodegas por diversos puntos de su término incluso en el propio monasterio. La más importante y extensa se hallaba muy cerca del puente y era conocida como «bodega de Aniago». En ellas se guardaba la producción de vino y también se utilizaban como nevera para la reserva de nieve. Después de la desamortización dejó de usarse hasta que hubo un comprador, Gregorio Pérez, que compró también las tierras y majuelos que se extendían por encima. Años más tarde estas propiedades se vendieron al industrial Antonio Alfonso, que las vendió a su vez a Constancio Núñez, promotor de la urbanización Las Tinajas. Parte de estas bodegas han sido reconvertidas en un merendero bautizadas con el mismo nombre de la urbanización.
LA CASA DE ANIAGO EN VILLANUEVA DE DUERO
Existe en Villanueva de Duero una casa que fue propiedad del monasterio desde la fecha de 1535. Esta casa servía de vivienda para el vicario y en 1684 aparece documentada en el Archivo Histórico Provincial, donde se lee:
Unas casas con su lagar y corrales y un suelo de otra casa junto a ellas que uno y otro está junto a la iglesia de esta villa de Villanueva que linda con la calle pública que va por detrás de la iglesia y con tapias del jardín del palacio de D. Pedro Antonio de Contreras, señor de esta Villa y por otra parte hacia los huertos con suelo de Gregorio Rico.
AHPV Leg. 8.188
La primera planta, que fue la primitiva está construida en piedra. El segundo piso es de ladrillo y está separado por una imposta. Tal y como consta en dicha imposta, se construyó este segundo cuerpo en 1688: «ES DE LA CARTUJA DE ANIAGO 1688». También el Catastro del Marqués de la Ensenada de 1750 lo describe como:
Una casa situada en la calle del Palacio, con cuarto bajo y principal y dos lagares inclusos en ella; tiene 50 varas de frente y 15 de fondo […] Confronta con la Calle Real que va a Valladolid y con la casa del Marqués de esta Villa.
Tras la desamortización se puso la casa a la venta en 1844 con la siguiente descripción: “… en el casco de Villanueva de Duero, y su calle titulada del Palacio; consta de piso bajo y principal, un bodegón con cuatro cubas, dos lagares uno con máquina de pisar uva y otro sin ella, cuadras y corral; su figura es la de un polígono irregular de diez lados” Había en la calle del Almendro otra casa y una panera propiedad también de la Cartuja.
MISTERIOS Y LEYENDAS DE ANIAGO
-La Leyenda de los Templarios
Una de las primeras leyendas que encontramos sobre el sitio de Aniago es que antes de la donación que hizo la reina Doña Urraca a los monjes de Silos este lugar fue encomienda Templaria. La leyenda se basa en unos dictámenes de diferentes doctores y letrados sobre la jurisdicción de Aniago que aparecen en un documento de 1545. En ellos puede leerse:
“Es de presuponer que por escripturas antiguas consta aver sido la dicha iglesia de Aniago primero de los Templarios y después de destruida su orden, la Reina Doña Hurraca y emperador don Alonso su hijo averla dado a Santo Domingo de Silos, de la Orden de San Benito, por quien se poseio mas de dozientos años, y despues lo troco un caballero de Valladolid que se dezia Fernan Sánchez de Tovar”.
-Tumbas Misteriosas
He hablado anteriormente de tumbas de importantes personajes que fueron sepultados en Aniago pero poco se sabe hoy de la ubicación de la tumba de Tomás Gracián Dantisco (1558-1621) que fue secretario de lenguas de los reyes Felipe II y III, del que cuenta la leyenda que su cuerpo permanece incorrupto y que el día de su funeral salió de su boca una piedra preciosa como muestra de las virtudes que atesoraba su alma.
Más curioso si cabe es el caso de una misteriosa tumba de la que me habló Nemesio Barrocal -antiguo Juez de Paz de Villanueva- quien asegura haber visto en el lugar la lápida del Caballero de Olmedo. Nemesio ha vivido buena parte de su juventud en Aniago y llegó a conocer todas sus estancias en perfecto estado por lo que su testimonio resulta incuestionable. El dato sobre la posibilidad de que se encuentre en Aniago la tumba del Caballero de Olmedo me llamó poderosamente la atención y me puse a indagar sobre el asunto.
Es cierto que Aniago perteneció a las Tierras de Olmedo tal y como aparece en el Censo de la Corona de Castilla creado en 1591 describiéndolo como “monasterio de frailes cartujos que se llama Aniago, en el que hay 18 frailes”. También Sebastian Miñano en su Diccionario Geográfico Estadístico de España y Portugal (1826-1829) habla de Aniago como monasterio en la provincia de Valladolid y partido de Olmedo. ¿Puede estar enterrado aquí el famoso Caballero de la leyenda?
En el libro de José María García y Jorge Vijuesca Zamorano “Por sus Tumbas los Conoceréis” se apunta que el famoso hidalgo se llamaba Juan de Vivero, que era señor de Castronuño y Alcaraz y que fue asesinado el 6 de noviembre de 1521 de regreso a Olmedo desde Medina del Campo por Miguel Ruiz. Segun dicen los autores, el afamado caballero fue enterrado en el desaparecido Convento de San Francisco de Olmedo. Supuse entonces que la tumba a la que podía hacer referencia Nemesio era la de Don Diego López de Zuñiga mencionada anteriormente, pero dado que las tumbas de Aniago están ilocalizables, el misterio queda en el aire.
-Pasadizos
Otro elemento misterioso del que hablan las leyendas urbanas es la existencia de un pasadizo subterráneo. Es habitual en iglesias y castillos encontrar leyendas sobre supuestos túneles o pasadizos y Aniago no iba a ser menos. Según se dice -incluso parece haber testigos al respecto- existe un pasadizo secreto que partiría de la iglesia o de una zona determinada del claustro de Aniago llegando hasta Villanueva y más concretamente, hasta la casa del Vicario.
-La Inquisición
Hablamos de misterios y pasadizos secretos en Aniago y estas leyendas o verdades a medias han dado pie a que incluso haya quien haya dicho que el Santo Oficio utilizó los pasadizos de Aniago como cárcel secreta y que en ellos se llevaron a cabo ejecuciones secretas, donde además se habrían ocultado sus cadáveres emparedándolos.
Todo esto parece un poco descabellado teniendo en cuenta que dicho pasadizo debería pasar inevitablemente por debajo del río Adaja, no obstante, recientemente pude visitar la Casa de Aniago gracias a Zuleica Rodriguez y Violeta Poncela, que son en parte propietarias de la casa, quienes, a parte de tener la amabilidad de mostrarme su interior, me contaron cosas realmente misteriosas.
El interior del inmueble hoy está en muy mal estado pero en la visita que realicé, Violeta Poncela me habló de sus vivencias de cuando era pequeña y la casa pertenecía a sus abuelos y recordaba con nostalgia cuando jugaba en los corrales o las noches durmiendo en las frías habitaciones. En su relato me contó como en una ocasión, un primo suyo, siendo pequeño, se cayó al interior del silo que hay en la casa y al que hoy no se puede acceder. Para rescatar al pequeño tuvieron que derribar parte de una pared y al hacerlo vieron como del interior del silo partía un misterioso pasadizo. A pesar del interés que ha mostrado siempre por saber algo sobre este subterráneo, nunca han sabido que es ni hasta dónde llega.
Más inquietante si cabe es lo que ocurrió al hacer una reforma en la casa, al derribar una pared para reformar una de las estancias del piso inferior, apareció emparedado un esqueleto. ¿Sería cierto entonces lo que cuentan del pasadizo que une Aniago con esta casa y que fue utilizado por la Inquisición para ejecutar a personas y ocultar sus cadáveres?
Lo que queda claro es que Aniago es un lugar mágico y misterioso. Un trocito de nuestra historia que sucumbe ante el paso del tiempo y del que, si nadie lo remedia, más pronto que tarde será solo un montón de escombros irreconocible, que sepultará muchos de los misterios que atesora. Sirva este artículo para conservar por lo menos parte de su memoria.
Texto y Fotos Quaerendo: Juan Carlos Pasalodos Pérez
Bibliografía:
Pascual Madoz – Diccionario Geográfico Estadístico
Jesús Urrea – La Real Cartuja de Nuestra Señora de Aniago, revisiones y precisiones.
Se puede descargar en el siguiente link:
https://www.academia.edu/38751809/La_Real_Cartuja_de_Aniago_Revisiones_y_precisiones
Juan José Frenandez Martín; Javier Finat Codes; José Ignacio Sanchez Rivera; Jesús Ignacio San José Alonso y José Martinez Rubio – La Cartuja de Santa María de Aniago, análisis morfológico y comparativo.
Se puede descargar en el siguiente link:
https://www.researchgate.net/publication/302232584_La_Cartuja_de_Santa_Maria_de_Aniago_analisis_morfologico_y_comparativo
Adicciones al Papel Hecho por el Real Monasterio de Nuestra Señora de Aniago.
Junta de Semana Santa – Historia de Aniago
Juan Ortega y Rubio – Los Pueblos de la Provincia de Valladolid
Carlos Pascual – Guía Sobrenatural de España
Ángel del Pozo de Pablos – La Cripta Sellada
José María García y Jorge Vijuesca Zamorano “Por sus Tumbas los Conoceréis”
Germán Prado O. S. B. – Historia del Rito Mozarabe y Toledano. Se puede descargar en el siguiente link:
https://bibliotecadigital.jcyl.es/es/catalogo_imagenes/grupo.cmd?path=10068446
Webs consultadas:
https://lamochiladelaura.com/2014/04/30/aniago-la-cartuja-olvidada-de-valladolid/
https://amigoscartujaaniago.wordpress.com/
https://es.wikipedia.org/wiki/Aniago
http://www.provinciadevalladolid.com/es/villanueva-duero/cultura-patrimonio/cartuja-senora-aniago
http://buscandomontsalvatge.blogspot.com/2015/02/aniago.html
https://www.eldiadevalladolid.com/noticia/z6d3356ed-add0-1018-8d65ffeca5d954fa/la-historia-de-castilla-a-traves-de-sus-ilustres-tumbas
https://www.academia.edu/38751809/La_Real_Cartuja_de_Aniago_Revisiones_y_precisiones
https://jesusantaroca.wordpress.com/tag/aniago/
https://villanuevadeduero.ayuntamientosdevalladolid.es/el-municipio/de-interes-turistico/-/asset_publisher/gJJK60rwKG5O/content/str_turismo_185
https://www.puebloenpueblo.com/post/aniago-un-recuerdo-en-el-olvido?fbclid=IwAR0S6ksL5-fe1uGaEW3PonkHY3ryIcYc7chvP79lURrNg8IexcqBu6tGlBg
https://es.wikipedia.org/wiki/Cartuja_de_Nuestra_Se%C3%B1ora_de_Aniago
https://www.researchgate.net/publication/302232584_La_Cartuja_de_Santa_Maria_de_Aniago_analisis_morfologico_y_comparativo
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CategoríaLugares con historia
Me ha encantado el reportaje. Una pena que dejemos morir lentamente estos lugares. Yo por unos momentos me he trasladado a la sala capitular y he formado parte de una de esas reuniones jajaja. Gran trabajo, como siempre!
Pues si es una pena Monica, pero así pasa con muchos lugares interesantes y llenos de historia que hoy se estan dejando arruinar…